17 oct 2008

En un año, Río III sabrá cuánta agua le queda

La Voz del Interior (17/10/2008)
En un año, Río Tercero sabrá cuánta agua le queda en las napas

Río Tercero. Cuando abren la canilla, los riotercerenses toman agua que hace dos mil años o quizá más que estaba reservada en las napas bajo tierra, a unos 200 metros de profundidad.
Esos lagos subterráneos se van recargando, fundamentalmente por el aporte del río y en menor medida de las lluvias, pero se desconoce si el ritmo de recarga es mayor o menor al de consumo. De esas napas extrae el agua la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos para abastecer a los 48 mil habitantes de la ciudad, y también las tres grandes industrias químicas radicadas en Río Tercero. El consumo industrial es similar al de la ciudad toda.
Para saber, entre otras cosas, cuánta agua disponible queda en esas napas, se firmó ayer un convenio entre la cooperativa riotercerense y la Universidad Nacional de Córdoba, a través de su Centro de Vinculación de Geología Aplicada. El estudio demandará un año de trabajo y será dirigido por el geólogo Héctor Frontera, titular de la cátedra de Hidrogeología de la UNC.

Cuidar un privilegio
La zona de Río Tercero ostenta un privilegio que muy pocas regiones cordobesas pueden disfrutar: tener napas de agua de alta calidad para uso humano, potabilizables a bajo costo. Como es un recurso agotable, el interrogante es hasta cuándo alcanzará y si serán necesarias medidas para preservar tal privilegio.
“Si se consume más agua que la que ingresa, nos estamos comiendo ese capital almacenado. Lo que queremos ahora saber es cuánto hay almacenado y cuanto se recarga cada año, para estimar para cuánto tiempo hay disponibilidad de ese recurso”, señaló ayer Frontera, al presentar los objetivos del trabajo.
Frontera fue también responsable de un estudio similar, aunque más acotado, hecho para la Cooperativa local hace 25 años.
Ayer, instantes antes de la firma del convenio, en diálogo con La Voz del Interior Frontera explicó algunos detalles de la investigación sobre el agua que le queda bajo tierra a los riotercerenses.

–¿Qué aportará este estudio al que se hizo hace 25 años?
–Ese primero fue en 1983 y se repitió en parte en 1992, pero en ambos casos sobre un área mucho menor a la tomaremos ahora, que se extenderá hasta el dique Piedras Moras y hasta tres y cuatro kilómetros por fuera de la zona urbana.

–Que hay dos napas ya estaba claro...
–Lo que sabemos es que hay dos unidades de napas. Una primera, que es la capa freática y los acuíferos semiconfinados, que acá se ubica entre los 21 metros hasta los 100, aproximadamente, con variables. Por debajo de esta, pero totalmente confinada, es decir separada, aparece otra, sobre los 200 metros de profundidad. La primera napa ya casi no se utiliza, porque está deteriorada por contaminación o exceso de uso, como ocurre en casi todas las ciudades. Entonces, el objetivo acá debe ser preservar la segunda.

–¿Más abajo ya no hay más agua para uso humano?
–Debajo de ese nivel puede que haya otras napas, aunque no lo sabemos porque no está estudiado. Pero se supone que de existir tendrían ya niveles de salinización superiores.

–Aquel estudio de 1983 decía que en Río Tercero había aguas de napas disponibles para unos 40 años. Y ya han pasado 25...
–Esa fue la primera apreciación, que ahora vamos a actualizar y a precisar. Pero ese dato partía de una simulación que hacíamos del agua disponible en las napas si no hubiera recarga, es decir si no lloviera más.

–¿Cómo se alimentan o recargan de agua las napas?
–Acá, el río es la fuente fundamental. Luego están las lluvias que en parte van al subsuelo. Lo que sería útil establecer es si el ritmo de recarga es mayor o menor al de extracción.

–En Río Tercero se plantea si es racional que las industrias se abastezcan de las mismas napas, que son agotables, que usa la ciudad...
–Eso va a merecer un análisis más profundo a través de este estudio. A priori, diría que Río Tercero no tiene hoy problemas graves de provisión de agua, que ameriten tomar medidas extremas ya. Pero siempre es bueno planificar las cosas para evitar llegar a ese punto. En cuanto a napas esta zona es realmente privilegiada y debería cuidar ese privilegio. Con este estudio para saber cuánta agua hay, cómo se recarga y que antigüedad tiene, podemos ayudar a eso.

–El agua que hoy tomamos de las napas, ¿está allí desde hace miles de años?
–La datación no es algo que quisiera aventurarla antes de hacer el estudio. Es la primera vez que lo analizaremos. Pero puede ser lógico que tenga miles de años, efectivamente.

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