12 may 2015

El Suquía sigue contaminado y la mitigación no existe




La Voz del Interior (12/05/2015) 
La contaminación no cesa en Chacra de la Merced

Pese a una resolución judicial, el río Suquía sigue contaminado por efluentes cloacales. La mitigación todavía no se cumple.
En julio del año pasado, la Justicia provincial resolvió que la Municipalidad de Córdoba y el Gobierno provincial debían poner en marcha un plan de mitigación por los efectos en la población de la contaminación que produce la planta de tratamiento cloacal de Bajo Grande. A 10 meses de esa resolución, la situación en el lugar no cambió: el río Suquía sigue contaminado y los vecinos denuncian que no se llevaron a cabo las medidas que se habían ordenado.
El juez Federico Ossola, en el marco de una denuncia presentada el 4 de junio de 2010 por el Centro de Derechos Humanos y Ambiente (Cedha), ordenó el año pasado que el municipio y la Provincia realicen un mapa sociodemográfico y encuestas de factores ambientales de riesgo para determinar la población afectada por la contaminación hídrica.
Ese mapa debía permitir la elaboración de un diagnóstico de base para todas las enfermedades, discriminando patologías producidas por la contaminación del agua y casos detectados para verificar la prevalencia y supervivencia.
También debía servir para crear una base de datos de acceso público de las patologías detectadas en la cuenca y para especificar las medidas de vigilancia epidemiológica adoptadas en la zona de emergencia.
Al mismo tiempo, se debía instalar de forma inmediata un cordón sanitario preventivo entre el kilómetro 2 y el 12 del camino a Chacra de la Merced, en el este de la ciudad de Córdoba. También había que realizar la demarcación y el cerramiento de la zona como peligrosa, control de malezas en las adyacencias de la planta, limpieza de obstáculos a lo largo del curso del río para evitar zonas de aguas quietas y la distribución de agua para riego y brebaje de animales en aquellos lugares donde no cuentan con agua potable.
La resolución de Ossola fue tomada tras los resultados de los peritajes realizados entre 2011 y 2012 sobre el funcionamiento de la planta de Bajo Grande. Allí se detectaron problemas tanto en el tratamiento de los efluentes cloacales como en los equipos que realizan los procesos.
En una recorrida que realizó La Voz del Interior la semana pasada, se detectó que no se tomó ninguna de las medidas ordenadas por Ossola.
Álida Weht, vecina de Chacra de la Merced y miembro de la ONG Las Omas, sostuvo: “Se hizo solamente el relevamiento socioeconómico con asistentes sociales de la Secretaría de Desarrollo Social municipal. La Provincia también hizo un relevamiento, mucho más rápido y liviano. Pero después de los relevamientos, no se tomó ningún tipo de medida. Sigue todo igual o peor”.
La mujer aseguró que sólo hay un médico en el dispensario de la zona, y que inclusive por un mes no hubo personal.
En el recorrido, este diario pudo comprobar que no se realizó la limpieza de malezas, ni la señalización, sigue habiendo aguas quietas y no se cerraron las costas. Todo está como hace 10 meses.
José Valdez vive junto a otras cuatro familias pegado al río. Hay casi una decena de niños viviendo al lado de un canal estancado, las aguas del Suquía y basura que arrastró las últimas crecidas. Entre los desperdicios, hay blisters con sus medicamentos intactos.
“Los chicos sufren problemas gástricos, respiratorios y sarpullidos”, comentó el hombre, que se intoxicó por comer berro extraído de las costas del Suquía. En los sectores donde el agua está embalsada, las burbujas de gas metano aparecen por todos lados.

Mejora posible
El biólogo Federico Kopta, del Foro Ambiental Córdoba, junto con Virginia Pedraza, Agustín Luna, Cristian Tosco y Daniela Arán de Fundeps también recorrieron la zona.
“Nos quedaron varias sensaciones: primero, que toda la contaminación que se realiza sistemáticamente desde Bajo Grande no puede quedar impune. Segundo, que con un poco de presencia del Estado para gestionar y controlar, las condiciones del lugar mejorarían mucho”, sostuvo Kopta.
“El río luce contaminado por efluentes cloacales, tanto por el color del agua como por los sedimentos grisáceos, y se visualizaban sólo una o dos especies de algas”, describió el biólogo.

Ver Noticia On Line


La larga y triste agonía del río Suquía

Mientras se lee esta nota, miles de litros de aguas servidas van a parar al Suquía con apenas un poco de cloro.
Las primeras denuncias por contaminación cloacal del Suquía datan de 1992. Y, según funcionarios municipales a cargo de Bajo Grande en 2002, “entre 1976 y 1987, la totalidad de los líquidos cloacales se volcó en crudo al Suquía”.
Tomando sólo los últimos 15 años, casi no hubo período en el que la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de la ciudad de Córdoba no arrojara efluentes mal tratados a las aguas del río. En ese mismo período, se repitieron las denuncias judiciales contra la Municipalidad por contaminar de manera alevosa todo el sector aguas abajo de la planta.
Otro factor que se repite desde 2000 hasta la fecha es la inacción por parte del Gobierno provincial, responsable de velar por la calidad ambiental del Suquía y de garantizar su buen estado. Más allá de reacciones esporádicas que dependieron del nivel de enfrentamiento político entre el intendente y el gobernador de turno, nunca se hizo cargo de manera efectiva del problema de la planta.
Y los actores se repiten: en 2002, el titular de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas) era el actual ministro de Agua, Energía y Ambiente, Fabián López, quien a su vez fue el titular del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) mientras el Gobierno nacional construía la ampliación de Bajo Grande, obra que, según los peritajes judiciales realizados a apenas meses de su finalización, presentaba graves falencias.
Mientras tanto, el río se sigue contaminando. Mientras usted lee esta nota, miles de litros de aguas servidas habrán ido a parar al Suquía con apenas un poco de cloro. Esta situación condena a cientos de cordobeses radicados cerca de la Edar a convivir con una cloaca a cielo abierto, a padecer olores, a sufrir enfermedades respiratorias e intestinales.
Hay que recorrer la zona para entender la situación. Llegar es sencillo, ya que está a pocos kilómetros en línea recta desde Colón y General Paz. Hay que seguir por 24 de Septiembre, tomar Bajada de Piedra, cruzar por debajo de avenida de Circunvalación y seguir algunos kilómetros para presenciar el desastre ambiental en pleno ejido de la ciudad de Córdoba.

Ver Noticia On Line
.

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs