21 jun 2008

Biodiversidad versus biocombustibles

El Diario de Villa María (21/06/2008)
Preocupante: biodiversidad versus biocombustibles

"Deben existir políticas claras, y la solución del problema debe ser integral, pero tengamos claro que el discurso inicial de que se utilizan alimentos para hacer biocombustibles no es totalmente cierto", dijo el profesor de la UTN Villa María, Roger Illanes, abocado al tema de biocombustibles, en diálogo con El Diario Rural
El profesor Roger Illanes de la Universidad Tecnológica Nacional, un especialista en biocombustibles
"El tema biocombustibles y muchas de las apreciaciones que se hacen sobre el mismo, están mal direccionadas, porque la solución del problema debe ser integral, ya que si se utilizan alimentos para generar combustibles, debe hacerse dentro de un cierto marco", expresó el docente de la Universidad Tecnológica Nacional y especialista en la temática Roger Illanes.
"El marco que hay que darle, es analizar qué tipo de alimentos se están dejando de usar para hacer combustibles, y qué se va a hacer con los combustibles", explicó el catedrático.
"Si nos circunscribimos a nuestro país, el utilizar semillas de oleaginosas en una mínima proporción para hacer combustibles que permiten producir alimentos como carne, por ejemplo, la cuestión pasa solamente por un análisis económico, porque lo que hay que encontrar es una tecnología (en eso se está trabajando) donde no se utilice toda la semilla para generar combustible", explicó Illanes
En este sentido agregó, "sin embargo, lo cierto es que una vez extraído el aceite a la semilla oleaginosa, queda una fuente proteica espectacular en los residuos, que se puede utilizar como nutrición animal, generando proteínas de mejor calidad que la que se genera a partir de los vegetales en proteínas cárnicas".
"Entonces, no es cierto que se utilice la semilla toda para hacer biocombustible, porque con las proteínas se genera carne de cerdos, vacas, pollo, leche, lo que hace que el discurso inicial de uso total de alimentos para combustibles, no sea totalmente cierto,” afirmó ante la consulta de este medio.

Petróleo inevitable
"La fuente energética mundial, que es el petróleo, no tiene aún ninguna fuente de energía que lo sustituya en un ciento por ciento, por ello es necesario sumar las distintas opciones para su remplazo, buscar fuentes energéticas alternativas de distinta magnitud, para lograr la cantidad de energía necesaria", manifestó el docente de la UTN.
"En eso se está trabajando, con los biocombustibles, con energía eólica, energía solar, energía de las mareas, haciendo investigaciones con algas no comestibles, intentando lograr con todas esas fuentes una cierta cantidad de combustible que permita seguir con la producción", agregó.
Si hablamos de hidrógeno, por ejemplo, falta mucho todavía para que tengamos cosechadoras, tractores y maquinarias y transportes que funcionen a hidrógeno, por lo que mientras tanto debemos hacer el traspaso de los combustibles que se utilizan actualmente por uno más o menos parecido e ir transformando toda la flota productiva", consideró.
"Para el remplazo de las naftas: Argentina se perdió una gran oportunidad de avanzar en este tema, cuando se abandonó el proyecto de alconafta que hacía iniciado la provincia de Tucumán hace muchos años, cuando al no vislumbrarse el agotamiento del petróleo, no se continuó", dijo el especialista.
"Ahora se está trabajando con los biocombustibles de segunda generación, a base de residuos agrícolas y forestales, en el sentido de remplazo de las naftas", añadió.
"El debate combustibles versus alimentos es un tema a tratar con mucho cuidado, porque es cierto que si se utilizan aceites comestibles para generar combustibles, estamos disminuyendo la posibilidad de obtener alimentos, la alternativa para eso, y también se está trabajando en eso, es encontrar aceites que no sean comestibles para generar energías", concluyó.

