6 ene 2015

La ciudad que no merecemos

La Voz del Interior (06/01/2015)
La ciudad que no merecemos

Ni el más costoso servicio de recolección de residuos y limpieza de calles tendrá éxito si no existe una actitud de colaboración por parte de los vecinos de la ciudad de Córdoba, que parecen haber olvidado los deberes de vivir en sociedad.
La Municipalidad de la ciudad de Córdoba se apresta a adjudicar la licitación para el servicio de recolección de residuos y limpieza de calles a las actuales prestatarias, esto es a las empresas Lusa y Cotreco, que mantendrán la actual división de la urbe en dos grandes áreas.
Por ahora, ambas compañías gozan de otra prórroga por 90 días de los contratos transitorios, elaborados en su momento por la gestión de Ramón Javier Mestre, al cesar los servicios de la empresa municipal Crese.
El comportamiento de las dos empresas en esta etapa de transición ha sido sólo aceptable, ya que la calidad del servicio está lejos de lo que esperan los cordobeses. Recorridos que no se cumplen en su totalidad, carencias en días feriados o fines de semana largos, deficiente limpieza de calles y de espacios públicos, además de la persistencia de basurales a cielo abierto, son algunas de las deficiencias en las prestaciones de esas dos empresas que continuarán con el servicio hasta 2022.
Este no es el espacio en el que merecen vivir los cordobeses. Pero las deficiencias que se observan, unido a cierto relajamiento en la calidad de la prestación por parte de los empleados, en especial de los que tienen a su cargo el barrido y limpieza de espacios públicos, no son sólo responsabilidad de las empresas.
Los habitantes de la ciudad de Córdoba juegan un papel negativo en cuanto a la limpieza de la segunda urbe del país. Existe una clara actitud desaprensiva de quienes arrojan a la calle desde papeles de caramelos hasta bolsas de plástico y cualquier otro elemento.
Hace un año atrás, un exintendente de Córdoba se quejaba amargamente del cambio de conducta que mostraban los cordobeses, que se contraponía a la que habían exhibido décadas atrás cuando la ciudad era reconocida por la calidad de sus recursos humanos, sino por haber desarrollado un espacio admirable.
Los cordobeses son los principales responsables de que la ciudad se vea hoy desmejorada y sucia.
Por parte de las autoridades no sólo será necesario un estricto cumplimiento del pliego y de las obligaciones que asumen las prestatarias, ya con un marco normalizado, sino que deberán ser responsables de una campaña para volver a la práctica de buenas costumbres por parte de los habitantes de Córdoba. Luego de esa acción, vendrá el tiempo de la sanción punitiva de quienes, sin ningún tipo de responsabilidad social, decidan seguir ensuciando el lugar que compartimos. Los cordobeses nos merecemos otra ciudad, para cuidar la salud de todos y mejorar nuestra calidad de vida. En suma, para no seguir destrozando nuestro espacio público.

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