28 nov 2010

No se deberían usar más bolsas de plástico

La Voz del Interior (28/11/2010)
Desde hoy no se deberían usar más bolsas de plástico



Hace un año, se aprobó una ley que dio 12 meses de plazo para aplicarla, en toda la provincia. Se venció, pero no podrá ser cumplida.
Si las leyes están para ser cumplidas, desde hoy ningún comercio o empresa podría entregar ni una bolsa de plástico. Pero esta será otra ley que parece nacida para no ser cumplida.
Hace un año, la Legislatura cordobesa aprobaba la ley 6.969, que estableció la “prohibición en todo el territorio provincial del uso de bolsas de polietileno y de todo otro material plástico convencional, utilizadas y entregadas por supermercados, almacenes y comercios en general para traslado de productos o mercadería”. La norma dice que los dueños de esos negocios deberán “reemplazarlas por otras de material degradable o biodegradable compatible con la minimización del impacto ambiental”. Para esa adaptación dio un plazo de 12 meses a partir de la publicación en el Boletín Oficial , que vence hoy.
Si se cumpliera a rajatabla, ya no se deberían ver más bolsas plásticas en comercios. Y tampoco en su destino final, los basurales.

Pero no es tan sencillo.
La ley fija que la Secretaría de Ambiente de la Provincia es la autoridad de aplicación. En esa dependencia, admitieron sin vueltas que se avanzó poco y nada para aplicarla.
Juan Quaglia, subsecretario del área de Residuos Urbanos de la Secretaría de Ambiente, reconoció que “para cumplir la ley todos deberían dejar de usar esas bolsas ahora” y reconoció que “casi no se ha avanzado para su aplicación”.
El funcionario dejó un dato llamativo. “Prácticamente no fuimos consultados cuando se aprobó”, dijo. Opinó que “el espíritu de la norma no está mal”, aunque esbozó que “hoy no es aplicable en la realidad”.
Según Quaglia, ante la evidencia de que la ley no podrá ser cumplida, al menos su área empezará ahora a “generar difusión para concientizar sobre la necesidad de reducir el uso de ese tipo de bolsas” y a “tomar contacto con municipios para que avancen en esa línea”.
La ley vigente establece que la Secretaría de Ambiente “deberá crear un programa de reemplazo” de esas bolsas, determinar el régimen de sanciones para quienes no la cumplan, definir la tecnología de fabricación autorizada y crear un registro de fabricantes y distribuidores de bolsas autorizadas, además de difundir los nuevos criterios y coordinarlos con los municipios. En casi ninguno de esos puntos se dio algún paso.
Algunos. En Córdoba, una treintena de municipios ya dictaron normas por las que prohíben o limitan el uso de bolsas plásticas. El argumento es el mismo: que representan un problema cuando llegan a los basurales, porque generan contaminación (sobre todo visual) y tardan más de 100 años en degradarse.
No todas esas ordenanzas son idénticas. En algunas localidades se redujo mucho el uso y en otras apenas se percibe.
Pero aparecen contradicciones que relativizan su utilidad: una es que la mayoría permite las bolsas denominadas oxobiodegradables, que las entidades ecologistas y hasta el instituto técnico nacional Iram advierten que no son biodegradables.
La otra es que aun sin que supermercados y comercios entreguen bolsas de polietileno a sus clientes, los vecinos siguen usando bolsas para retirar cada día la basura de sus hogares. Si no las reciben, deben comprarlas. Y las que compran son igualmente de origen plástico. En los sistema de tratamiento de basura sigue habiendo bolsas de polietileno, aun donde está prohibida su entrega gratuita.
También, en ese caso, puede mirarse el vaso medio lleno: en esas localidades aseguran que si bien en sus sistemas de tratamiento de basura sigue habiendo bolsas plásticas, al tener que ser compradas por los vecinos se usan en menor cantidad. Y que el impacto ambiental y visual, si bien no se ha erradicado, al menos se reduce.

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El impacto visual y ambiental del polietileno

Una de las polémicas sobre el uso de las bolsas plásticas está relacionada con la utilización de las bolsas oxodegradables.
Para Juan Quaglia, de la Secretaría de Ambiente de la Provincia, aunque no esté tan claro en su texto, la ley que debería regir desde hoy “permitiría las bolsas oxobiodegradables”. Opinó que “se degradan antes y mejor que las tradicionales”, aunque admitió que siguen siendo a base de polietileno.
Quaglia marcó que su utilidad sería porque “al despedazarse antes” disminuiría la contaminación visual que generan las bolsas.
“No es fácil. En el mundo entero es un problema”, planteó. Valoró que al menos si se impide que los comercios las entreguen, y los vecinos deben comprarlas, se reduce el número de las que llegan a los basurales. Pero admitió que no es la solución al tema. Por ahora, Ambiente de la Provincia no tiene una política definida.
Para Quaglia, además del desagradable efecto visual, la contaminación de las bolsas es cuando se queman con la basura, al ser de origen plástico. Aunque la quema de residuos está prohibida, se sabe que en muchos basurales a cielo abierto ocurren periódicamente. Mientras, señaló que su impacto sobre suelo y agua es mucho menor o menos directo.
Silvana Buján, de la red ecologista nacional Renacer, coincidió en que el mayor riesgo de contaminación es por quemas y admitió que “son un problema, sobre todo por la impresionante cantidad que representan”, pero que hay en la basura otros elementos que en términos que en la mayoría de los casos no son adecuadamente tratados.

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"La solución debe ser integral, no con parches"

“Si reemplazan las bolsas de polietileno comunes por las llamadas oxobiodegradables, es un engaño”, advierte Silvana Buján.
La vocera de Renace, una red de entidades ambientalistas de todo el país, asegura que el ente nacional Iram, que supervisa las normas de productos en Argentina, acaba de confirmarlo en un nuevo estudio que descarta que sean biodegradables. “El nombre es otra trampa, que no debieran seguir usando: debieran llamarse oxodegradables”, dice Buján. Los grupos ambientalistas vienen señalando que ese tipo de envases “siguen siendo a base de polímeros artificiales, por lo que en materia de contaminación no cambia nada”. La diferencia es que esas se despedazan más rápido. “En vez de tener una bolsa grande, con los años quedan cientos de pedacitos. Pero el material es casi el mismo. los fabricantes usan resinas sin precisar sus componentes exactos”, apunta Buján.
¿Entonces no hay alternativas? “Sí, en otros países ya se producen bolsas en base a almidón, que son realmente biodegradables. En Argentina no se fabrican. Hay un importador. Su costo es apenas más alto que las oxo. Pero muy pocos las usan”, responde Buján.
Otra salida ambientalmente sustentable serían las bolsas de papel, “mientras sean de reciclado”.
Pero desde la perspectiva ecológica, la solución integral pasa por otro lado: “El problema es el consumo desmedido de envases descartables, que son basura. Por eso, venimos reclamando al Congreso una ley de envases para reducir de verdad la monumental cantidad de plásticos que terminen en los basurales”, señala.
Ese proyecto plantea volver a los envases de vidrio para bebidas y similares, fomentar el reciclado y prohibir o limitar el uso de polietileno en bolsas fomentando las realmente biodegradables.
“No se puede cuestionar el intento de municipios o provincias que quieran dar algún paso con limitaciones a las bolsas, pero el problema de verdad no se resuelve con parches, sino son una solución integral y nacional”, plantea Buján.

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