13 jul 2012

Preocupados por las tormentas de sal

La Voz del Interior (13/07/2012)
Convocan a debatir sobre los efectos de las tormentas de sal

Intendentes y productores están preocupados por el fenómeno. Quieren saber qué consecuencias puede tener para la población.
Productores e intendentes del arco sur de la Mar Chiquita se reunirán para debatir sobre las consecuencias de las tormentas de sal que afectan a la región.
Unos y otros expresaron su preocupación por los posibles efectos que podría tener para la salud humana y para la producción de la región el fenómeno que se registra cuando el viento supera los 30 kilómetros horas.
Allí es cuando levanta los cristales que fueron depositados por la laguna en las márgenes, en su época de crecimiento.
La inquietud fue expuesta al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos de la Provincia de Córdoba. Este organismo es el que está convocando para el miércoles próximo a una reunión de la que participarán entidades como el Inta, el Inti, Senasa, universidades nacionales y la Secretaría de Minería, entre otros.
“A los fines de despejar dudas y tener argumentos firmes para responder a estos interrogantes, vamos a formar esta mesa de trabajo”, manifestó el titular de la cartera agropecuaria, Néstor Scalerandi.
De dónde vienen. Cabe recordar que el domingo 8 de julio la zona fue azotada por la mayor tormenta de sal de la que se tiene registro y esto provocó el alerta en diferentes sectores.
Si bien la vida de la gente no se ve afectada visiblemente, algunas personas sienten los ojos irritados y el aire se llena de un olor salobre que hasta hace algunos años sólo era característico de la localidad de Miramar.
El investigador de Promar, organismo dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba con sede en Miramar, Enrique Bucher explica este novedoso fenómeno climático de la siguiente manera: “Antes no se registraban nubes de sal porque la Mar Chiquita tenía menor tamaño y sus orillas estaban cubiertas de vegetación. Al crecer la laguna rápidamente a fines de los ‘70, el agua mató toda la vegetación y eso es fácilmente observable porque se ven troncos secos por todos lados”.
El especialista agregó que, “sin embargo, al volver a bajar después de que en el 2003 hubo llegado a su cota máxima, el agua dejó enormes playas barrosas. Cuando éstas se secan durante la estación sin lluvias hacen que la sal cristalice y quede en la superficie en forma de pequeños granitos, los cuales son fácilmente levantados por el viento cuando supera una cierta velocidad”.
En baja. La laguna Mar Chiquita viene registrando una disminución constante en su caudal desde 2003, cuando llegó al máximo de su crecimiento. Desde entonces baja unos 40 centímetros por año.
El menor tamaño que tuvo fue en 1891, con 110 mil hectáreas.
En 1977 sorprendió por su crecimiento, que implicó que Miramar, la única localidad costera de la Mar Chiquita, perdiera más de 35 cuadras y 100 hoteles bajo el agua.
En los albores del siglo 21, alcanzó el máximo conocido: unas 600 mil hectáreas en 2003.
Y ahora, nueve años después, alcanza 450 mil hectáreas.
Los estudiosos no se animan a arriesgar hipótesis sobre el futuro de la laguna, aunque tienen en la mira lo que le pasó al Mar de Aral.
Explican las posibles causas de la disminución del caudal a través de dos variables: los ciclos naturales de esta cuenca endorreica y el manejo que se hace “río arriba”, en el Salí-Dulce.

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