2 dic 2012

Aproximación a la composición de los RSU de Capital

Día a Día (02/12/2012)
Mil camiones por mes al basural

 
Por mes, a eso equivale el caudal de desechos que termina en los basurales. Es un tercio de lo que levanta todo el servicio de recolección domiciliaria.
La proporción de residuos que los cordobeses tiran en basurales a cielo abierto asusta. Si se la compara con el volumen que levanta el servicio de recolección domiciliaria por todos los barrios de la ciudad, podría decirse que por cada tres bolsas que un vecino suma a los camiones de Lusa y Cotreco, tira otra a un basural.
Esa es la relación que se viene dando este año, pero en 2011 la cosa era peor: terminaba en baldíos y espacios verdes de la ciudad una cantidad de desechos igual a la mitad de lo que seguía el canal formal de la recolección puerta a puerta.
Los datos surgen de analizar las estadísticas de ingreso de residuos al predio de Piedras Blancas, el enterramiento que opera Crese en ruta 36. Allí termina casi toda la basura de la Córdoba, a excepción de gran parte de los escombros que van a un lote específico (la escombrera), los residuos con diverso grado de peligrosidad que tienen tratamiento aparte y los electrónicos que no se recogen.
Según información de la Secretaría de Ambiente, en lo que va del año se entierra en Piedras Blancas una media mensual de casi 62.900 toneladas de residuos, es decir, 62,9 millones de kilos. El principal alimento de ese caudal –que también incluye la basura de 16 municipios cercanos– es la recolección domiciliaria de esta ciudad, que aporta el 57 por ciento del total, unas 35.800 toneladas mes. Le sigue en importancia lo que el municipio levanta de los basurales urbanos y traslada al enterramiento: 10.300 toneladas mes, más del 16,4 por ciento del total que se entierra. Esto significa que particulares y empresas alimentan la centena de “tiraderos” al aire libre que tiene la ciudad arrojando, cada mes, un volumen de basura que podría llenar casi mil camiones compactadores de Lusa o Cotreco (sí, esos que pasan por los hogares y cada tanto prensan los residuos en su interior). Vale aclarar que limpiar esos predios es una tarea que el municipio debe costear aparte.
En 2011, la situación era aún peor: lo que terminaba en los basurales equivalía a la mitad de lo que se levantaba por los hogares: en todo el año, se recolectaron 400.400 toneladas de las casas (400,4 millones de kilos) y tuvieron que recogerse otras 200.200 toneladas de baldíos y rincones verdes de la trama urbana (200,2 millones de kilos). Respecto de ese año, a lo largo de 2012 varios factores parecen haber ayudado a disminuir la relación, además de una baja general en el volumen de desechos. “Profundizamos los controles sobre el arrojo ilegal de basura y realizamos operativos de poda selectiva en avenidas centrales y otras zonas”, explicó el subsecretario de Ambiente, Sebastián Roca. Sumado a eso, el fuerte temporal de enero pasado generó enorme caudal de residuos voluminosos y saturó varios días el ingreso al predio de Crese, afectando el paso, situación que acusan las estadísticas.
Carrero, único “servicio”. ¿De qué se nutren los basurales, que a pesar de su limpieza sistemática no decrecen en la ciudad? Principalmente de restos de poda, escombros y desechos voluminosos. Y sobre eso, de dos ingredientes centrales: altas dosis de indolencia de comercios y otros grandes generadores que en vez de pagar por el correcto tratamiento de su basura la tiran en baldíos, y del aporte de vecinos particulares que a la hora de librarse de cantidades menores de restos de poda, de obra y elementos voluminosos llaman al carrero para que lo tire en el lote más cercano. En este último punto, sobre todo, talla la responsabilidad del municipio, ya que desde 2011 el servicio de higiene urbana no incluye recolección regular de restos verdes y escombros. Eso significa que no existe un circuito de tratamiento formal masivo armado para esa basura, al que el vecino pueda recurrir si quiere hacer las cosas bien. Si se decide a evitar el basural, debería trasladar por su cuenta los escombros hasta la escombrera de Crese ubicada junto a Ciudad de los Cuartetos (al norte de la ciudad), e intentar llevar la poda al predio de Piedras Blancas, un complejo no diseñado para la descarga de particulares.
Esta situación es, precisamente, la que busca cambiar la actual gestión municipal desde 2014, cuando debute el nuevo sistema de recolección de residuos que licitará durante el próximo año (ver “Recolección…”.). Mientras, se trabaja en limpiar los basurales y reorganizar a los carreros.
Integrarlos. Un costado no menor del río de basura que termina desparramado por la ciudad es el hecho de que constituye el medio de supervivencia de los carreros. Según estimaciones no oficiales, unos 6 mil carros –para la comuna son menos– permiten que grupos familiares hagan unos pesos levantando basura y, en su gran mayoría, liberándola en algún basural. En el replanteo de la limpieza de la ciudad, el municipio busca eliminar gradualmente la tracción a sangre sin dejar sin sustento a esta gente.
“Estamos trabajando con tres cooperativas. Respecto de los basurales, la idea es amplificar buenas experiencias que se han dado en villas de emergencia, y hacer que los carreros participen de un sistema de limpieza y concentración de residuos en contenedores en los asentamientos”, adelantó Roca. Según dijo, de esa manera el plan es dar servicio de limpieza a esos barrios y a la vez concentrar allí descarga de carros en forma ordenada. Con esos predios, se reemplazaría el sistema de 25 “basurales controlados” implementado en la gestión Giacomino (baldíos donde los carreros concentran residuos y luego son levantados por las empresas de higiene urbana), que dio resultados dispares.

