23 feb 2014

El agua es inodora, insípida e incolora...salvo en Córdoba

La Voz del Interior (23/02/2014)
Aguas turbulentas

El agua es inodora, insípida e incolora, salvo en Córdoba, donde suele salir de las canillas con algunos olores inquietantes, gusto a cloro (en el mejor de los casos) y con una tonalidad amarronada.
El agua es inodora, insípida e incolora, salvo en Córdoba, donde suele salir de las canillas con algunos olores inquietantes, gusto a cloro (en el mejor de los casos) y con una tonalidad amarronada, lo que genera una lógica resistencia a consumirla por parte de los cordobeses, incluso de los más sedientos. Este misterioso fenómeno se registró con intensidad durante las olas de calor y provocó algunos cambios de hábito en la población.
“Esta reticencia a beber agua de la canilla puede llevar a la búsqueda de líquidos sustitutos, algunos de ellos decididamente nocivos para el organismo como el aguardiente, el vodka o el difundido compuesto conocido como “fernet con coca”, señaló un comunicado del Observatorio de Ingesta de Líquidos Varios. “Todavía no contamos con datos estadísticos que indiquen un aumento del consumo de alcohol en Córdoba y mucho menos un fenómeno de este tipo que tenga relación directa con la turbiedad del agua”, agregó el vocero del organismo, Carlos Liquor, mientras llenaba un vaso con gin tonic contenido en el dispenser de su despacho.
Para alejar aun más a la gente del consumo, incluso hubo denuncias de que en algunos barrios el agua potable emergió de los picos con abundante presencia de cal, lo que en su momento obligó a algunas aclaraciones por parte de Aguas Cordobesas. “Esta empresa aclara todo menos el agua”, consideró con ironía un vecino, mientras decidía si utilizaba el agua de la canilla para blanquear su medianera.
Pese a lo perturbador del asunto, hay quienes ven auspiciosa la alta presencia de cal en el agua de cañería. Se trata de empresarios de la construcción que sostienen que este tipo de componentes en el agua facilita la tarea en sus emprendimientos. “Si se le agrega arena y cemento portland en las proporciones adecuadas, se obtiene una excelente mezcla para revoques de interiores y exteriores”, señaló el técnico constructor Carlos Plomada.
Mientras tanto, los usuarios se las ingenian para beber lo que la red de agua corriente les hace ingresar a sus tanques. Algunos hierven el agua, otros les agregan químicos decantadores, están los que la saborizan arrojando jugos en sobre en los tanques domiciliarios, y los que utilizan diversos métodos de filtrado.
Entre estos últimos se encuentra Miguel C. de Barrio Inseguridad Segunda Sección, quien tiene como método de consumo de agua, la colocación de un paño dentro de su boca para que retenga las diferentes impurezas que el líquido pueda tener.
“Con la misma finalidad, también se pueden introducir en la cavidad bucal esponjas, trozos de algodón, gasa, etcétera”, señala el ganador del reality show “Desnudos en el Sahara”, Juan Carlos Demente, quien debió beber agua de un oasis en el cual previamente habían orinado una veintena de camellos.
En este sentido, tanto Demente como otros expertos en técnicas de supervivencia sostienen que si los cordobeses se adaptan finalmente a beber su agua potable, estarán en inmejorables condiciones de superar una crisis ambiental de carácter severo y planetario, como la que provocaría el Apocalipsis. Sobre este cataclismo, el Libro de las Revelaciones asegura que el agua de mares y ríos se convertirá en sangre, lo que determinará que solo unos pocos puedan beberla para calmar su sed, concretamente los vampiros y los humanos entrenados para participar de los concursos de supervivencia televisados. ¿Se unirán los cordobeses, adaptados a beber aguas turbias, a este selecto grupo?
Queda entonces abierto el debate, que promete ser intenso, sobre si los habitantes de la ciudad superarán las duras condiciones que sobrevendrán con el Fin del Mundo, gracias a su asombrosa adaptabilidad a las penurias de su vida actual. “Oscuridad, ríos infectos, taponamiento de cloacas, inseguridad generalizada, caos, algunas de las incomodidades previstas para el Apocalipsis, no asustan hoy por hoy a los cordobeses. Veremos qué sucede”, afirman los expertos. “De última, si los jinetes del Apocalipsis se ponen muy ásperos, les hacemos un piquete y los c… a pedradas”, opinan en barrio Los Arrebatos Anexo.
De una forma u otra, la ciudad parece disponer de armas para enfrentar el fin de los tiempos.

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