23 ago 2009

Las consecuencias de los incendios

El Puntal de Río Cuarto (23/08/2009)
El desequilibrio del ecosistema serrano

En tres décadas podría lograrse la reconstrucción de toda la flora y fauna de la región.
Fabián Alaniz es bombero de Achiras y, además, profesor de Ciencias Naturales. Fue testigo de la desesperación de aves y animales por escapar de los incendios, y dijo que deberán pasar unos 30 años para que nuevamente se recomponga integralmente el ecosistema serrano.
“Sucede que los fuegos corrieron a las aves de las sierras. En la región de Achiras, más arriba, donde atacaron los primeros incendios, se quemaron las áreas donde había muchos nidos, quiere decir que esa crianza de aves ya no la veremos en el verano”. Y agregó que “en las regiones del llano se van a ver pumas con sus crías, más zorros de los que andaban antes y todo eso fue porque la zona del Cerro Inti Huasi se quemó en gran parte y los animales que pudieron salvarse, cruzaron la ruta y se fueron para las zonas de La Barranquita, La Carolina y el Chañaritos”.
El docente comentó que estos animales prefieren los barrancos donde hay agua para sus crías y cuevas para ocultarse ya que son de hábitos nocturnos, pero que ahora estarán un poco alterados porque ése no ha sido su hábitat.
Un productor de la zona de Laguna Seca manifestó que ya han comenzado a observarse la presencia de animales conocidos, pero inusuales en estas regiones.
“Hemos visto huellas de jabalíes, pumas hay muchos y algunos de ellos por falta de comida están cerca de las casas. A su vez hay varios gatos monteses que son grandes y que eran propios de la zona de las sierras”, dijeron.
Daniel Fernández quien posee un campo en esa zona, sostuvo que cuando el cerro fue presa de las llamas muchas aves murieron porque el fuego ocurrió de noche que es cuando los animalitos no pueden escapar.
“El cerro de Suco siempre tuvo una gran variedad de especies en aves, de igual modo vemos que los pumas andan buscando comida porque están un poco alterados por lo que les tocó vivir huyendo del fuego”, sostuvo el productor.

Algo queda
La gran cantidad de vacas lastimadas o muertas esparcidas en las sierras aún contienen a otros animales autóctonos entre las sierras.
Es el caso del puma que se está alimentando del ganado vacuno que quedó esparcido por todo el faldeo, pero, una vez que se acaben o sean encerrados, estos animales salvajes se acercarán a los campos en busca de alimentos.
“Se ven muchas aves de rapiña. En el campo hay animales muertos y los caranchos, las águilas y chimangos se encargan de limpiar de osamentas el lugar, pero hay muchos animales que son de las sierras y que se vinieron para acá”, sostuvo otro de los chacareros.
Algunos productores indicaron que en las zonas cercanas a Achiras se ven chanchos jabalíes y que hasta alguno se atrevió a cazar uno. También hay algunos avestruces que son presa de cazadores provenientes de San Luis.

Cuestionan la decisión de la Provincia de sembrar
Paralelamente al perjuicio en la fauna, la flora serrana quedó destruida en un ciento por ciento, y de los árboles autóctonos sólo quedaron las cenizas. La recuperación de éstos podrá tardar al menos unos 10 años y con una tarea que, según Bustos, sólo dará sus frutos si se permite que actúe la madre naturaleza.
“Los funcionarios de la provincia hablan de sembrar 12 mil hectáreas de plantas. Yo les pregunto a estos técnicos cómo van a hacer para cuidarlos y evitar que los animales que se alimentan de semillas o árboles no los destruyan, cuando no tienen alimentos”, señala Daniel Bustos. Este planteamiento se lo hizo a funcionarios de Córdoba que participaron de la última reunión en Achiras, pero no encontró respuesta.
“La única forma de cuidarlos sería hacerles un cerco de alambre a cada una de las plantas, pero quién las va a cuidar”.
Para el ambientalista, la única alternativa segura para recuperar el arbolado es ayudar a los productores a encerrar sus animales, haciendo los alambrados y evitando que vacas o caballos pisen el suelo por largo tiempo y también evitar que pasten en él. De esta manera, la naturaleza sola haría la reimplantación. Para ello es necesario subsidiar a los productores de manera tal que tengan suficiente alimento para sus animales y que no los suelten para su pastoreo. “Si eso se hiciera en unos 5 años cuidando que no se pise el suelo, los árboles nacen. Creemos que el pastizal natural y el bosque nativo se tiene que recomponer de una forma natural, y se logra impidiendo que el ganado vacuno consuma primariamente toda la flora hasta que esté perfectamente implantada”, insistió Bustos.

