15 ene 2008
Centro de Río III sin verde
8:03 a.m. | 
Publicado por
Eco Sitio |
La Voz del Interior (15/01/2008)
Río Tercero: ¿por qué la céntrica calle Libertad luce desolada de verde?
“¿Por qué no hay nada de verde en la calle más céntrica de Río Tercero? Parece un desierto, es como que agobia o que le falta algo”. La frase, días atrás, se la escuchó en boca de un directivo de una empresa de Córdoba capital, de trámites por Río Tercero, donde le tocó caminar algunas cuadras de calle Libertad, en verano y a la tarde. Esa sensación se repite entre los que visitan la ciudad, aunque no parece tener tanto eco entre los propios riotercerenses, quizá a fuerza de costumbre de ver a esa calle que es símbolo del movimiento comercial, casi sin nada de vegetación.
La prueba debería ser someter a todo habitante a recorrer esa calle a la siesta o en la tarde temprana de cualquier día de verano para comprobar que se parece más a un lugar desolado que a uno que invite a quedarse. Esa ausencia, en lo visual, no sólo aportaría en los más tórridos días de verano sino todo el año.
Algo extraño
Lo extraño es que esta condición es extraña. Algunos podrán creer que las calles más comerciales de otras localidades tampoco tienen plantas.
Sin embargo, basta recorrer otras ciudades, de similar, menor o mayor tamaño, para comprobar que es precisamente al revés: todos los procesos de embellecimiento de los radios céntricos han contemplado la sumatoria de “verde”.
¿Por que en Río Tercero esa calle sigue desolada de plantas? El “verde” aporta frescura (en imagen y en temperatura), embellece si va de la mano de un tratamiento planificado, ordenado y con conjunto, y otorga más calidez y atracción.
La calle Libertad, en su tramo céntrico, es la única en la que el municipio –desde hace décadas– legisló que no es obligatorio la colocación de árboles en las veredas. El dato no es esencial: hay muchísimas otras cuadras en la ciudad donde el arbolado urbano es obligatorio para los frentistas pero no se hace cumplir.
Sin embargo, en calle Libertad algo de verde aportaría, además de factores ambientales y de regulación de temperatura, a un embellecimiento que está pendiente desde hace muchos años. Y nadie habla obviamente de introducir grandes ejemplares de árboles.
En la última década muchos negocios se renovaron en sus fachadas y vidrieras, pero la calle en su conjunto no acompañó ese proceso.
Esa falencia no sólo pasa por la falta de creatividad y de decisión de los sucesivos gobiernos municipales para encarar esa mejora, sino también a la ausencia de ideas, impulso y de apertura en este sentido de los propios comerciantes de esa arteria.
En realidad, como concepto urbano, las calles del centro aún más que las otras no son sólo de los frentistas sino de la comunidad toda, por su uso social.
En las dos últimas décadas hubo algunos intentos municipales de remodelación de calle Libertad, que en todos los casos (y como es obvio si se revisan otras ciudades) contemplaba el agregado de vegetación, con plantas de tamaño menor.
Sin embargo, los proyectos se caían a medida que iban apareciendo. Hubo sobre todo dos razones para que nada se haga: el costo que los gobiernos municipales fueron argumentado para dilatar esa mejora (aunque no necesariamente debe ser de alto presupuesto) y la falta de aval de los frentistas para aportar parte del valor final de esa obra.
Pero a eso siempre se sumó otro argumento: aún en caso de que el municipio absorbiera el costo total de la mejora, los comerciantes en su mayoría se resistían a agregar verde, para que las plantas no tapen sus carteles y vidrieras. Ese argumento podría sonar a esta altura casi increíble para cualquiera que caiga en la discusión de un día para el otro. Y sobre todo si ese otro ha visto otras ciudades donde ese motivo sería hoy inimaginable de plantear.
