20 nov 2009

Desastre ecológico, dengue y gripe A

El Puntal de Río Cuarto (20/11/2009)
“El desastre ecológico es la causa del avance del dengue y la gripe A”

El prestigioso infectólogo cordobés participó en el Nuevo Hospital de las jornadas de capacitación para profesionales de la salud. Asegura que la expansión de la frontera agrícola abre paso al aedes aegypti

¿Qué relación hay entre el medio ambiente y las nuevas enfermedades infecciosas?
El impacto del cambio ecológico actual es el cambio de la presentación y la frecuencia de muchas enfermedades infecciosas. Y llama la atención que ese cambio ecológico es responsabilidad del hombre. Es un cambio inducido por la actividad humana, mantenido por la actividad humana y donde sólo un cambio en esa actividad podrá revertirlo. Esta modificación del clima ha hecho que muchas infecciones que antes no existían, ahora estén, y fundamentalmente que otras que se habían ido ahora vuelvan. Y también modifica la presentación de las enfermedades clásicas. O sea que estamos ante un cambio revolucionario a nivel de la concepción de las enfermedades infecciosas en el mundo. Y sobre todo en nuestro medio. Hay una lista de enfermedades que 30 años atrás se suponía que no iban a estar y ahora son el pan nuestro de cada día.

¿Por ejemplo?
Por ejemplo leptospirosis, el cólera, fiebre amarilla, peste en la frontera con Paraguay, Bolivia y Brasil, el hantavirus, fiebre hemorrágica argentina, paludismo. O sea, hay todo un cambio derivado de las modificaciones del ecosistema. El hombre está modificando en forma muy importante el clima y esto hace que determinados vectores modifiquen sus hábitos y pasen de las poblaciones habitualmente selváticas a urbanas, con todo lo que esto significa.

¿Qué cambios en el ecosistema son determinantes para esto?
Las modificaciones son muchas. Creo que al cambio ecológico hay que verlo como multicausal. Pero por ejemplo, la extensión de la frontera agrícola es un dato importante, el incremento de las fumigaciones con agroquímicos, el cambio del curso de los ríos, las grandes represas, la tala indiscriminada de bosques, todo fue haciendo que el cambio se vaya acumulando. La Tierra que tenemos ahora no tiene nada que ver con la que teníamos 50 años atrás.

¿Por esto hay mutación de virus?
No tanto mutaciones, sino que van haciendo apariciones o desapariciones periódicas en determinadas áres geográficas. Por ejemplo el cólera había desaparecido en la Argentina en el Siglo XVIII y volvió en el Siglo XX. La fiebre amarilla, prácticamente no tenía registros desde la presidencia de Sarmiento, y ahora está en la frontera. Ni hablemos del dengue, que hacía casi un siglo sin casos. También generando enfermedades nuevas como el hantavirus que ya está permanente en el noroeste y en el sur. Ahora hay que estar esperando nuevos cambios y la llegada de nuevos problemas.

¿Atacar causas entonces supone cambios de hábito?
Sí. Hay que apuntar a crear una conciencia ecológica, y esto es un proyecto de largo alcance, que tiende a modificar costumbres y a adquirir información sobre lo que está sucediendo. La preocupación nuestra es que los médicos tomen conciencia de cómo la ecología impacta en el concepto de salud. Hoy no se concibe un individuo sano si no está en un medio sano.

¿Y mientras tanto qué hacemos frente a este avance de enfermedades?
En primer lugar hay que tomar conciencia y apuntar a las medidas de prevención, para protegernos de los eventuales contagios y ante el contagio consumado, establecer los diagnósticos lo antes posible para actuar en consecuencia. La mayoría de las enfermedades tienen tratamiento y normas de prevención. Lo peor que nos puede suceder es que por ignorancia médica no se conozca el problema, no se haga el diagnóstico porque no se pensó en esa enfermedad porque se la pensó exótica. Un caso es el dengue.

¿Hay que esperar que el dengue siga avanzando en la frontera y en su intensidad este año?
El dengue es un problema de salud pública. La estrategia pasa por luchar contra el mosquito y esto supone cambios de hábito en la población en general, en especial en la de menos recursos, donde la falta de información es mayor. Para mi el tema del dengue es un problema de conciencia nacional, de amplias campañas de difusión y que los ministerios tiendan a la toma de conciencia desde las escuelas. La lucha contra el mosquito es posible y su erradicación también, pero en la medida que la población lo asuma como un compromiso propio.

Esto no es de un año para otro...
No, no. Aun haciendo las cosas bien hay que desarrollar proyectos para la próxima década. Desde los niños, enseñar que hay que cuidar lo nuestro, el lugar donde vivimos.

¿El avance del dengue también es consecuencia de un déficit en las políticas?
No, el avance tiene que ver con el cambio que experimenta el mosquito por la modificación de su hábitat natural, que son los bosques. La tala hoy es espeluznante.

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