5 jul 2012

Se han multiplicado los edificios en las ciudades

La Voz del Interior (05/07/2012)
Las ciudades medianas se van para arriba

 
En las principales urbes cordobesas se han multiplicado los edificios de departamentos. Pero ahora se suman también en varias localidades de escala media.
Jesús María, Río Tercero, Alta Gracia, Villa Dolores. La construcción de edificios en altura pareció, por décadas, reservada a las grandes urbes. Pero en los últimos años se viene dando ese fenómeno, aunque con matices, también en ciudades medianas cordobesas.
Aparte de la Capital, desde hace décadas inundada por torres en sus barrios centrales, la proliferación de edificios de más de cuatro pisos fue notoria en la última década en Río Cuarto y Carlos Paz, como –aunque en alguna menor medida– en Villa María y San Francisco.
Pero en los últimos años, esa vocación por la altura se empezó a ver también en varias ciudades medianas, de 25 mil a 50 mil habitantes, que empiezan a crecer para arriba, con torres de departamentos, cuando aún tienen espacio por debajo, hacia sus costados.
Dos de 30 mil. Jesús María, con algo más de 30 mil habitantes, tiene hoy en construcción siete edificios, que sumará a los cinco existentes.
Carlos Naum, administrador del primero, erigido en 1998, opinó que los departamentos, aun en ciudades medianas, se han transformado en opciones cada vez más buscadas por parejas de recién casados y por personas de la tercera edad. También por solteros y separados, apuntaron otros.
Cuando se termine la construcción de las siete torres en marcha, la ciudad condensará en pocas manzanas 112 departamentos más.
Antonio Tottis, administrador de otro edificio, sostuvo que “la tendencia a crecer en altura se acentuará” y vaticinó que “cuando haya una autovía decente” a Córdoba, Jesús María se transformará en otra “ciudad dormitorio” de la Capital.
Varios citan que también empujan la demanda de departamentos, más que antes, los oficiales de Gendarmería que llegan como instructores al destacamento-escuela local, o los estudiantes del norte provincial que cursan en Jesús María alguna carrera terciaria.
Desde el sector inmobiliario advierten, a la vez, que no deberían autorizarse nuevos edificios sin exigirles la construcción de cocheras, dado que el estacionamiento en la zona céntrica ya luce saturado.
Villa Dolores, también con más de 30 mil pobladores, ofrece un matiz diferente. Las casas con patio siguen dominando ahí. Sólo un edificio de siete pisos se alza en el centro, aunque otro de 12, con planos autorizados, se empezaría a construir frente a la plaza principal.
Proliferan, en tanto y como en toda ciudad, los departamentos en módulos, de dos o tres pisos, destinados a alquiler.
Martín Celli, de Obras Privadas del municipio, señaló que “en un radio de seis cuadras alrededor del centro hay aún 37 baldíos, porque muchos los tienen como inversión y el impuesto es demasiado barato”.
Gerardo Olmedo, del Colegio de Ingenieros Civiles, analizó: “Acá hay poca construcción en altura porque requiere una alta inversión y no se sabe si hay esa demanda en esta zona. Sigue habiendo lugares no alejados del centro para edificar, el valor de la tierra no es tan elevado en comparación con otras ciudades y la inseguridad no es un problema grave en las periferias”.
Algo más grande. Río Tercero pisa los 50 mil habitantes. Según el municipio, tiene hoy 32 edificios de altura, de los cuales 20 se han construido en los últimos tres años o están en construcción. Como en otras ciudades medianas, rige un tope, de ocho pisos.
Horacio Sánchez, secretario de Obras municipal, apuntó que el incremento llegó de la mano de la modalidad de las sociedades de inversión o fideicomisos que se arman con este fin.
El arquitecto Daniel Coria citó varias causas: planteó que con 50 mil dólares hoy se puede comprar un terreno bien ubicado en un barrio y por el mismo valor se llega o se acerca a un departamento terminado en una torre. Así, el costo de la tierra pesa más que antes.
Coria coincidió en que se incrementó la demanda de departamentos, sobre todo de recién casados, por el menor mantenimiento o la cercanía al centro, y de gente mayor, que los considera más seguros. Y planteó la necesidad de readecuar el Código de Edificación para planificar ese crecimiento: la falta de regulación, por ejemplo, permitió un edificio de altura bien pegado a la iglesia principal.

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Más Información:

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