8 ene 2012

La caza mayor en Córdoba

La Voz del Interior (08/01/2012)
Córdoba tiene dos cotos privados de caza mayor



Existen para cacería de ciervos, antílopes, jabalíes y búfalos en campos cercados. Los turistas extranjeros son los principales adeptos. Un tercero espera habilitación.
Calamuchita. En la provincia de Córdoba existen dos cotos de caza privados habilitados por la Secretaría de Ambiente. Ambos están en el Valle de Calamuchita y ofrecen a sus visitantes, en amplios predios cerrados, cazar animales de especies introducidas, como ciervos, búfalos y antílopes.
Estos centros de cacería están dirigidos, fundamentalmente, a turistas extranjeros de alto poder adquisitivo que visitan las sierras de Córdoba y son adeptos a esta actividad.
Llamativamente, la normativa también permite allí la caza de fauna silvestre, en casos muy puntuales.
El director de Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente, Oscar de Allende, precisó que hay dos establecimientos autorizados “con los papeles al día”, mientras que otros proyectos similares se preparan para ser presentados en las mismas condiciones.
Rincón de Luna, en la zona rural de Villa Yacanto, es uno de los ejemplos. Allí se propone la caza mayor con trofeos de variedades de ciervos (colorados, damas y axis), muflones y antílopes negros.
El otro es El Palenque, en tres mil hectáreas cercanas a la localidad de San Agustín, donde es posible dispararles a ciervos, jabalíes y búfalos.
En tanto, en la gatera está un proyecto para el departamento San Alberto, en Traslasierra, que aún no está funcionando y debe completar trámites para ser habilitado.
De Allende justificó que estos sitios contribuyen a la conservación del monte nativo, ya que el contexto natural autóctono es lo que hace atractiva la cacería para los adeptos al deporte. El funcionario indicó que se esperaba un mayor crecimiento de la actividad, pero que el mismo no se produjo en los últimos años.
Los permitidos. Jabalí, ciervos colorado, axis y dama, y el antílope negro son algunos de los animales exóticos permitidos para utilizar como trofeos de caza en predios cerrados habilitados en las Sierras de Córdoba.
“Entre los requerimientos, deben presentar estudios de impacto ambiental”, aseveró De Allende. Según dijo, la exigencia de cerramiento del perímetro impide que los animales puedan salir del predio. “Pedimos un alambrado perimetral seguro y alto, con base de cemento, para que no haya fugas”, precisó.
En ese sentido, minimizó la posibilidad de huida de animales, lo que podría acarrear problemas si llegaran a insertarse entre la fauna local. “Están tomadas esas precauciones”, apuntó el director de Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente. Lo ocurrido con el jabalí es un ejemplo de los dolores de cabeza que puede provocar la presencia de especies introducidas, que crecen por arriba de las autóctonas.
De Allende aclaró que la fauna silvestre a cazar que menciona una resolución aprobada en 2001 se refiere a algún ejemplar que se encuentre circunstancialmente en el coto cerrado, como alguna liebre o perdiz. Que en ese caso, no está prohibida su caza, pero aclaró que no se permite encerrar animales autóctonos en espacios para inducir su cacería.
Vista nacional. Marcelo Silva Croome, jefe de fiscalización de la Dirección de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente de la Nación, indicó: “Los cotos de caza tienen que estar habilitados por las autoridades de cada provincia, sólo cuando el trofeo (la especie cazada o sus restos) sale de una provincia a otra o al exterior, interviene la Nación”. El funcionario nacional aclaró que, hasta ahora, la Dirección de Fauna Silvestre que dirige nunca tuvo inconvenientes del tipo con los cotos cordobeses.

Contaminación por plomo
A favor de la caza. “Es muy difícil erradicar especies exóticas cuando han pasado tantos años de introducidas”, señala Marcelo Silva Croome. El funcionario de la Dirección de Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente de la Nación apoya la liberación de la caza del jabalí en Córdoba, por ser mayor, y la diferencia de la menor, por lo altamente contaminante que resultan los perdigones utilizados cuando el objetivo son palomas y patos.
El caso de las aves. En este caso, según Silva, el nivel de plomo detectado en agua en zonas de intensa cacería es alarmante. “En el norte de Santa Fe, en una zona de bañados y arrozales, el agua presenta altos niveles de plomo, justamente donde se caza fauna asociada al agua, como patos”, señaló.
Industria turística. En el centro y norte cordobés, la caza de palomas es una industria turística. La paloma es una plaga pero el plomo dispersado también. “En la caza mayor no se usa cartucho sino bala: la dispersión de plomo es menor”, diferenció.

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Más Información:

La Voz del Interior (08/01/2012)
- Liberan caza de jabalíes por ser casi una plaga

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