Recolección, la estrategia para erradicarlos
Que exista un servicio regular de recolección domiciliaria de poda, escombros y desechos voluminosos como muebles, sanitarios o cubiertas; y que los carreros puedan insertarse en un circuito formal de reciclado a gran escala. A eso apunta el municipio como estrategia central para erradicar la centena de basurales que tiene la ciudad desde 2014. Los planes están contenidos en el pliego de licitación del servicio de higiene urbana que la intendencia envió al Concejo Deliberante -donde por estos días se discuten-, y fueron detallados ante los ediles por la secretaria de Ambiente, Gabriela Faustinelli.
El proyecto prevé tercerizar la recolección y barrido en la ciudad dividida en tres zonas: 1 (al norte del río Suquía), 2 (micro y macrocentro) y 3 (al sur del Suquía). Para todas ellas, se proponen servicios de recolección domiciliaria de:
- Poda: frecuencia de dos veces al mes de setiembre a marzo, y de una semanal de abril a agosto.
- Escombros: serán recogidos dos veces al mes, en cantidades de hasta mil kilos o dos metros cúbicos por hogar. Quienes generen mayor volumen, deben contratar un servicio de recolección particular.
- Voluminosos: maderas, chatarras, cerramientos, cubiertas de autos y camiones, sanitarios, muebles, recogidos una vez al mes.
Ninguno de los tres tendrán costo extra para el vecino. Sin embargo, hay un punto clave: cada uno de ellos (al igual que otros servicios) está considerado como “un renglón” que debe cotizarse aparte en la futura licitación. Con ese sistema, el municipio podrá ir decidiendo, en función a las tarifas que presenten las empresas, cuántos de ellos está en condiciones de pagar con el presupuesto que tiene (no puede ser más del 13,1 por ciento del presupuesto municipal). De elevarse muchos los costos, algunos podrían quedar sin adjudicar.
Intenso 2013. Faustinelli estimó que al contar con los tres servicios, los ciudadanos tendrán un modo eficiente de canalizar la basura que hoy termina en los basurales. Por otra parte, y para no dejar a los carreros sin su medio de vida, el plan oficial es empadronar a estos trabajadores durante todo 2013, y hacer que se organicen en cooperativas. Se trata de una tarea ardua, cuya meta es que puedan participar de la recuperación de residuos reciclables en un circuito que se quiere multiplicar desde 2014, cuando se generalice a la ciudad la recolección diferenciada. Para eso, el próximo año deberá ampliarse en forma considerable la capacidad de los dos centros verdes que funcionan en la ciudad o activar nuevos. A la vez, se busca sustituir los carros por vehículos mecánicos.

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