21 may 2008

Una batalla por el patrimonio ambiental

Diario Democracia de Villa Dolores (21/05/2008)
Una batalla para preservar el patrimonio ambiental y humano

El uranio es el combustible básico para los reactores nucleares y la materia prima esencial para las armas nucleares.
Además, es la peor opción para producir electricidad. La minería y concentración del uranio son los primeros eslabones de estas industrias, que acarrean grandes riesgos como la disposición de residuos radioactivos y problemas de seguridad.
Es de esperar que las autoridades gubernamentales no solamente escuchen el reclamo de los vecinos del Valle de Traslasierra ante serias intenciones de explotación minera de uranio en la región, sino que también se conviertan en los primeros ciudadanos en velar por la salud ambiental y humana, repudiando cualquier tipo de embestida.
La explotación del uranio es, sin dudas, una de las actividades mineras más peligrosas. El riesgo más serio asociado con este proceso es el cáncer de pulmón debido a la inhalación de productos de decaimiento del uranio. Además los restos de mineral contienen materiales radioactivos que pueden filtrarse dentro de las napas y cursos de agua.
La obtención del uranio genera grandes cantidades de nucleidos radioactivos que se incorporan a la biosfera. Debido a que las con-centraciones de uranio en la tierra son pequeñas es necesario excavar grandes cantidades, lo que expone la salud de los trabajadores y del entorno.
La contaminación se complica con el uso de líquidos durante la extracción, ya que contaminan los suelos y las napas de agua. Además, el viento y las lluvias arrastran el polvo y los materiales radiactivos y ponen en peligro a las poblaciones vecinas a las minas.
Las explotaciones mineras y de concentración del uranio representan un gran peligro para la salud ambiental y humana, poniendo en riesgo la calidad y modo de vida. Es de esperar que la oposición a la minería de uranio, que llevan a cabo vecinos autoconvocados, concejales, legisladores provinciales y algunas autoridades ejecutivas, se esparza por toda la sociedad.
Si la comunidad en su conjunto le dice “No” a la explotación del uranio y las autoridades gubernamentales ejecutan definitivamente herramientas adecuadas de preservación, tanto para el presente como para el futuro, se estará librando una noble y exitosa batalla en defensa del patrimonio ambiental y humano.

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