20 jun 2015

Efectos post-inundaciones: se hunden las casas



La Voz del Interior (20/06/2015)
Tras las lluvias intensas, se hunden casas en varios pueblos

Etruria, Colazo y Pozo del Molle son algunas de las localidades afectadas en el centro del mapa provincial. Deberán replantearse el modo de construcción.
Villa María. Las lluvias superiores al promedio histórico que cubrieron campos y pueblos de Córdoba durante el último verano siguen provocando daños en parte de la provincia, aunque el agua se haya retirado. Hay varias localidades en las cuales la altura que alcanzan las napas de aguas subterráneas causan ahora hundimientos de viviendas y otros inmuebles, con rajaduras y peligros de derrumbes.
El fenómeno se repite en distintos puntos de la geografía cordobesa, entre el centro y el sudeste, provocando daños en localidades distantes como Etruria, Monte Maíz, Colazo y Pozo del Molle, por citar sólo algunas.
El fenómeno es nuevo en esa región, aunque en otras áreas cordobesas, como el extremo sudeste (la zona de Corral de Bustos e Isla Verde, por ejemplo) es más frecuente. Ahora, tras tantas precipitaciones acumuladas, las napas altas se han extendido en el mapa.
“El problema es serio. La iglesia ya venía con inconvenientes, pero se vieron agravados. Se cayó el atrio y tuvieron que construirse pilotines hasta la tosca para que no se siga hundiendo”, relató el intendente de Etruria, Héctor Baravalle.
Por prevención, hace dos meses dejaron de usar ese templo y las misas se dan en otra capilla. El municipio ya destinó 500 mil pesos en obras para calzar la estructura, pero quedan trabajos por hacerse.
El intendente reconoció que en el pueblo, ubicado al sur de Villa María, se vive con intranquilidad esta situación, “por no saber ?cuándo termina”.
Baravalle explicó que hace más de un mes las napas bajaron, pero luego volvieron a subir. En el acceso norte a Etruria, el agua subió al nivel de la superficie y compromete el ingreso a varias industrias.
El arquitecto Lucas Forneris viene trabajando en el tema. Según un relevamiento realizado entre profesionales de esa localidad, el 85 por ciento de las viviendas tuvo algún problema de rajaduras o hundimientos. En algunos casos, por ejemplo, los portones levadizos se traban por salirse de escuadra. Afectó por igual a viviendas nuevas o viejas, pero principalmente a las construcciones de dos o más plantas.
“En las casas antiguas se ven fisuras y en las nuevas se nota que se hunden por completo y se levanta el piso interior”, describió Forneris. Algunas casas tienen hundimientos de hasta 20 centímetros.
En la iglesia Asunción del Señor hace un par de años empezaron a aparecer unas pequeñas fisuras que se mantuvieron estables. “Luego de las inundaciones se transformaron en grietas de gran tamaño con peligro de derrumbe, así que para no correr riesgos se consideró en demoler parte del techo de ingreso”, explicó el arquitecto.
En Etruria –208 kilómetros al sudeste de Córdoba Capital– las napas históricamente se ubicaron a unos tres metros de profundidad, pero hoy se encuentran a apenas 70 centímetros de la superficie. “Los cimientos están apoyados en el agua”, graficó Forneris.
La solución que intentan es “refundar” las edificaciones. “Se insertaron micropilotes y se inyectó cemento a presión que va a 12 o 15 metros de profundidad, donde encuentran suelo firme. Con esto se recalza la estructura para que no se siga hundiendo”, precisó.
Forneris apuntó que en Monte Maíz, al sudeste de Etruria, años atrás pasó lo mismo y la opción fue el recalce de las estructuras. Advirtió que en esa localidad, del departamento Unión, se complica ahora nuevamente hacer cimientos de nuevas estructuras.

Otros pueblos
El mapa del problema se agranda. En Colazo, del departamento Río Segundo, viviendas con sótanos sufrieron inundaciones y no tuvieron otra opción que rellenarlos con tierra y escombros. Pozos negros se hundieron y hubo rajaduras y descalces de viviendas.
Nelly Marchisio, vecina de Colazo, contó que en su casa tuvo que romper y reconstruir parte del garaje para poder utilizar el portón corredizo.
En torno de la plaza de esta localidad –que está a 110 kilómetros de Córdoba– el edificio municipal y varios negocios sufrieron averías. También contó que casas antiguas tuvieron que ser demolidas por riesgo de derrumbe.
En Pozo del Molle se produjeron rajaduras y hundimientos de cimientos. Los edificios del Banco Provincia de Córdoba, la mutual Cayfa y una fábrica de pastas están entre los perjudicados, además de varias viviendas, según contó Sergio Boano, vecino de esa localidad situada a 206 kilómetros de la Capital.
Boano señaló que se produjeron rajaduras en paredes y hundimientos de pisos, principalmente en estructura pesadas. En algunos casos, tuvieron que apuntalar los techos para evitar daños mayores. Pozo del Molle sufrió inundaciones dos años seguidos y esto afectó la consistencia de los suelos.
Más hacia el este del mapa cordobés, en las zonas limítrofes con Santa Fe, las dificultades no son menores, aunque registren más antecedentes.

Campos con agua
Complicados. En los campos, en partes del centro y este provincial, persiste una gran cantidad de hectáreas anegadas y otras en las que la elevación de las napas deja aún sin suelo firme para el paso de maquinaria y camiones. Esto causó dificultades para levantar la última cosecha y hubo sectores en los que no se pudo ingresar, contó Diego Manavella, presidente de la cámara que agrupa a los productores lecheros. “Hay tamberos a los que se les complica seguir en actividad. Los caminos están destruidos y no pueden ingresar camiones a retirar leche y menos a sacar la cosecha”, comentó. El problema se da en zonas del centro-sur y en áreas del este provincial.

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