6 jun 2009

Carrasco en Córdoba

La Voz del Interior (06/06/2009)
“Yo no demonicé al glifosato”



Adelantó que el mes próximo expondrá en los Estados Unidos sus investigaciones sobre el herbicida más utilizado en el agro local. Reconoció que su trabajo abrió un debate científico, pero negó motivaciones políticas.
Andrés Carrasco es el científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y también funcionario del Ministerio de Defensa, que lleva adelante evaluaciones sobre la toxicidad del herbicida glifosato en embriones animales. Ayer, en Córdoba, anticipó que el mes próximo presentará algunos de sus resultados durante un congreso en los Estados Unidos.
En diálogo con periodistas durante una conferencia organizada por el Instituto Superior de Estudios Ambientales (Isea), en el Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria, negó intencionalidad política a su irrupción mediática, aunque admitió que ésta generó “un impacto mucho más grande que el que hubiera querido. En todo caso, no hubo serenidad en distintos niveles, privados y no privados”, dijo en alusión a las críticas que recibió desde mediados de abril cuando un diario afín al Gobierno nacional (Página 12) se hizo eco de sus investigaciones, que aún no fueron sometidas a un panel de expertos.
La Asociación de la Cadena de la Soja había advertido sobre una “campaña que tiene como propósito la difamación del cultivo que ha sido y es un pilar fundamental de la economía nacional”.
Carrasco juzgó que la opinión cautelosa del ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Lino Barañao, es “parte de los intereses en juego” y tomó distancia de “la actual concepción de la ciencia, la sociedad del conocimiento para el sector privado que privilegia una renta; estos intereses hacen entrar en esa lógica a los cuadros universitarios y académicos”, dijo.

–Entidades de productores y de la cadena de insumos lo consideran parte de una campaña de demonización o difamación con motivaciones políticas –preguntó este diario.
–Difamación significa una intencionalidad; la ciencia no tiene intencionalidades, por lo menos manifiestas. Puede servir para fabricar la bomba atómica o para cosas que sirvan al bienestar general. ¿Demonización? Ni siquiera fui demasiado consciente del impacto que iba a producir. No hay razones políticas atrás de esto. A mí, nadie me obligó a hacer esto; tampoco nadie me dijo que no lo hiciera. Por supuesto, no tengo que pedir permiso a nadie para realizar experimentos en mi laboratorio que después podrán o no ser proyectos. Y yo no demonicé nada porque no he dicho una sola palabra en contra de los productores. Estoy hablando de una forma de producir mercancías.

–¿Está de acuerdo con el pedido que hicieron a la Corte abogados ambientalistas para que se prohíba el uso de glifosato hasta tanto se determine que no es tóxico?
–Hay un principio precautorio en la legislación que da vuelta la carga de la prueba: el otro tiene que demostrar que no está haciendo daño. Y este principio me parece que está en juego en esa presentación, que no conozco en profundidad. La Asociación Americana de Medicina Ambiental de los Estados Unidos solicitó a los poderes públicos una moratoria hace pocos días atrás porque dice que hay suficientes pruebas para entender que los organismos genéticamente modificados (OGM) están sospechados de causar daño sobre la salud humana.

–Advertimos que hay controversia sobre el tema entre científicos y funcionarios. El ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, definió al suyo como un trabajo preliminar y que no ha sido contrastado en un panel técnico.
–No va a haber acuerdo porque hay intereses; es tan sencillo como eso.

–¿La opinión del ministro es interesada?
–Sigo insistiendo, hay intereses en juego.

–¿De qué tipo?
–Bueno, que cada uno se haga cargo de la parte que le toca. Lo primero que jugaron en esta discusión fueron los intereses. En vez de preguntarme cuáles eran los resultados, me preguntaron dónde estaban los resultados, y que los querían, en una acción claramente intimidatoria. Tengo 30 años de profesión y sé lo que estoy haciendo. Los resultados van a ser expuestos en un congreso durante el próximo mes en los Estados Unidos. Lo que debería haber hecho el sector académico es discutir en un debate la validez de esos resultados.

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