8 jul 2012

El auto como transporte en las ciudades grandes

La Voz del Interior (08/07/2012)
En su vida laboral, las personas pasan un año arriba del auto

 
Un cordobés puede estar 10 días por año en el vehículo sólo para ir a trabajar. Es una muestra de cómo el tráfico callejero, a pesar de ser algo complejo, es parte de nuestra rutina.
La aparición del automóvil ha reconfigurado las ciudades y nuestras vidas.
Los estadounidenses dedican más tiempo a conducir que a comer, socializar o al ocio, según una encuesta nacional sobre estilos de vida.
Conducir es la cuarta actividad diaria que más tiempo insume, detrás de dormir, trabajar y ver televisión. Con matices, esta conclusión puede extrapolarse a Argentina.
Por semana, un cordobés puede gastar hasta cinco horas en ir y volver en auto a su trabajo. Esto si lo calculamos para un viaje de 12 kilómetros y 30 minutos de ida y de vuelta, como ir del CPC Argüello al centro de la ciudad de Córdoba, según un cálculo de la Red Nuestra Córdoba.
Cinco horas por semana, que en un año equivalen a 10 días y en una vida laboral de 35 años, a 350 días. Es decir, sólo para ir a trabajar, un cordobés puede pasar casi un año de su vida arriba del auto.
Esto sin contar las veces que vamos a hacer las compras, a llevar los hijos a la escuela y otros usos rutinarios que le damos al vehículo.
Según datos de la Municipalidad, en la Capital hay 643.664 vehículos. Pero se suman 57 mil más que ingresan a diario desde las ciudades dormitorios, un fenómeno en crecimiento entre las personas que buscan lugares más tranquilos para vivir. Sin embargo, tarde o temprano deben enfrentarse al caótico tránsito de la Capital.
“El transitar es imprescindible para llevar adelante una vida saludable (trabajar, estudiar, relacionarnos). Por eso es importante registrar lo fundamental que es esta actividad en nuestra vida y la de los demás para no caer en la naturalización de conductas de riesgo en la calle”, señala Alejandro Rivas, coordinador de la Comisión de Psicología del Tránsito del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba.
El psicólogo entiende que al salir de casa en el auto comenzamos nuestra vida en sociedad. Plantea que es más saludable pensar el viaje como parte de ese encuentro con otros, en lugar de pensar sólo en la meta y en que el viaje es “una mera carrera de obstáculos a superar, que muchas veces culmina en una colisión con quien compartimos el espacio público”.
Conducir es una de las actividades más complejas que realiza una persona a diario. Se estima que un conductor necesita entre 1.500 y 2.500 acciones y habilidades discretas mientras maneja. Compleja y, por lo tanto, estresante.
“Estamos operando maquinaria pesada a velocidades más allá de nuestra larga historia evolutiva, absorbiendo y descartando enormes cantidades de información. Tenemos que tomar decisiones rápidas basadas en un conocimiento limitado de la situación y de lo que otros van a hacer”, explica en su libro Traffic , Tom Vanderbilt, un estudioso del tráfico.
Una actividad estresante que invadió nuestra rutina. Los cambios que ha provocado el automóvil son impensados. Algunos datos curiosos: los conductores tienen mayores índices de cáncer de piel en su lado izquierdo, el de la ventanilla.
En Estados Unidos, el 70 por ciento de la facturación de los locales de comidas rápidas corresponde a pedidos realizados desde el auto.
En un estudio, el sociólogo Robert Putman encontró que cada 10 minutos que una persona pasa arriba del auto se asocia con una disminución de 10 por ciento en su participación de la vida social.
Rivas señala que desde un punto de vista social, es más deseable utilizar el transporte público que el auto.
“Sería importante formar y dar mayor importancia a los peatones, a las bicicletas y el diseño de una ciudad no sólo para automotores”, dice.
Y agrega que el Estado debe apuntar a la prevención, con educación para la salud y la convivencia. “Por ejemplo, transformando el simple trámite de sacar el carné en un proceso psicoeducativo”, apunta.

Por un viaje sin estrés
Calcule bien el tiempo de viaje. Siempre calcule más tiempo del que cree le llevará el viaje. El tránsito es un sistema caótico, un auto mal estacionado puede provocar grandes demoras.
Un auto impecable. Cree un ambiente acogedor y relajante dentro del auto, con música tranquila, un asiento cómodo, temperatura interior adecuada y el espacio ordenado y limpio.
Mantener ocupados a los niños. Los niños aburridos e irritables no sólo aumentan el estrés, sino que también distraen al conductor. Las soluciones: libros, audios, juegos manuales y DVD portátiles.
Picar algo. Tener algún alimento liviano para calmar el hambre. El apetito genera ansiedad, que provoca mal humor.
Fuente. Car Care Council de Estados Unidos. En Internet, www.carcare.org.

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