21 dic 2017

La política ambiental de Mestre es solo en los papeles



La Voz del Interior (21/12/2017)
Política ambiental de Mestre: sólo una escenografía

Gestión municipal. Las obras nunca llegan, los planes no se ejecutan y los convenios duermen a la espera de que caduquen, ante la inacción del Gobierno municipal.
Escenografía es el arte de diseñar o realizar decorados para el teatro, el cine o la televisión. El intendente de la capital provincial, Ramón Mestre, ha adquirido tanta habilidad para montar escenografías que podría ser la envidia del mismísimo escenógrafo cordobés Eugenio Zanetti, ganador del Oscar a la mejor escenografía 1995.
Lo decimos porque el intendente parece haberse y habernos acostumbrado a realizar anuncios grandilocuentes sobre diferentes temas, que terminan siendo sólo montaje escénico, carente de realismo.
Uno de esos temas parece ser la niña mimada: el cuidado del medio ambiente. Casi todos los anuncios sobre el tema no constituyen sino una serie de elementos de decorado, para intentar realizar un montaje cinematográfico de una gestión que pretende mostrarse iluminada y maquillada. Sin embargo, la realidad supera a cualquier relato. Al menos en términos de medio ambiente, la de Mestre es una pésima gestión. Y para muestra tenemos la planta de tratamiento de líquidos cloacales de Bajo Grande.

Viejo problema
Desde tiempos inmemoriales, este establecimiento se encuentra colapsado en su capacidad de tratamiento de los efluentes cloacales. A cada denuncia pública de vecinos, empleados o fuerzas políticas de la oposición, el intendente responde con algún megaanuncio de inversiones millonarias, presentación de un plan de mitigación, firmas de convenios y un sinfín de artilugios que pronto demuestran ser sólo un falso decorado.
Las obras nunca llegan, los planes no se ejecutan y los convenios duermen a la espera de que caduquen, ante la inacción del Gobierno municipal. Mientras tanto, la salud de la población corre riesgos graves e insospechados.
Continuando con la escenografía, el intendente Mestre ahora remitió un convenio específico con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y una adenda al convenio del ex Batallón 141. Y seguimos con los convenios que después no se cumplen. Y seguimos con adendas, y adendas de adendas.
El primero de esos convenios, antes de ser ratificado por el Concejo Deliberante, ya cuenta con plazos vencidos. El convenio fue firmado el 9 de agosto y recién remitido al Concejo el 28 de noviembre, pero la primera cláusula vence el 15 de agosto y la segunda, el 30 de diciembre. Por lo tanto, en vez de convenio, es una simple expresión de deseos, porque bien podría ser rescindido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación ante el incumplimiento del municipio.

Convenios cambiados
En cuanto al otro elemento del decorado escenográfico, el convenio del ex Batallón 141, ¿qué podemos decir que no hayamos ya dicho? Por ese medio se le concedió a Eurnekian –titular de la Corporación América– la posibilidad de erigir una ciudad en pleno corazón de Nueva Córdoba, con la obligación de construir una planta depuradora para el sector sur, que tenía un valor real de mercado en aquella época de $ 320 millones (unos 75 millones de dólares a la época de la firma), pero al que se le asignó un valor de $ 96 millones (unos 20 millones de dólares en esa época), por una alquimia de cálculos ajena lo que establece la legislación vigente. A la fecha –otra vez– la obligación no fue cumplida y los plazos están vencidos.
Ahora volvieron a cambiar el convenio, eximen de la obra prevista a la Corporación América y le cambian su obligación (que nunca cumplió) por un aporte de dinero de 330 millones de pesos con destino a la Planta de Bajo Grande, y Eurnekian ya no tiene que construir la Planta para la Zona Sur. Por convenio, le canjean una obligación de invertir 75 millones de dólares en la obra de la Planta del Sur, por un aporte de 19 millones de dólares en Bajo Grande. No cierran los números. Parece otra demostración de que esta administración responde sólo a determinados intereses particulares, por encima del bien de todos los ciudadanos.
Nuestra preocupación es mayúscula. Están en juego la calidad de vida y la salud de la población de Córdoba. Desde la oposición, hemos requerido en un sinfín de oportunidades que se nos informara sobre las acciones desarrolladas para la solución de esta problemática. Lo hemos hecho con la solicitud de sesiones especiales, pedidos de informes, proyectos varios.
Sin embargo, no obtenemos jamás respuestas ciertas. El oficialismo impone en el Concejo Deliberante su mayoría automática para archivar, negar el debate y evitar el tratamiento legislativo de casi la totalidad de nuestros proyectos sobre este tema.
Nos quedamos con la convicción de que para el intendente, un medio ambiente saludable no es una prioridad. Exigimos transformaciones de verdad, pero sólo recibimos nuevos anuncios que son el decorado de una mala escenografía que tiene a los vecinos de la ciudad como espectadores de una película de terror.

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