22 jun 2015

La eficiencia en edificios públicos es muy mala



La Voz del Interior (22/06/2015)
La eficiencia, una deuda de los edificios públicos de Córdoba

Hay problemas estructurales, pero también de gestión. Un recorrido por algunos muestra que son “adictos a la energía”, no tienen árboles y no realizan un uso racional del agua.
Son pocas las razones para que un edificio público tenga la mayoría de las luces encendidas toda la noche. Aun así, el Centro Cívico y el Palacio 6 de Julio, por citar dos emblemáticos, tienen buena parte de su iluminación a pleno luego de que cierran sus puertas.
Esta actitud tan poco amigable con los recursos y con el ambiente es la más evidente de muchos otros problemas que hacen que los edificios públicos sean ineficientes.
Un recorrido por el Centro Cívico, el Palacio 6 de Julio y la Legislatura muestra serios problemas de gestión en el uso de la energía: luces que permanecen encendidas en oficinas deshabitadas y en espacios donde a simple vista no son necesarias. En algunos espacios, se observan equipos de calefacción encendidos con las ventanas abiertas.
A pesar de que los grandes consumidores de energía son los sectores residencial, industrial y comercial, en los edificios públicos el pecado es doble, ya que deberían dar el ejemplo al resto de la sociedad.
Hay una razón. En los hogares e industrias, el ahorro en el consumo es un ahorro de dinero. Pero en los inmuebles públicos, funcionarios y empleados no pagan la factura.
A los problemas de gestión, se suman otros de carácter estructural, los cuales también son comunes en edificios y casas particulares.
Edgardo Suárez, arquitecto especialista en sustentabilidad, recorrió junto a La Voz del Interior tres edificios públicos relativamente nuevos y encontró algunas buenas intenciones, pero varios problemas de estructura que convierten a estas construcciones en adictas a la energía y desconsideradas con el consumo de agua, en una provincia con serios problemas hídricos.
La primera medida por tener en cuenta es cómo el edificio se para frente al Sol. En Córdoba, la clave es que el sur esté bien aislado; el norte, abierto; el este, con aberturas limitadas; y el oeste, con cámaras de aire para evitar la sobreexposición solar.
“Cuando diseñás un edificio con estos principios, resolvés alrededor del 50 por ciento de la eficiencia, y a costo cero”, apunta el titular del Instituto de Arquitectura Sustentable del Colegio de Arquitectos de Córdoba.

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