La perspectiva ecologista
Según la revista del invierno 2008 de Green Peace, "las perspectivas del biocombustible como agronegocio, genera una discusión muy fuerte, ya que la producción del biocombustible a partir de materias primas agrícolas, aparecen con fuerte competencia con la producción de estos granos para alimentos humanos". Al crecer la demanda de bio combustibles, la gente va a a pagar más cara la comida, ya que ésta se puede usar para el mismo fin y esto genera el conflicto entre los tenedores de automóviles de Estados Unidos que quieren tener nafta indiscriminadamente con los habitantes del Río Grande mirando al sur, que pretenden comer.
En Argentina, el negocio fértil, casi virgen, se lanzó sin medir consecuencias mientras en el mundo, se certifican las sospechas de que nada es como parecía ni prometía y es posible que la comunidad científica provoque cambios.
Para este tema, en la publicación que se elabora en la organización ecologista Green Peace, se plantearon seis preguntas claves:
- ¿Qué son los biocombustibles?
Son combustibles provenientes de materias primas agrícolas como maíz, soja, caña de azúcar y aparecen como una seria amenaza no sólo de los bosques y montes nativos, sino las demás producciones, destinadas a los alimentos.
-¿Cuántas hectáreas de soja habría que cultivar para abastecer al mercado internacional?
A los 17 millones de hectáreas cultivados en la actualidad, habría que agregarle nueve millones más.
-¿Qué son los biocombustibles de segunda generación?
Son los provenientes de residuos agrícolas o forestales, no son agro-cultivos y no generan competencia por el suelo o por los alimentos.
-¿Qué puede pasar en Argentina?
Los riesgos son serios, el aumento de la frontera agropecuaria, la desaparición de la producción de carne, leche, variedad y cantidad de frutas y verduras, y la desaparición forestal, que incluye la flora y la fauna nativa.
-¿Cuál es la ganancia que esperan obtener las empresas productoras de biocombustibles?
En 2007 la Argentina exportó por más de 268 millones de dólares y los planes del negocio prevén la recuperación de lo invertido en sólo un año.
-¿Qué otro riesgo conlleva la producción de biocombustibles a base de maíz y soja?
El aumento del precio de estos cultivos pone en peligro el acceso a los alimentos a las poblaciones con menos recursos del mundo.
En tanto, desde el sitio Biodiversidad en América Latina y el Caribe, denuncian que en la última reunión de la FAO, no se realizaron grandes avances en el abordaje de la crisis de alimentos en el mundo, agregando que en realidad se realizaron propuestas para el control corporativo de los mismos, pero aclarando que a la par, las sociedades, organizaciones campesinas y originarias, están construyendo y proponiendo nuevos caminos.

La jatrofa ¿una alternativa?
La jatrofa es un árbol espinoso que da un fruto relativamente chico, cuya semilla da mucho aceite. Las proteínas que contiene el producto poseen un químico que no permite usarlo como alimento animal. Se está ensayando en el norte de Argentina, y en regiones de suelos áridos y regímenes de poca lluvia, la producción de esta especie arbórea.
Otro tipo de oleaginosas como el ricino, el tártago (de la zona de Tartagal) son también generadores de aceites no comestibles, y requieren de una inversión a largo plazo.
Vale destacar que son árboles y arbustos perennes, "por ello hay que buscar la faceta económica y generar combustibles, en el país se está trabajando en eso", destacó el docente consultado.
“El tema es relativo, porque si queremos de hoy para mañana, remplazar el petróleo, obviamente no alcanzaría ninguna producción actual, y se borraría toda otra producción, pero no es una visión real, hay que buscar alternativas de otras fuentes energéticas”, estimó Illanes.
“Hay que optimizar la producción pero también racionalizar el uso del combustible, eso pasa también por la educación, no podemos mover un vehículo, con un individuo solamente, para hacer tres cuadras, también tiene que ver con el tipo y la calidad del transporte público y la utilización de los recursos, es muy complejo y requiere el compromiso de todos los sectores”, terminó diciendo el catedrático.
El flagelo de los desmontes
“El país está sufriendo las consecuencias de los desmontes y los desastres ecológicos que se hacen en función de la producción, y se notan de sobremanera en los países del tercer mundo, por eso la legislación debe ser fuerte, para tener un futuro mejor, porque no se puede hacerlo a mansalva”, advirtió el profesor de la Universidad Tecnológica.
“Hay puntos de vista éticos que deben estar en vigencia. El desmonte, no sólo es una cuestión de árboles, flora y fauna, es muy grave, porque el monte mantiene entre otras condiciones ecológicas, la calidad de los terrenos, que al ser desmontados, se compactan y dejan correr las aguas en épocas de lluvia, produciéndose así grandes inundaciones, desastres ecológicos y graves pérdidas para la producción y la población”, dijo para luego concluir:“No se puede desmontar porque sí, por eso insistimos en que la solución debe ser integral”.

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