18 mar 2015

Kopta pasó por el ciclo "Pensar el agua"



La Voz del Interior - Edición Electrónica (18/03/2015)
“Si destruimos la vegetación, en el invierno no vamos a tener agua”

En el marco del ciclo Pensar el agua, el biólogo Federico Kopta explica la importancia de los ecosistemas autóctonos en el ciclo del agua. El geólogo, Osvaldo Barbeito habla de las posibilidades de inundación en Córdoba Capital.
En el marco de la segunda jornada del ciclo Pensar el Agua, iniciativa impulsa por La Voz del Interior, el biólogo Federico Kopta habla sobre la importancia de los ecosistemas autóctonos en el ciclo del agua. A su vez, el geólogo Osvaldo Barbeito explica las posibilidades de inundación en Córdoba Capital.
Para Kopta, que es creador de la Fundación Ambiente, Cultura y Desarrollo (Acude) y promotor del Foro Ambiental Córdoba, la vegetación nativa resulta fundamental para el ciclo del agua ya que cumple tres funciones básicas:
- Actúa como paraguas haciendo que las gotas impacten sobre las hojas y no directamente sobre el suelo, entonces así evita que se disgregue.
- Sirve como una especie de red sosteniendo al suelo con las raíces evitando así su arrastre pendiente abajo.
- Funciona como una esponja reteniendo el agua y de esa manera la va administrando lentamente a lo largo del tiempo.
“Frente a la destrucción de esta vegetación ya sea por incendios, desmontes, expansión inmobiliaria, sobrepastoreo o la invasión de especies exóticas como el libustro, el suelo se ve desprotegido, entonces la gota cae al suelo, lo disgrega arrastrándolo pendiente abajo y termina rellenando nuestros lagos artificiales”, explica el especialista.
Y concluye: “Otra de las consecuencias es que durante el invierno, en la época seca, no vamos a tener agua que alimente las vertientes por esa destrucción de la vegetación”.

Córdoba Capital y su riesgo de inundación
Osvaldo Barbeito, geólogo, docente universitario y profesional principal del Conicet, fue consultado acerca de las posibilidades de inundación de la ciudad de Córdoba.
“Está expuesta a dos tipos de inundaciones: la fluvial, que está ligada al desborde del río Suquía y por otro lado la de los sistemas urbanos y suburbanos laterales que con el correr del tiempo afecten los desagües”, explicó el especialista.
Según Barbeito, para que haya una inundación debería caer una lluvia de 40 o 50 milímetros en el área urbana que provoque a su vez la inundación de todo el sistema lateral que desagüa en la zona del río, donde ya hay lugares críticos.
Para el especialista, hay una baja probabilidad de inundación por un deborde del río, ya que debería darse una coincidencia de dos factores "Por un lado, el embalse tendría que estar evacuando el agua en sus máximos caudales y además en los sistemas aguas abajo del embalse tendría que haber una lluvia extraordinaria".

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