25 ago 2012

Este verano no habrá crisis hídrica?

La Voz del Interior (25/08/2012)
Auguran un verano con menos problemas de agua que en años anteriores

Los diques tienen más caudal que en los agostos pasados. Y los meteorólogos plantean que esta primavera será más lluviosa.
Aunque con matices que van de 15 a 80 milímetros en Córdoba, las lluvias caídas en agosto han sido inusuales por su magnitud, para la estación seca que representa el invierno cordobés. Para agosto, el promedio histórico en el centro de la provincia es de nueve milímetros, y en esa zona cayeron este mes entre 28 y 35 milímetros.
En una provincia que arrastra varios años con crisis hídricas, evidenciadas en dificultades para proveer el servicio de agua potable en el Gran Córdoba y Sierras Chicas, las precipitaciones de invierno han sido una buena noticia.
El impacto en los lagos fue variable: desde los 35 centímetros que subió el San Roque, hasta la variante cero sobre Los Molinos y Embalse, pasando por una crecida de entre dos y 15 centímetros para los restantes diques.
Ahora, el pronóstico sobre el nivel de los lagos para el verano que viene invita al optimismo: la impresión es que, si no hay sorpresas climáticas como sequías que no aparecen en los pronósticos, los lagos llegarán a diciembre en mejores condiciones de caudal que en los últimos cinco años.
“Niño débil”. En Córdoba, la lluvia por arriba del promedio en agosto marca el inicio de un ciclo semihúmedo, según el observador meteorológico Mario Navarro.
Para este especialista, la transición de una corriente neutral a “un Niño débil” favorecerá las precipitaciones en la primavera y el verano próximos y pronostica que “superarán entre un 50 y 70 por ciento las marcas normales en las cuencas serranas y el noroeste de la provincia”. Por esta razón –apuntó– hacia Navidad “es probable que la mayoría de los diques muestre su capacidad de embalse cerca de completarse”.
De ser así, sería una postal muy diferente a la de los últimos años, en los que noviembre y diciembre dibujaron preocupantes bajantes en los diques, que recién se recuperaron hacia marzo, tras las lluvias estivales. En verano 2012, sólo Embalse y San Roque superaron el nivel de vertedero. En los dos años anteriores, únicamente el Embalse calamuchitano llegó a ese nivel, y recién a fines del verano.
El optimismo de Navarro se nutre de algunos datos objetivos: “A esta altura del año, en 2011 estábamos un 50 por ciento de agua más abajo”, precisó.
No obstante, la mejora que augura no revertirá totalmente el déficit en los diques más atrasados, como La Quebrada (en Río Ceballos), advirtió.
Otro dato alentador: la mayoría de los lagos empezaron la estación seca de 2012, en abril, con más caudal almacenado que en años anteriores. Así, aunque pierdan como es habitual entre uno y cuatro centímetros por día en épocas sin lluvias, el nivel con el que lleguen a la primavera sería ahora algo superior. Y si se suma que ahora, según los pronósticos, entre agosto y noviembre llovería algo más que en las temporadas anteriores, el cuadro mejora.
Los ríos deben esperar. Navarro calculó que para que los ríos serranos –sobre todo en el área de las Sierras Chicas donde más retracción mostraron en los últimos años– recuperen la fisonomía que mostraban dos décadas atrás, “debería llover en las cuencas hídricas entre 50 y ciento por ciento más del promedio actual para cada mes en los próximos tres años”. Y explicó: “En los pasados 17 años, las Sierras Chicas acumularon un déficit de agua equivalente a dos años completos sin lluvias. En ese período, perdieron 1.800 milímetros. Por eso un río de esta zona que tenía 12 metros de ancho hoy no pasa de los cinco o seis metros”.
Uno no. Comparado con un año atrás, todos los lagos tienen hoy más caudal. La única excepción es el mayor, Embalse, aunque con apenas 60 centímetros menos, el San Roque tiene casi tres metros más que hace 12 meses.

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