11 sept 2008

Comercios avalan “embolsar” los costos

La Mañana de Córdoba (11/09/2008)
Comercios avalan “embolsar” los costos

Un negocio mediano gasta en bolsas de plástico $ 1.000 por mes, el equivalente a un alquiler. La vuelta de las botellas de vidrio comenzó con la devaluación por una cuestión de costos.
Los comerciantes son los primeros en apoyar la iniciativa municipal de dejar de usar las bolsas de plásticos como embalaje y envase generalizado y volver a la tradicional “bolsa de las compras”. El aval al proyecto tiene un fundamento más económico que de conciencia ecológica: un local mediano, dedicado a la venta de perecederos, con buena afluencia de público gasta mensualmente alrededor de $1.000 en bolsas. El monto alcanza al del alquiler de un local en un barrio de Córdoba.
La iniciativa apunta, sobre todo, a las empresas que producen y comercializan productos envasados en plástico, cartón y vidrio, que tendrán dos opciones: comprometerse en la recuperación de esos materiales para su reciclado o reutilización, o pagar una sobretasa que cubra el gasto municipal en recolección y tratamiento de esa basura. Esos materiales, según estimaciones oficiales, representan casi 40% del total que se recoge.
El objetivo es avanzar hacia envases biodegradables o, mejor todavía, oxi biodegradables (incluyen en su proceso de elaboración un aditivo que rompe los enlaces de carbono-carbono, transformándose en productos sensibles a las luz solar, humedad, temperatura, y otros factores ambientales que inician un proceso de degradación natural) y/o retornables.
Desde mayo de 2007 en Diputados de la Nación duerme un proyecto presentado por los entonces Guillermo Baigorrí y Adriana Marino, quienes fijaban el 1º de enero de 2013 como fecha en la que quedaría prohibida en todo el país “la entrega al público de bolsas y contenedores no biodegradables” y establecían que, hasta esa fecha y para salvaguardar los objetivos de la norma, “cada comercio deberá reducir, en 20% anual mínimo, la cantidad de bolsas o contenedores no biodegradables que los clientes retiren de sus establecimientos, sustituyéndolas adecuadamente por otras biodegradables”.
La sustitución de las bolsas es más simple que la de los envases, aunque en el caso de las botellas plásticas el reemplazo comenzó con la salida del 1 a 1 también por una cuestión de costos. Las dos principales productoras de gaseosas del país, Coca Cola y Pepsi, iniciaron por las latas (reemplazadas casi en su totalidad por botellitas) y avanzaron bastante con los envases grandes.

Vidrio vs plástico
La decisión se basó en que los insumos para los envases plásticos cotiza en dólares y sigue la curva de precios del petróleo, mientras que el vidrio es 100% nacional, con escasas posibilidades para exportar. La tonelada de grumo para PET ronda los 1.200 dólares y aunque la fabricación es nacional, la materia prima se importa.
El reemplazo, que avanzó a buen ritmo con las gaseosas, fue abandonado con las aguas saborizadas, que sólo vienen en plástico y las empresas consideran que no será nada simple sustituir la totalidad.
Las claves son dos. Por un lado, la cantidad de botellas en circulación que se necesitan por cada una que se vende. Y, por otro, la capacidad de stock de envases vacíos que tienen los locales de venta y que es muy limitada, lo que obliga a aceitar al máximo los esquemas de distribución.
Si para las grandes compañías es un problema, para las más chicas directamente se torna en un impedimento para competir. Las segundas marcas de gaseosas, por ejemplo, no están en condiciones financieras de armar en el corto plazo un sistema de distribución para botellas de vidrio. El cálculo es que, por cada envase que se vende, se requieren entre siete y nueve en circulación.

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