19 sept 2013
Un ejemplo de vida en San Francisco
7:22 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
El Periódico de San Francisco (19/09/2013)
“Por mi vida, trato de cuidar la vida restante”
Ernestina Saravia, guardafauna. Su tarea consiste en rescatar animales silvestres. Como descendiente de pueblos originarios, aprendió a valorar y respetar la naturaleza y a todos los seres vivos.
Uno llega a la casa de Ernestina Saravia (60 años) en barrio Ciudad y de tanto en tanto se escucha el graznido de un ave que surca los cielos en las cercanías. “Ese fue un carancho –me explica-, ellos saben que vivieron acá, que les dieron de comer y así vuelven, pasan, te avisan, te llaman”.
Ernestina es guardafauna y en la actualidad preside la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad). Su tarea principal es rescatar animales de vida silvestre y por eso en estos días cuida en su hogar a un pequeño y hermoso Búho de orejas cortas, una chuña, un chimango- que se pasea de aquí por allá libremente por la vivienda-, y dos gatitas del monte.
¿Cómo ha recolectado sus conocimientos de vida silvestre?
Mis padres eran jornaleros, en aquella época eran los que deforestaban, lo contrario que hago yo, que es forestar. Y de muy niña jugaba con los animales silvestres de monte. Si uno va al Chaco, o a Misiones, se va a encontrar con que los pueblos originarios tienen una mascota pero no están atadas ni nada por el estilo, y uno aprende eso en el campo. El animal tiene contacto con uno pero es libre. Mi escuela viene de vivir en el campo, pero te hablo de campos rodeados de montes.
¿Con qué animales silvestres jugaba?
Jugábamos con los gatos del monte y los pumas chiquitos, que para nosotros eran como gatitos. Y también con los charabones, los ñandúes chiquitos. Los llevábamos a casa y mamá tenía que luchar para que no vinieran los pumas ni los ñandúes a buscar a sus crías. Y así cuando nos descubría tomaba al cachorro y lo llevaba unos 50 metros de casa para que la madre los busque. Por suerte nunca pasó nada, pero esas son las cosas que se vivían antes.
¿Recuerda el primer animal que rescató?
Fue un puma que rescatamos luego de una denuncia y que se encontraba en el patio de una casa. Y siempre han sido gatos monteses, pumas, monos, chuñas, nutrias, comadrejas, patos silvestres y animales que en realidad son del monte y que aparecen en la ciudad. También me ha tocado rescatar a muchas serpientes, como fue el caso de las lampalaguas que se han visto por las calles.
¿Hay alguna especie que la conmueva más cuando la rescata?
El que me hace sufrir mucho más cada vez que nos encontramos con un caso, es el mono, porque es muy humano. Es más, toda la medicación que les damos son para bebés, es como hablar de un nenito, y te duele porque sabés que sufre muchísimo. Esos animales viven con la mamá hasta el año y es el que mayor ternura y preocupación de su vida me produce, porque están en riesgo de extinción y ya no vamos a poder decir que en este país queda algún mono carayá.
En estos últimos años han ido surgiendo ONG protectoras de animales, ¿esto quiere decir que hay mayor conciencia en la gente?
Hay un poco más de conocimiento de las personas que valorizan a los animales y por otro lado está el cazador que se transforma en depredador. Por ejemplo, hoy tenemos cazadores que se llevan 300 piezas y que uno puede encontrar en zonas periféricas de la ciudad, bolsas con aves que las matan por matar. Y producen un daño tremendo porque cazan con desconocimiento, porque ni siquiera los animales les sirven para comer.
¿Piensa que los empresarios agropecuarios ya no respetan el medio ambiente?
Los más jóvenes tienen conciencia de trabajar rotando la tierra y los más viejos están con el tema del arado. Pero lo más preocupante es la fumigación. Ahora en octubre nos llegan los visitantes de Estados Unidos que son los aguiluchos y junto a las cigüeñas, cuando hay mucha fumigación por la soja tenemos poblaciones intoxicadas que se mueren. Las aves nos informan lo que se contamina, lo que comemos y lo que nos puede pasar a nosotros si no tomamos conciencia. Es un tema delicado, muchos se enojan, otros lo pueden entender, pero existe ese desequilibrio.
¿Qué especie de animal está al borde de la extinción y hoy le preocupa?
El aguará guazú, que es el lobo de crin, es la problemática que estamos teniendo en este momento dentro del departamento San Justo. Y los matan por falta de conocimiento. Es parecido a un perro, del tamaño de un gran danés. Y lamentablemente lo estamos perdiendo.
¿Cómo integrante de AMAD, se sienten apoyados políticamente?
Hay gente que sí da una mano de buena fe, de buena voluntad, y no todos los políticos son conscientes. Políticamente no todos apoyan, hay gente que reconoce la tarea, que apoya y otros que no. No es fácil, porque esta no es una tarea que te dé un beneficio económico, es solamente un derecho de vida. Por mi vida, trato de cuidar la vida restante y también proteger la que viene, hasta que me quede tiempo.
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