19 jul 2014

Aves de córdoba sin ecosistemas adecuados



La Voz del Interior (19/07/2014)
“Por el desmonte, las aves se refugian en las reservas”

El ornitólogo Javier Heredia acaba de reeditar su guía de aves de las sierras de Córdoba, que incluye más de 250 especies. Consejos sobre cómo, qué y dónde observar pájaros en Córdoba.
Más de 250 especies de aves habitan las sierras de Córdoba. Algunos sólo se diferencian por detalles. Si usted siente curiosidad por distinguirlas, quizá le interese el trabajo del ornitólogo Javier Heredia.
Javier es un aficionado y autodidacta especialista en aves con más de 25 años de experiencia. Ha reeditado su guía de campo Aves de las Sierras de Córdoba , en donde describe a cada una con los detalles indispensables para reconocerlas. Desde su tamaño hasta su canto característico.
Presentará el libro este miércoles, a las 19, en la Capilla del Buen Pastor. Fue editado por la Asociación Ecoval.

–En el libro describe más de 250 especies. ¿Pudo observarlas a todas?
–A la mayoría, pero también hay datos de otros observadores y de publicaciones. En las sierras de Córdoba hay muchas aves porque es un lugar de encuentro de las regiones patagónica, andina y de la mata atlántica. Además, el hombre ha contribuido con la construcción de los diques, los cuales atraen a las aves acuáticas.

–¿Cuál especie le gusta observar más?
–El cóndor es una de las especies que me atraen mucho. También los picaflores y los pájaros carpinteros, porque son muy interesantes sus conductas. Los carpinteros tienen una forma de alimentarse muy particular, además no forman grandes bandadas salvo en invierno. En Córdoba hay una buena población del carpintero negro, de las más abundantes en todo el Chaco americano. También está el carpinterito común, de sólo ocho centímetros, que desde la década de 1990 se ha expandido por las sierras.

–¿Se puede vivir de la ornitología sin ser investigador de carrera?
–La ornitología en Argentina está sustentada por el trabajo de aficionados y autodidactas. Por suerte, ahora puedo vivir de la ornitología. Trabajo mucho haciendo relevamientos de aves en áreas protegidas y también guiando a observadores de aves que vienen del extranjero. Ahora estoy realizando un relevamiento de las aves en la Reserva Vaquerías de la Universidad Nacional de Córdoba.

–¿Cómo se realiza un relevamiento de aves?
–En el caso de Vaquerías estuvimos un año relevando la reserva con un guardaparque. Se determinan recorridos y puntos de conteos. Se hacen observaciones diurnas y nocturnas. También se utilizan redes de captura.

–¿Cuál es la situación de las aves en Córdoba?
–Por el desmonte, las aves se están refugiando en las reservas que quedan. La deforestación para la agricultura y con fines inmobiliarios obligan a las aves a concentrarse en estas zonas. Por ejemplo, en Vaquerías se realizó un relevamiento en 2000 y se contaron 100 especies. En 2011 contamos casi 180. Pero también están apareciendo nuevos datos gracias a que hay más observadores que sacan fotos y las comparten en los clubes de observadores de aves.

–¿Qué tan común es descubrir o redescubrir una nueva especie para Córdoba?
–No es tan común pero se da. El año pasado se descubrió un jilguero del monte, en las sierras. Esta especie es del oeste del país y es la primera vez que se la describe en Córdoba. Hace dos años se describió otra especie plena de la familia de los tiránidos (tijeritas, fiofíos, sietecolores y otras). Todas estas descripciones fueron realizadas por ornitólogos aficionados.

–¿Cuántos observadores 
de aves hay en Córdoba?
–Es difícil saberlo. Hay tres generaciones. Están los pioneros, como el caso de Manuel Nores; luego viene nuestra generación y ahora hay mucha gente joven aficionada a las aves. Aves Argentinas creó los Clubes de Observadores que permitieron reunir a los aficionados con ornitólogos de experiencia. En Córdoba hay tres clubes: Sierras de Córdoba, Mar Chiquita y Calamuchita.

–¿Qué tan importante para la observación es reconocer el canto de las aves?
–Es muy importante. Los ornitólogos locales tenemos una ventaja respecto de los observadores extranjeros que vienen a Córdoba, porque tenemos el oído entrenado. Nosotros trabajamos mucho de oído, sobre todo, en el bosque cerrado. Hay aves que son muy difíciles de ver, pero se pueden escuchar.

Consejos para observar

–¿Cuáles son las cinco aves locales que todos los cordobeses deberían poder identificar?
–La remolinera chocolate y la remolinera serrana que se encuentran en arroyos de altura en las Sierras Grandes; el gallito de collar, un ave común en las sierras pero desconocida y difícil de ver; el carpintero negro, una figurita difícil para los observadores del mundo pero común en las sierras; la charata, antes sólo observable en Cerro Colorado pero ahora ya se la puede ver en Río Ceballos. No son especies difíciles de reconocer pero son difíciles de observar porque se encuentran en lugares específicos.

–¿Qué buenos sitios para observar aves hay cerca de la ciudad de Córdoba?
–Dentro de la misma ciudad hay buenos sitios. Por ejemplo, en la Reserva San Martín; el Parque Sarmiento y la vegetación del Zoológico y en los alrededores de la Universidad Libre del Ambiente y el Jardín Botánico. Allí se pueden ver especies impensadas por ser sitios urbanos.

–¿Qué debe llevar un observador para tener éxito, además de su libro?
–Necesita binoculares de no más de 8x40 u 8x50. También debe tratar de aprender a trabajar con sonidos. En Argentina no hay mucho material, y menos digitalizado, pero se puede ingresar al sitio web www.xeno–canto.org para descargar los cantos de las aves.

–¿Podemos usar el celular para reproducirlos y atraer a las aves?
–Sí. Hay gente que usa eso, aunque hay equipos más sofisticados. Yo uso un iPod con un parlante. De todas formas, hay épocas del año en que las aves no responden al canto, pero en primavera y verano sí, porque es la época de reproducción.

–En el libro aparecen escritas como onomatopeyas los cantos de las aves. ¿Es común o es un invento suyo?
–Es común. En las guías del mundo se describen los cantos con onomatopeyas y comparaciones con otros sonidos.

–¿A qué público le gustaría que llegara su libro?
–La idea de este libro, como de otros que surgieron de la asociación Ecosistemas Argentinos, es llenar ese vacío que hay para los docentes, guías de turismo y público en general que se pregunta qué árbol es el que está en su patio o qué aves son las que ven en las sierras. El libro aspira a entusiasmar al público en general para que se interese por las aves y aprenda sobre sus conductas. Es una guía más práctica que la nacional que tiene mil especies, lo cual dificulta el trabajo.

Cuatro aves de las Sierras que vale la pena conocer
Charata. Antes, la charata era sólo observable en Cerro Colorado, pero ahora ya se la puede ver en Río Ceballos. Es un ave grande y muy bulliciosa. Es más común en el norte del país.
Carpintero negro. El carpintero negro es una figurita difícil para los observadores del mundo, pero es común en las sierras de Córdoba. Está presente en bosques maduros y anida en los huecos de los árboles.
Remolinera chocolate. Habita en las zonas altas de las sierras, cerca de los arroyos. Mide unos 17 centímetros. Hay otras tres especies más de remolinera. Se la distingue por ser de color más oscuro.
Gallito de collar. El gallito de collar, también conocido como serranito, es una ave común en las sierras pero desconocida porque es difícil de ver. Vive en bosques bajos y pastizales. Es muy colorida y mide 15 centímetros.

Dónde conseguirlo
El libro Aves de las Sierras de Córdoba fue reeditado por la Asociación Ecoval, que lo ha distribuido en la ciudad de Córdoba y la región. La presentación será este miércoles, a las 19, en la Capilla del Buen Pastor. Más información sobre la ornitología del país, en www.avesargentinas.org.ar

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