23 oct 2014

Agropecuarias va a la Justicia por las agresiones



La Mañana de Córdoba - Edición Electrónica (23/10/2014)
Tras la violenta agresión, el decano de Agropecuarias va a la Justicia

Bajo la patrocinio legal del abogado Ortiz Pellegrini, Marcelo Conrero radicará mañana una denuncia penal por "coacción y amenazas" ante la fiscal Graciela López de Filoñuk. Es por los hechos de violencia ocurridos el martes pasado durante la sesión del Consejo Superior que anuló el convenio con Monsanto.
El decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, Marcelo Conrero, irá mañana a la Justicia Federal para denunciar penalmente a los activistas que el martes pasado lo agredieron durante la sesión del Consejo Superior que derogó el acuerdo con la empresa Monsanto.
La presentación será radicada ante la Fiscalía Federal Nº 3, a cargo de Graciela López de Filoñuk, según confirmó su representante, el abogado Miguel Ortiz Pellegrini. 
"Hemos quedado en concurrir mañana a la mañana para exponer nuestras quejas y contar cómo ocurrieron los hechos", precisó en diálogo con Mitre 810.
El hecho ocurrió el martes pasado cuando un grupo de jóvenes, muchos de ellos encapuchados y portando palos, agredieron física y verbalmente a las autoridades universitarias.
El Consejo Superior debió pasar a un cuarto intermedio y no pudo tratarse la derogación ya consensuada entre los decanos del Convenio de Cooperación entre la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Monsanto.
El rector Francisco Tamarit calificó la irrupción como un acto de agresión “descomunal”.

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La Voz del Interior - Edición Electrónica (23/10/2014)
Monsanto: denuncia penal contra los agresores del decano de Agropecuarias

Será presentada por el propio Conrero contra los activistas que lo atacaron con químicos. La Justicia ya interviene por los hechos en el Consejo Superior de la UNC. Actuación del Inadi. Análisis de Adrián Simioni y de Edgardo Litvinoff.
El decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba, Marcelo Conrero, demandará a los activistas que lo agredieron con químicos (posiblemente glifosato) en la sesión del Consejo Superior que anuló el convenio entre esa unidad académica y la empresa Monsanto.
La Justicia federal ya intervenía de oficio merced a una actuación de la fiscal Graciela López de Filoñuk que comenzó a investigar los hechos apenas tuvieron difusión pública.
El hecho mereció el repudio de la conducción de la UNC, encabezada por Francisco Tamarit, además de numerosos asociaciones y entidades.
El Inadi Córdoba expresó su preocupación por los hechos y ha solicitado una serie de elementos para determinar si corresponde algún tipo de pronunciamiento.
Conrero designó como representante al abogado Miguel Ortiz Pellegrini, quien confirmó la presentación de una denuncia penal.
El decano concurrirá al despacho de la fiscal para exponerle los hechos, según explicó su abogado.

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Monsanto: cada cual puso su granito violento

Todos repudian la agresión al decano de Ciencias Agropecuarias. Pero muchos son responsables de haber llegado a esta situación.
La reciente agresión de militantes anti-Monsanto al decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC, Marcelo Conrero, despertó la indignación de muchos. Pero la mayoría de los indignados no sólo reaccionaron tarde, sino que tienen algo de responsabilidad por llegar al punto en el que hoy se encuentra la situación.
El Gobierno de Córdoba. Impulsó, permitió, silenció, dio marcha atrás, volvió y se lavó las manos, en ese orden, respecto de la radicación de esta empresa en Malvinas Argentinas. Permitió que la construcción de la planta comenzara aun sin la presentación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y sin la audiencia pública previa, previstas en la ley, y sentó la primera base para el reclamo jurídico respecto de la radicación de Monsanto. Apenas comenzada la polémica, silenciaron su postura. Impulsaron una nueva ley de ambiente. Se niegan a difundir el primer EIA rechazado, aun cuando se trata de información pública, y mantiene un peligroso statu quo que dilata y complejiza los enfrentamientos.
Monsanto. La empresa podría haber seguido los pasos que marcaba la ley, aun cuando el Gobierno de Córdoba no se los exigió. Manejaron mal su comunicación, en especial al inicio del conflicto, y comenzaron una campaña comunitaria cuando el agua les llegaba al cuello.
Ambientalistas. Sería injusto poner a todos en la misma bolsa. Hay agrupaciones y militantes de todos los colores y sabores. La única crítica común que podría caber es que, en el fondo, la mayoría de ellos está en contra del modelo productivo sojero que sostiene la economía argentina. Y esto excede a Monsanto, al intendente y al gobernador de una provincia. Es una discusión que más amplia que debería darse a nivel nacional, aunque no parece existir esa intención. Por esta razón, a veces se utilizan argumentos que, en realidad, sólo buscan contener al anterior. La violencia es uno de ellos.
UNC. Es comprensible que a la Universidad Nacional de Cordoba -con la autonomía de la que disponen sus facultades- se le dificulte consensuar una posición común. Por eso hay decisiones contradictorias: por un lado la UNC cuestiona las bases legales sobre la que se montó la empresa y, por el otro, la Facultad de Ciencias Agropecuarias hace un convenio con Monsanto, que ahora derogó. Pero la Casa de Trejo sigue siendo incapaz de dar el verdadero debate de fondo, en todas sus aristas. Como recuerda en su Facebook el periodista Sergio Carreras, "en los últimos años la UNC rechazó la minería a cielo abierto, los cultivos con semillas modificadas, la sojización. Eso sí: quiso enseñar ayurveda, medicina tradicional china y homeopatía".

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