29 mar 2011

El tema de las botellas en los residuos

La Voz del Interior (29/03/2011)
Los envases menos nocivos cuestan más

Los frascosde vidrio son 50% más caros que los de plástico. El reciclado de Crese aumentó 150% en marzo, pero no hay incentivo.
Ella se destaca entre sus pares. Llama la atención, atrae, seduce a cualquiera que pase por el frente. Quien se detiene en ese pasillo, no puede dejar de mirarla y hasta elegirla.
En el mismo estante del supermercado hay varias sopas instantáneas, de marcas distintas. Pero una es irresistible, –aun cuando no se ha juzgado su sabor–, por el envase en el que la venden: un vaso de telgopor, sostenido por una cajita de cartón, envuelto en un papel de plástico transparente. A simple vista, es una delicatessen .
La empresa que fabrica las sopas Maruchan es de Estados Unidos, pero su tipo de packaging no dista mucho del que ofrecen las firmas locales que producen alimentos.
Córdoba duplicó la cantidad de basura reciclada en el último mes –con la incorporación de nuevos barrios al programa implementado por la empresa de recolección de basura Crese–, y la basura generada –orgánica e inorgánica– no disminuye.
Usted seguramente recordará la mayonesa que se vendía en frasco de vidrio, el jugo de limón concentrado o el amargo serrano que venía en botella de vidrio o el paquete de polenta en papel. Hoy, por una cuestión de costos para los fabricantes y comodidad y atractivo para los consumidores, los productos que se vendían en envases reutilizables o más amigables con el medioambiente han, prácticamente, desaparecido.
Y no sólo eso, el consumidor que busque comprar productos en envases menos nocivos tiene que pagar más.
Por ejemplo, una mermelada en frasco de vidrio cuesta 56,5 por ciento más que la que viene en uno de plástico; en el café, la diferencia es de 16,3 por ciento; en el caso del arroz, la caja de cartón cuesta 9,8 por ciento más que el mismo producto en bolsita de plástico y la Coca Cola retornable permite un ahorro de apenas 26 centavos por litro (7,5 por ciento).
Hay casos aún más significativos: en las carnicerías de los supermercados cuesta menos la carne puesta en bandeja de telgopor y envuelta en papel filme que la que entrega en una bolsa de plástico –con la posibilidad de incluir mayor cantidad– el carnicero. Y en las panaderías, las facturas sueltas cuestan 9,2 por ciento menos que las que también vienen envueltas en telgopor y plástico.
El biólogo Federico Kopta explicó que “el exceso en la cantidad de envases responde al propósito de vender más, lo que a su vez genera mayor cantidad de residuos”.
Su recomendación en este sentido para los consumidores es reducir la cantidad de envases –y de paso se cuida el bolsillo–: en lugar de ir cada semana al súper a comprar una bolsa de jabón en polvo, llevar una sola más grande que dure más tiempo, por ejemplo.
También explicó que aunque existen materiales menos nocivos, todos tienen un costo para el ambiente.
Proyecto dormido. En 2008, el Ejecutivo Municipal envió al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para reducir el impacto ambiental de los envases y embalajes. La iniciativa compromete a empresas, industrias y comercios para que generen menos residuos, sean reutilizables, retornables, biodegradables o faciliten la separación en origen.
Incluye un registro municipal de embalajes y envases en el que los fabricantes, envasadores y comercializadores deben inscribir los envases en los que ofrecerán sus productos. A partir de allí, contribuir a la gestión de los residuos.
Pero el proyecto todavía espera ser tratado.
En la fundamentación, señala que una persona a lo largo de su vida consume unas nueve toneladas sólo de envases, y que si se observa la basura producida, los envoltorios y envases ocupan un 60 por ciento del volumen y un 30 por ciento del peso del contenido de cada tarro de basura.
A su vez, señala que el 40 por ciento del uso de los plásticos en el país es utilizado en packaging .
Como observación a este proyecto, el Foro Ambiental Córdoba, coordinado por Kopta, propuso fomentar el uso de envases cuyo diseño permita su reutilización y que estimule a que no sea descartado. En esto cabe el uso de una botella en donde se vende tomate para conservar agua en la heladera, hasta la utilización de botellas de plástico de gaseosa en la construcción de un edificio.

Ver Noticia On Line


Lo que le toca a la industria

Falta hacer hincapié en un eslabón de la cadena de producción de basura que quizá sea el más importante: la industria.
Ya se instruyó a los vecinos para que separen la basura; ya se instó a la empresa de recolección municipal a que amplíe el reciclado y tratamiento de la basura inorgánica, y ya se obligó a los supermercados a que cambien las bolsas plásticas tradicionales por otras oxibiodegradables.
Y aunque se cuestiona la voluntad de los ciudadanos que a veces mezclan residuos, se reniega de los camiones de Crese que pasan o que no pasan y se discute acerca del verdadero impacto de las bolsas más livianas que ahora entregan los comercios de la ciudad, lo cierto es que falta hacer hincapié en un eslabón de la cadena de producción de basura que quizá sea el más importante: la industria.
El consumo de materias primas para envasar un litro de bebida puede ser de 10 a 50 veces mayor en envases descartables respecto de los retornables. En el otro extremo, determinados envases de vidrio se usan hasta 90 veces.
Si se tuvieran en cuenta esos datos y que, por otro lado, el consumo de PET (plástico con el que se realizan las botellas) crece a un ritmo mucho mayor que el reciclado del mismo, los 26 centavos menos que cuesta una Coca Cola en botella retornable se quedan muy cortos. ¿Cuántos están dispuestos entonces a guardar en su casa las botellas y acordarse de llevarlas, por 26 centavos?

Ver Noticia On Line

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs