23 jun 2014

Que se entierra en el Piedras Blancas



Día a Día (23/06/2014)
En abril, Piedras Blancas enterró 60 mil toneladas de basura

Relleno sanitario. Equivalen en volumen a 12.000 mil elefantes. El 90% de esos residuos son generados por la Capital y el resto por 25 localidades cercanas que usan el enterramiento.
Para la mayoría de los cordobeses capitalinos el problema de la basura concluye al poner la bolsita en la puerta. Pero, basta tomar perspectiva y mirar al enterramiento donde todas esas bolsas terminan para comprobar la enorme bomba ambiental que alimentamos, a un ritmo de 1,2 kilo promedio por día por habitante. El relleno sanitario de Piedras Blancas, esa gran fosa impermeable ubicada a 12 km al sur de la ciudad que recibe los residuos de Córdoba y 25 localidades cercanas y que reemplazó al de Bouwer, ingresó y enterró en abril -último dato oficial disponible- 59.929 toneladas de basura.
60 millones de kilos. El volumen, que equivale en peso a una manada de 12 mil elefantes, fue generado en un 90 por ciento por esta Capital: 33.152 toneladas correspondieron a la basura levantada casa por casa por la recolección domiciliaria y otras 10.243 toneladas fueron extraídas de los basurales urbanos. Eso significa, además, que vecinos -a mano propia o usando el servicio de carreros- arrojaron a los baldíos de la ciudad un volumen de desechos similar a un tercio de lo que sacaron para que se lleve el camión en el mes. Junto con la recolección domiciliaria y la limpieza de basurales, el tercer gran aporte de basura el enterramiento vino de la mano de “grandes generadores”, esto es, industrias y comercios que por el alto volumen que producen deben recolectar con un servicio específico sus residuos. Este grupo ingresó 7.241 toneladas de residuos a Piedras Blancas en abril, y durante todo 2013 fue responsable del 14 por ciento de lo enterrado en el lugar. El resto del caudal llevado desde la Capital al predio provino del barrido de calles, la limpieza de bocas de tormenta, la poda, residuos especiales y otras fuentes.
En definitiva, y durante todo 2013, la recolección domiciliaria aportó en promedio un 62% de la basura que se entierra; y los basurales un 8,5 por ciento. Por mes, Córdoba capital generó un promedio de 50.600 toneladas de basura.
117 basurales son 25 ciudades. En tanto, por fuera de lo que la ciudad genera y dispone en el relleno, el complejo operado por Crese recibe la basura de otras 25 localidades y comunas cercanas cuya escala no les permite tener un enterramiento propio. Todas ellas pagan el servicio por tonelada enterrada. Aunque se trata de un número importante de sitios (Alta Gracia, Villa Allende, Río Ceballos, Saldán, La Calera, etc.), en conjunto en abril aportaron 4.044 toneladas a Piedras Blancas, y durante todo 2013 su caudal de residuos fue del 7 % del total enterrado en el predio. El volumen de basura que disponen es menor incluso al que el municipio debe levantar mes a mes de los 117 basurales a cielo abierto que hay en esta capital y llevar al relleno.
Plástico de los años ‘80. El aluvión de residuos que termina enterrado incluye toda clase de elementos, a excepción de los de diversa peligrosidad que, por ley, requieren tratamientos específicos (ciertos desechos industriales, los patógenos, etc). La basura de los hogares y otra generada en gran escala, como las cubiertas de autos, van a parar a la fosa de Piedras Blancas, aunque en parte importante podría recuperarse (ver “Si Córdoba…”.). El personal del predio explica que las cubiertas -que son reutilizadas en muchos lugares y para usos diversos, incluso en Buenos Aires- , por ejemplo, son un gran problema, porque ocupan mucho espacio y tienen a flotar, oponiendo resistencia al enterrado. El material plástico y el vidrio son también los que más tardan en degradarse, algo que puede verse hoy en el enterramiento: a medida que se cava la fosa hoy en uso, se descubre en la tierra una gran guarda oscura. Se trata del plástico enterrado allí hace más de 25 años, cuando la ciudad usaba ese mismo lugar para tirar su basura (fue cerrado en 1981).
Si Córdoba separa basura, iría 20% menos al relleno. Separar la basura entre húmeda (todo lo que se pudre) y seca (papel, vidrio, lata, etc.) con el fin de reciclar la segunda es una buena práctica ambiental no sólo recomendada y adoptada mundialmente, sino a esta altura impuesta como necesidad. La Muni asegura que sigue firme el plan de impulsarla a toda la ciudad antes de fin de año, haciendo que el actual servicio de recolección de residuos domiciliarios que se presta seis días a la semana levante uno de ellos sólo basura seca de los hogares. Para eso, los vecinos deberían habituarse a tener en sus casas dos tachos, uno para los residuos orgánicos y otro para todo lo reciclable: papel, cartón, vidrio, tela, madera, plástico, etc.
Y sacar cada clase de basura el día que corresponda. Funcionarios de Ambiente municipal estimaron que si este esquema funcionara con mucho éxito -servicio eficiente y mucha colaboración del vecino-, en el mediano plazo podría reducirse un 20 por ciento el volumen de desechos enterrados por la ciudad en Piedras Blancas, puesto que ese sería el caudal recuperado a través del reciclado. Esto equivale bajar de 50 mil a 40 mil toneladas mensuales el promedio que se entierra en el relleno (según datos de todo 2013).
Hoy, marginal. Hoy, la ciudad tiene un circuito para separar basura que durante todo 2013 recuperó 2.577 toneladas, un volumen similar al que a diario se entierra en Piedras Blancas. El sistema, operado por Crese, incluye dos centros verdes que separan la basura seca levantada del Centro y recolectada por Lusa y Cotreco-con cumplimiento irregular- una vez a la semana en 190 barrios. Para generalizar este esquema a toda la ciudad, el municipio está armando un punto verde de mayor escala, y quiere incluir el servicio de recolección diferenciada un día a la semana en el servicio de higiene urbana que resulte adjudicado una vez definida la licitación aún abierta.

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