25 mar 2010

Llueven semillas del cielo

Día a Día (25/03/2010)
Llueven semillas del cielo

Día a Día acompañó la última siembra de pasturas en las sierras. Pretenden que la grava le de firmeza al suelo que fue devastado por los últimos incendios.
Desde el aire se ve el rastro del fuego en gran parte del camino que inicia la trepada hacia las Altas Cumbres. Los árboles no tienen hojas, recién empieza el otoño, y todavía están negros, secos, oscuros. La avioneta da un par de vueltas para encontrar la mejor zona para esparcir las semillas que podrían darle raíces al bosque.
Día a Día acompañó en el aire a los técnicos de la Secretaría de Ambiente que están trabajando en un programa de recuperación forestal. Ellos esperan que “sembrando” pasturas desde el aire, se pueda generar un tejido en los suelos degradados por los incendios para frenar el proceso acelerado de su erosión.
El problema es que después de los fuegos llegan las lluvias, la superficie debilitada es arrastrada, y la capa de tierra que cubre la roca de las sierras se escurre con el agua.
Los técnicos de la Secretaría de Ambiente comenzaron este proyecto en octubre. El fin es “darle una mano” al suelo para que el viento y la lluvia no lo degraden a gran velocidad. La idea es sembrar pasturas en las áreas que han sido afectadas por el fuego para que el suelo sea más resistente a la erosión. La implantación de la grama se hace por aire.
“La siembra se ha fijado en distintos sectores. Las semillas se cargan en una avioneta, similar a las que utiliza el Plan Provincial de Lucha contra el Fuego, y se las va largando sobre el suelo. La semilla cae sobre la superficie, entonces con la primera agüita baja a nivel del suelo y allí echa raíces”, explicó el licenciado Jorge Schuller, quien está a cargo del proyecto.
La avioneta “sembradora” sube y baja todo el tiempo. Para liberar las cepas, tiene que estar a 20 metros del suelo. Por las características del terreno, la tarea es complicada para el piloto. Después de un round de reconocimiento, una nube marrón se libera por la parte trasera de la avioneta, y ésta levanta vuelo nuevamente.
El Programa de Restauración Ambiental de las Áreas Incendiadas en la Provincia de Córdoba está en su fase experimental. Para esto, se han seleccionado porciones de tierra pequeñas y representativas de las áreas afectadas, para que después el monitoreo del comportamiento de la pastura sea posible.
Hasta ahora, la avioneta ha trabajado en Achiras, Icho Cruz, Villa General Belgrano, Embalse y Villa las Rosas. La última siembra fue el lunes en el camino que va a las Altas Cumbres, en proximidades a Icho Cruz. “Allí, hay tres o cuatro cuencas que todavía no se han regenerado. Es la última siembra que se hace en el año porque ya estamos al límite de la capacidad de germinación de la semilla”, indicó Schuller.
La implantación de especies nativas no es posible por la escasez de semillas que hay en el mercado. Los responsables del proyecto indicaron que el Ministerio de Ciencia y Tecnología está trabajando en la generación de las cepas para comenzar con la implantación de arbustos y árboles en la segunda fase del programa.
La idea es trabajar en lugares donde la pendiente del terreno acelera el paso del agua, en zonas críticas por su alto grado de afectación y pendiente mayor a 10º. En el invierno seguirá el monitoreo, para ver cuál es la evolución de la pastura y la evolución natural de los árboles y arbustos sobre lo implantado.
Schuller explicó que las lluvias torrenciales y el viento generan gran arrastre de sedimentos de los suelos quemados hacia los ríos y los lagos, generando fenómenos ambientales que dañan la vida en las cuencas y los espejos de agua.
Achala, la gran esponja. Las sierras de Córdoba tienen una función central en lo que es la retención de agua, tanto para los ríos como las cuencas freáticas. La Pampa de Achala es “la gran esponja” que tiene Córdoba y de allí nacen la mayoría de los ríos.
Así, Schuller comentó: “No es lo mismo bañarse con una esponja de 10 centímetros que con una de uno. La cobertura vegetal hace que el suelo chupe el agua y habilite esta masa hídrica a las cuencas y a las napas. Debajo está la piedra, que no tiene capacidad de absorción”.
“Si nosotros echamos el agua sobre superficies rocosas se genera la escorrentía, y todo el fluido va a parar directamente a los ríos y los diques generando inundaciones. Lo que queremos es que la Pampa de Achala, proveedora del agua que tiene toda la provincia, mantenga la capacidad de gran esponja”, cerró.

Fijar los suelos
Degradación. 121 mil hectáreas de bosques se quemaron en 2009. Después de los incendios el suelo pierde protección y consistencia.
Semillas. Son de grava perenne (crecen todo el año). La idea es que el pasto y sus raíces fijen la superficie del suelo degradado para que no sea erosionado por los vientos y las lluvias.
Germinación. Las primeras lluvias después de la siembra mueven el terreno. Así, la semilla baja al nivel del suelo y germinan
La gran esponja. Los suelos tienen la función de absorber y distribuir el agua a las cuencas y napas. La Pampa de Achala es la reserva hídrica más grande de la provincia .

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