12 abr 2014

La toxicología del endosulfán

El Puntal de Río Cuarto (12/04/2014)
Advierten que la ingesta crónica del pesticida provoca daños genéticos

Médicos indicaron que “la intoxicación crónica degenera los procesos naturales de desarrollo”. Días atrás, el Mercado de Abasto y el Edecom detectaron la presencia del químico en 7 mil kilos de tomate
La detección de 7 mil kilos de tomate contaminados con endosulfán puso en alerta a los especialistas en la materia. Las verduras iban a ser comercializadas en la ciudad, pero entre el Mercado de Abasto y el Edecom constataron que contenían restos del químico, prohibido por el Senasa desde el año pasado. De todos modos, al tratarse de uno de los primeros controles -además, con resultado positivo-, disparó el interrogante sobre los efectos de la exposición prolongada a ese insecticida. Según la opinión profesional de un médico toxicólogo, el químico genera alteraciones genéticas cuando la personas están expuestas durante períodos prolongados.
El médico toxicólogo Luis Mazzarini (M.P. 24.410 / M.E. 14.673) le explicó a este diario que el endosulfán es un insecticida proveniente de la familia de pesticidas artificiales cuyo origen se remonta a la fabricación del DDT, en 1943. “Estos insecticidas son de toxicidad persistente, bioacumulable, de alta estabilidad química, de gran estabilidad a la luz y de difícil degradación biológica. Además, se puede trasladar a grandes distancias”, dijo.

-El endosulfán fue prohibido por el Senasa, ¿por qué razones?
-Por sus efectos a mediano y largo plazo en la salud, estos insecticidas han sido prohibidos en todo el mundo. Está comprobado que el endosulfán tiene diversos efectos tóxicos en el sistema nervioso del ser humano, afectando a la corteza prefrontal del cerebro, que está involucrada en las áreas cognitivas, la atención selectiva, la memoria de trabajo de corta duración, la conducta sexual y maternal y la depresión. El endosulfán cambia los niveles de varios neurotransmisores en el cerebro y, en particular, bloquea la recepción del neurotransmisor Gaba (o ácido gamma-aminobutírico) en las células nerviosas que juega un papel importante en la gestación del desarrollo cerebral.

-¿Qué pasa en la exposición prolongada al insecticida?
-Las intoxicaciones crónicas con endosulfán van a producir genotoxicidad, es decir que las expresiones genéticas a partir de intervenciones alimentarias contaminadas van a degenerar los procesos naturales de desarrollo. En especial el cognitivo, deviniendo en enfermedades diversas, de índole crónico, recurrente y degenerativa.

-Es decir que el problema no es la ingesta ocasional, sino la que es sostenida en el tiempo.
-Los mecanismos de autorregulación de las funciones vitales del ser humano pueden minimizar los efectos de una ingesta leve y excepcional, pero de darse el caso de sostener una dosis de absorción, aunque mínima, en un período de tiempo largo, vamos a estar en problemas de salud. Tal fue lo que ocurrió en el 2003 en el departamento de Villaguay en Argentina, en una localidad de 3 mil habitantes, donde se denunciaron casos de malformaciones y abortos espontáneos que se atribuyen a las fumigaciones aéreas con endosulfán en los grandes monocultivos de soja transgénica.

“Hay que ver el trasfondo”
Jorge Torres, de la consultora Riesgo, Salud y Ambiente, e integrante de la Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos, sostuvo que el control sobre las verduras contaminadas es un paso positivo, pero llamó la atención sobre el asedio del monocultivo en la producción frutihortícola. 

-¿Cómo recibió la noticia de que se detectó endosulfán en verduras que estaban por ser vendidas?
-Por un lado, me parece que hay que celebrar que se hizo un control que no se había hecho nunca. Es decir que se controle la aplicación de productos químicos que no están permitidos. Por otro lado, hay que entender que la producción frutihortícola está compitiendo por el uso de suelo contra el monocultivo y la inversión inmobiliaria.  Los quinteros están presionados para producir cada vez más en menos espacio. En las últimas décadas, cada vez es menor la participación de la producción local en lo que demanda la sociedad. Las frutas y verduras vienen de cada vez más lejos.

-Y eso complica el control.
-Ahi se da una injusticia porque, según la información que tenemos, a los productores locales se los controla al menos una vez al año.

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