26 ene 2015

Pilas en San Francisco, problema como el resto

El Periódico de San Francisco (26/01/2015)
Pilas: no hay dónde tirarlas

Aquellos que buscan deshacerse de forma responsable de las baterías y otros residuos electrónicos, encuentran pocos buzones y lugares para arrojarlas en la ciudad. Desde Amad señalan que es necesario instalar un destino final seguro para evitar la contaminación.
En la vida de todo consumidor de aparatos y dispositivos electrónicos portátiles en algún momento llega la pregunta de qué hacer con esas pilas gastadas y baterías irrecuperables. Los más cuidadosos, informados de que no se trata un residuo común, intentan buscar alternativas en algún centro de recolección o una pista en alguna página web especializada. La mayoría, no obstante, se deshacerse rápidamente de todo aquello que se vuelve obsoleto sin tomar ciertos recaudos y sin tomar conciencia de los graves perjuicios que puede traer al medio ambiente.
Según distintos estudios, alrededor de un 30% del contenido de las pilas presenta materiales tóxicos capaces de dañar a la salud y el medio ambiente. Absolutamente todas las baterías contaminan, ya que sus componentes riesgosos, generalmente metales, al ser liberados tienen un potencial capaz de desarrollar desde células cancerígenas (cadmio), hasta graves alteraciones emocionales y en el sistema nervioso central, cardiovascular y respiratorio (manganeso, mercurio, plomo, litio). 
Pero lo cierto es que en la ciudad no hay dónde tirarlas de forma segura. La Municipalidad solo las recibe en el Corralón, y hay poquísimos buzones particulares en algunos comercios de fotografía u ópticas que las recolectan y luego las trasladan a ese lugar. Así, los vecinos no saben qué hacer con ellas y la gran mayoría las termina arrojando con la basura doméstica, que luego también van al basural sin un tratamiento especial para este tipo de residuos. Y son altamente contaminantes.

Proceso seguro
Desde la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad), Luis Gaviglio sostiene que debe crearse un mecanismo con un destino final para las pilas que sea seguro. “No se puede hacer una campaña de recolección si después no se les da un tratamiento específico. Hay distintos sistemas que son seguros y hemos presentado varias propuestas para que se haga un plan integral de recolección y luego de tratamiento. Lo mismo pasa con otros residuos electrónicos, en la ciudad no hay dónde llevarlos”, asegura. “Para que la gente se haga una idea, una pila botón puede contaminar con metales pesados a toda una pileta”, agrega.
Gaviglio también destaca el problema de las baterías de los celulares, otro objeto contaminante que una vez inútil no hay dónde arrojarlo. “Las empresas de telefonía también son responsables, porque deberían tener buzones para recolectar las baterías en los comercios y disponer un tratamiento”, precisa. El ecologista anticipa que este año volverán a presentar proyectos para que estos residuos tengan un destino final adecuado y apela a la responsabilidad de los consumidores, de elegir pilas recargables, usar las menos posibles y comprar sólo aquellas libres de mercurio.

RECOMENDACIONES
• Usar pilas recargables.
• No mezclar las pilas nuevas con las usadas. Se reduce la vida útil de ambas.
• No consumir pilas sin marca o “piratas”, ya que contaminan más que las comercializadas legalmente.
• Utilizar preferentemente artefactos conectados a la red eléctrica o a energía solar.
• No tirar las pilas a la cloaca, ya que finalmente llegan al río, y podrían contaminar las aguas.
• No quemar las pilas, de ningún tipo.

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