26 ene 2013

La planificación urbana necesaria en Córdoba capital

La Voz del Interior (26/01/2013)
Planificación urgente y necesaria


La falta de un proyecto urbano racional y a largo plazo dio como resultado el actual caos vehicular. Las soluciones definitivas requieren de paciencia y no son glamorosas.
El reciente anuncio por parte de la Municipalidad de la prolongación de diferentes calles del trazado urbano vuelve a poner el foco sobre un problema acuciante: la creciente congestión vehicular en nuestra capital. No se trata, por cierto, de un mal ajeno a toda gran urbe, pero en Córdoba adquiere enormes proporciones, agravadas por la demora en la consideración del problema.
Planificación nula o apenas mínima en el diseño de la ciudad, miradas cortoplacistas y soluciones de contingencia se suman para deteriorar aún más la situación. Es una clara demostración de que lo urgente es siempre enemigo de lo necesario y de que, con frecuencia, los problemas viejos son tapados con problemas nuevos.
En el afán de mostrar obras, las soluciones políticas suelen complicar las cosas. Las soluciones de fondo requieren de más paciencia y tiempo y no se ven para nada glamorosas. Todo se magnifica a lo largo de la habitual carrera de inauguraciones y cortes de cintas propios de las temporadas electorales.
Las necesidades de los funcionarios de turno rara vez coinciden con las de los ciudadanos. Prueba de ello es el recurso, utilizado hasta el cansancio, de ensanchar las vías de circulación, eliminando canteros y erradicando un arbolado que costó décadas desarrollar. En esa carrera entre el pavimento y el automóvil, el resultado está previsto: siempre los vehículos serán demasiados y las arterias escasas. Por otra parte, nadie imaginaría una maratón de demoliciones en antiguas y bellas ciudades europeas con el argumento de que tienen un trazado medieval.
Se trata entonces de mejorar la traza vial de la ciudad sin perder de vista que sigue pendiente de discusión el espinoso tema de la regulación del tránsito automotor. Con este tema ninguna autoridad suele animarse, dada la multitud de intereses que afecta. Esto remite al transporte público de pasajeros y sus múltiples falencias. Pero no acaba allí la cosa.
Si la intención comunal pasa por concertar con los desarrollistas el aporte a la mejora vial a cambio de la autorización de nuevos proyectos, lo que incluiría calles, redes cloacales y demás, sería oportuno determinar claramente quiénes y a qué costo habrán de encargarse de emprender la ampliación de la red de desagües de la ciudad. Es esa la carencia que las lluvias intensas del verano solían mostrar en toda su crudeza, y que hoy salta a la vista en toda estación, aun con bajos registros pluviométricos.
Se trata de una tarea con menos glamour electoral, pero imprescindible al solo efecto de que las nuevas obras viales no se conviertan en simples canales para el desplazamiento de las aguas. De este modo, lo urgente no se impondrá a lo necesario, y la ciudad podrá apreciar los resultados de una planificación que, hasta ahora, brilla por su ausencia.

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