14 ago 2011

Estancia Jesuitica sin mucha agua

La Voz del Interior (14/08/2011)
Advierten que se acaba el agua a metros de la Estancia Santa Catalina



Desde hace dos años, la zona declarada Patrimonio de la Humanidad sufre la sequía. Peligra la provisión de agua potable.
Jesús María. Vecinos de la Estancia Jesuítica Santa Catalina, una de las declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, vienen advirtiendo que esa zona se está quedando sin agua. Dicen que la sequía que afecta a esta región desde hace dos años, como en las cercanas Sierras Chicas, ya pone en riesgo la provisión de agua potable.
Los reclamos para que se concrete una nueva perforación datan de marzo del año pasado, cuando Ernesto Soteras inició un expediente en el Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia. El trámite pasó a la Subsecretaría de Recursos Hídricos, a la Dirección de Control y Explotación del Recurso, a Perforaciones y Riego Capital, y terminó en el área de Saneamiento Urbano, que le dio salida el 17 de mayo de 2011.
Esta semana, desde ese ministerio, señalaron a este diario que se dará respuesta al problema, pero diferente a la propuesta por los vecinos. Se optó por una refuncionalización del sistema de conducción de agua hasta la planta potabilizadora.
“La perforación no es viable en este momento dado que la localidad de Santa Catalina en realidad no carece de agua y no es algo de extrema necesidad como lo es en otros pueblos y parajes”, se respondió desde el área de Recursos Hídricos.
Los 250 habitantes del histórico paraje no tienen gobierno propio. La comuna de La Pampa es la más cercana, pero no les brinda ningún servicio. “Recibimos muchas visitas de turistas extranjeros pero tenemos que advertirles que no consuman agua del lugar porque no podemos garantizarles que sea potable”, explicó Soteras.
En tiempos de los jesuitas, a mediados de 1600, se construyó una represa y tajamar sobre el río Ascochinga. Pasaron más de 400 años. El agua que se le quita al río Santa Catalina se conduce por una acequia que zigzaguea hasta que llega a unos piletones de piedra que funcionan como filtro antes de pasar a una precaria planta potabilizadora y a una pequeña cisterna. En el recorrido, hay siete u ocho corrales de los que se van sirviendo agua los animales.
Soteras aseguró que el equipo clorinador funciona porque los vecinos aportan el líquido en una relación de cinco a uno con lo que aporta la Provincia.
“Está muy bien que saneen y entuben la acequia pero el problema es que el nivel de las napas viene bajando desde 2008; la última crecida fue la el 31 de enero de 2010; los incendios recientes dejaron poca vegetación en la zona, y si la situación sigue así nos vamos a ir quedando sin agua”, concluyó Soteras.

Ver Noticia On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs