27 ago 2008

Reducir, reutilizar, reemplazar y reciclar

Diario Democracia de Villa Dolores (27/08/2008)
Reducir, reutilizar, reemplazar y reciclar

En la mayoría de las actividades que los seres humanos llevan a cabo a diario, se generan y utilizan agentes contaminantes para el medio ambiente.
La vida cotidiana de cada vecino, representa para el entorno natural un enorme atentado, sobre el cual es necesario tomar conciencia para evitar la autodestrucción del hombre y de su hábitat.
Por ejemplo, al alimentarse, asearse, vestirse, viajar en un medio de transporte y al trabajar, se producen significantes cargas contra el medio ambiente, a veces de manera conciente y otras tantas de manera inconciente, debido a la falta de información y a la cotidianeidad de las acciones.
En un día común, el hombre contamina y/o utiliza elementos que han contaminado o serán contaminantes, como ser: el despertador a pilas, que son altamente tóxicas si no son tratadas adecuadamente; el champú, un detergente que puede afectar las napas; la ropa, que posee componentes derivados del petróleo que usa la industria textil; el automóvil o el colectivo, que generan esmog; y los tetrabrick, constituidos por papel y aluminio, que no se degrada.
A la lista diaria de elementos se pueden agregar: los artículos de plástico que dañan el medio ambiente por su gran durabilidad; la tinta no biodegradable, con materiales pesados que llegan más fácilmente a la tierra o a los cursos de agua; y, para darle un corte a una enumeración que sería prácticamente infinita, los "muy útiles geles absorbentes" de los pañales y apósitos femeninos, que tardarían más de 400 años en biodegradarse.
La cultura del consumo identifica por sobre todas las cosas a los seres humanos. Gracias a ésta, se generan y utilizan a diario decenas de elementos contaminantes. Es algo que nunca cesa y a lo cual se debe empezar a ponerle un límite, tratando de controlarlo cuanto antes.
Lamentablemente la naturaleza no puede hacer desaparecer la basura de manera mágica, por lo cual los vecinos, el sector privado y sus gobernantes deben hacerse cargo de la herencia contaminante que le están dejando a las futuras generaciones, como así también de crear los mecanismos adecuados para lograr un cambio cultural en la sociedad en su conjunto, orientado a reducir, reutilizar, reemplazar y reciclar los artículos que se usan a diario.
No es una tarea sencilla, más aún cuando en el Valle de Traslasierra todavía no se ha instrumentado una política seria de concienciación y de tratamiento de los residuos sólidos urbanos, y cuando siguen existiendo gigantescos basurales a cielo abierto que autoridades y vecinos parecen empeñarse en desconocer.

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