27 oct 2014

La necesidad de mejoras del transporte público

La Voz del Interior (27/10/2014)
Transporte alternativo

Toda iniciativa tendiente a alentar el uso de bicicletas en la ciudad de Córdoba es positiva, pero debe ser acompañada con mejoras del transporte público y la concientización de los conductores.
Distintas iniciativas y obras públicas en marcha coinciden con la saludable idea de masificar el uso de la bicicleta como medio de movilidad en la ciudad de Córdoba.
Se trata de una costumbre que se va arraigando en las principales urbes del mundo, en virtud de que la bicicleta es un recurso alternativo económico, simple y ecológico. Además, contribuye a descomprimir los fenomenales colapsos que genera el transporte automotor en todas sus variedades, de manera particular durante las horas más críticas de circulación.
En la tarea de promover y viabilizar ese hábito, la Municipalidad de Córdoba acaba de ampliar la red de ciclovías, con la puesta en marcha de un nuevo tramo bidireccional en la mano norte de la avenida Costanera, entre los puentes Leticia y Centenario. Este recorrido, de unos tres kilómetros, permite a los ciclistas una conexión directa entre barrio Juniors y el Centro de la ciudad.
Otro aporte interesante tiene que ver con el programa “Estudiantes sobre ruedas”, impulsado por la Federación Universitaria de Córdoba (FUC). El proyecto prevé entregar 300 bicicletas en comodato a estudiantes de la Universidad Nacional que opten por ese servicio alternativo.
En sintonía con lo dicho por el titular de la FUC, Guillermo Massola, se trata de incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte sustentable, además de reducir costos de movilidad y promover un saludable ejercicio físico.
De hecho que para alcanzar el objetivo de una ciudad adaptada para el uso de la bicicleta, es necesario tomar recaudos en los procedimientos y costumbres.
En ese aspecto, deben regir normas de seguridad para los ciclistas y de concientización para aquellos que se movilizan en automotores. Es cierto que la ciclovía es una red selectiva, pero de igual forma los conductores de otros vehículos tendrán que priorizar en todo sentido la integridad de los que se movilicen en dos ruedas.
Todo es factible si hay voluntad en avanzar con las obras y ajustar la prevención. No se trata de un sistema novedoso, ya que se aplica con éxito en grandes urbes saturadas de tránsito, entre ellas la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Basta señalar que casi dos millones de bicicletas recorren las calles de Amsterdam (Holanda), una metrópolis agitada que dispone de una eficiente red de carriles específicos. Otro tanto ocurre en París, Francia, donde desde hace años rigen normativas destinadas a la llamada “red de pistas ciclistas”, con lo que se alcanzó el objetivo de disminuir de manera exponencial el tráfico automovilístico. Y algo similar ocurre en Copenhague, Dinamarca, y otras ciudades nórdicas.
Son referencias para tomar en cuenta en una metrópolis como Córdoba, que sufre las consecuencias de un tráfico sin control. Pero habrá que adaptar los mecanismos para que todo se desarrolle en un marco previsible y seguro.

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