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Tras la destrucción de su hábitat, los animales se refugian en los pueblos

Al no tener alimentos en las sierras, los zorros, gatos monteses y los pumas comienzan a bajar al llano en busca de alguna presa. ACOFA también alertó sobre la futura mortandad de peces.
“En poco tiempo más no nos tenemos que sorprender si aparecen pumas cerca de los pueblos y las ciudades. Ya en los últimos días tuvimos que acudir a casas donde encontraron zorros, zorrinos y hasta gatos monteses”.
Las expresiones del presidente de ACOFA, Daniel Bustos, sintetizan en pocas palabras una de las consecuencias más graves que han dejado los incendios en las Sierras del Sur, donde el ambiente de los animales autóctonos ha quedado reducido a cenizas y obliga a estas especies a buscar alimentos y refugios en el llano.
Se especula que en poco tiempo más y cuando el escaso alimento que ha quedado en las sierras se agote, otras especies animales comiencen a rondar por casas de campos o hasta en las afueras de los pueblos.
“Los pumas aún no aparecen porque algunos se fueron y otros tienen alimentos entre las vacas heridas, que hay a montones. Lo mismo ocurre con aves y otros animales que se alimentan de carroña, pero una vez que no encuentren nada de eso van a bajar y matarán a las crías de los corderos, de las cabras o los cerdos, y vamos a demonizar al puma cuando él no tiene la culpa”, manifestó Bustos.
La alteración que sufrió el ecosistema serrano tardará años en recuperarse y habrá algunas especies que se extinguirán. “Lamentablemente va a ocurrir porque va a faltar alimento y entonces se producirá un desequilibrio que afectará a aquellas especies más pobres, que desaparecerán”.
Fue muy importante la mortandad de aves como la martineta o la perdiz que al tener sus nidos en la tierra fueron alcanzadas por el fuego.
El trabajo que ACOFA venía realizando en los últimos años en la zona y para el que había logrado además el apoyo de algunos productores -reimplantar animales- quedó destruido por las llamas. A modo de ejemplo, Bustos mencionó el caso del productor Alfredo Luna que cría en su campo, en plena sierra, vizcachas que luego libera para que sean alimentos de los pumas y de esta manera mantenerlos alejados de los corrales. “Lamentablemente, esas vizcachas reimplantadas murieron todas porque el humo entró en sus cuevas y las asfixió”. Como consecuencia de ello el alimento para el puma se verá reducido. Lo mismo ocurrió con las poblaciones de liebres.
“Están apareciendo gatos monteses, y zorros, que fueron denunciados por los vecinos, y nosotros acudimos a rescatarlos”, dijo Bustos.

Mortandad de aves y peces
Cabe destacar que la destrucción del hábitat de la fauna silvestre viene produciéndose desde hace ya algunos años con el proceso de sojización, y que ahora tuvo su desenlace con el fuego.
“El proceso de extinción se va a agravar por la falta de comida; habrá especies que desaparecerán y otras que tratarán de sobrevivir y se acercarán a las ciudades”.
Otra de las consecuencias graves que en el corto plazo se sentirán será sobre la fauna ictícola.
Explicó Bustos que cuando llueva y arrastre todo el sedimento que dejó el fuego hará más densa el agua de los ríos y por lo tanto faltará el oxígeno, provocando la muerte de peces.

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