20 oct 2008

Aguas negras inundan a Ciudadela

La Voz del Interior (20/10/2008)
Aguas negras inundan a Ciudadela



Los líquidos recorren el barrio y forman importantes lagunas. El mal olor torna irrespirable el aire.
En barrio Ciudadela, al sur de la ciudad de Córdoba, algo huele mal en sus calles. Las aguas servidas recorren el lugar hasta un desagüe a cielo abierto, dejando un olor nauseabundo en el ambiente. Un grupo de vecinos, cansados de ese padecimiento que los acompaña desde hace más de 25 años, tomó la decisión de hacer público el reclamo. Por ese motivo, La Voz del Interior visitó el barrio y pudo comprobar el mal olor reinante.
En la intersección de las calles Tenerife y Mattos de Nerón el agua servida forma una pequeña laguna que va destruyendo el pavimento. El bache ya es peligroso, pese a que no hace mucho tiempo la Municipalidad de Córdoba lo había reparado.
Sin embargo el agua sigue corriendo, todos los días. Desde esa laguna, sigue su cauce por calle Tenerife hasta San Antonio, donde ingresa a un desagüe precario que corre paralelo a las vías del ferrocarril. En ese lugar, el mal olor ya es directamente insoportable.
Pero las aguas servidas no solo provocan mal olor, sino que convierten a las calles de Ciudadela en peligrosos focos de infección. Los niños no pueden jugar en la calle, ya que si entran en contacto con los líquidos, pueden contraer enfermedades.
El titular del centro vecinal de Ciudadela, Oreste Echevarría, comentó que la mayor parte de los líquidos provienen de dos lavaderos y de una carnicería. “Hemos pedido al CPC que envíe los inspectores para que controlen y sancionen a quienes arrojan agua a la vía pública”, afirmó.
Ya en el desagüe, el agua se acumula por varios días, convirtiéndose en un lugar óptimo para la reproducción de mosquitos y otras alimañas.

Patinando en el pavimento
Las aguas también arrastran sustancias jabonosas, que al entrar en contacto con el pavimento, lo tornan en una superficie sumamente resbaladiza. En la interacción de Tenerife y San Antonio, las caídas de los motociclistas suceden a diario.
En ese lugar, el agua cruza la calle San Antonio de manera desordenada, para llegar al desagüe. Con el paso de los vehículos, se mantiene húmeda una superficie importante de pavimento. “Como la gente no conoce cómo está compuesta el agua, los motociclistas intentan frenar y siempre terminan en el piso. Las gomas le patinan”, comentó Echevarría.
Además, el agua va desgastando el pavimento y provocando que los baches se multipliquen. “Pasa que acá no hay cloacas”, interrumpió Silvia Agüero, otra vecina del lugar.
Todo el barrio no está en la red cloacal de la ciudad, y en algunos sectores ya hay problemas con las napas freáticas.

Inundados
Oreste Echevarría. “Las aguas servidas provienen principalmente de dos lavaderos y de una carnicería. Desde el centro vecinal presentamos un pedido para que los inspectores del CPC actúen en la zona”.
Silvia Agüero. “Hay otros problemas, como la basura que se arroja en la zona de las vías del ferrocarril o el tránsito. Muchas de las calles del barrio no tienen nomenclador y Baigorrí, que es la continuación de Cruz Roja, es imposible de cruzar”.
Adrián Ingas. “Hay días en que el agua llega hasta la mitad de la calle. Muchas veces arrastra como una especie de gelatina con un olor impresionante. Los chicos no pueden jugar en la calle porque tenemos miedo que se enfermen”.

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