Ideas sin aplicación
En el municipio, actualmente, admiten que un aporte de verde a la calle Libertad sería oportuno. Pero esquivan hacer algo sin lograr antes el consenso con los comerciantes. Y allí siguen dando vueltas las ideas sin que pasen de esa instancia, como desde hace décadas.
Mientras no se hacen trabajos de remodelación integral, podría avanzarse de todos modos en la suma de vegetación. La única condición debería ser elegir ejemplares acordes, en tamaño y forma, y hacerlo de manera integral y planificada, para que esa calle sea una unidad paisajística, es decir un verdadero paseo comercial.
Hasta ahora, el municipio controló y ordenó poco y nada en pleno centro. Cada comercio fue haciendo casi lo que quiso, agregando estructuras sobre las veredas, o creando plazuelas sobre las calles que no aportan nada de embellecimiento y que incluso están fuera de ordenanza (porque por ejemplo se le debería exigir vegetación) aunque nunca se les reclamó su cumplimiento y representan sólo un sitio de aprovechamiento para el comercio frentista y no para el uso social permanente como corresponde a un espacio público.
¿Y el estacionamiento?
Para agregar algo de verde a calle Libertad podrían evaluarse dos variantes. Una, ir haciéndolo pero de manera ordenada y planificada, preservando ese aporte para que sea parte de una futura remodelación más integral de esa calle. La otra, es esperar que se hagan esas obras, de las que se habla hace 20 años y nada se hizo, para agregar en ese marco algo de vegetación que adorne y refresque esa arteria.
Pero un dilema paralelo suma calle Libertad: cualquier proyecto de remodelación o embellecimiento integral contemplará (como lo hicieron todas las ciudades que avanzaron en este sentido) un mayor espacio para el peatón y el uso social de las veredas como paseos, con una menor preponderancia del tráfico vehicular. Es probable que cualquier idea innovadora racional plantee que en lugar de tantos espacios para estacionar o circular, aunque sin quitarlos, debería darse más lugar a veredas con maceteros, sillones o estructuras similares de uso común, con plantas.
El dilema es que el centro, con el crecimiento del parque automotor de los últimos años, adolece de espacios para estacionar. O sea, que deberían buscarse alternativas en forma paralela. En ese marco, los proyectos de creación de más playas de estacionamiento sobre el predio ferroviario, en su sector céntrico, también siguen pendientes y demorados.
Ver Nota On Line
Río Tercero: ¿por qué la céntrica calle Libertad luce desolada de verde?
“¿Por qué no hay nada de verde en la calle más céntrica de Río Tercero? Parece un desierto, es como que agobia o que le falta algo”. La frase, días atrás, se la escuchó en boca de un directivo de una empresa de Córdoba capital, de trámites por Río Tercero, donde le tocó caminar algunas cuadras de calle Libertad, en verano y a la tarde. Esa sensación se repite entre los que visitan la ciudad, aunque no parece tener tanto eco entre los propios riotercerenses, quizá a fuerza de costumbre de ver a esa calle que es símbolo del movimiento comercial, casi sin nada de vegetación.
La prueba debería ser someter a todo habitante a recorrer esa calle a la siesta o en la tarde temprana de cualquier día de verano para comprobar que se parece más a un lugar desolado que a uno que invite a quedarse. Esa ausencia, en lo visual, no sólo aportaría en los más tórridos días de verano sino todo el año.
Algo extraño
Lo extraño es que esta condición es extraña. Algunos podrán creer que las calles más comerciales de otras localidades tampoco tienen plantas.
Sin embargo, basta recorrer otras ciudades, de similar, menor o mayor tamaño, para comprobar que es precisamente al revés: todos los procesos de embellecimiento de los radios céntricos han contemplado la sumatoria de “verde”.
¿Por que en Río Tercero esa calle sigue desolada de plantas? El “verde” aporta frescura (en imagen y en temperatura), embellece si va de la mano de un tratamiento planificado, ordenado y con conjunto, y otorga más calidez y atracción.
La calle Libertad, en su tramo céntrico, es la única en la que el municipio –desde hace décadas– legisló que no es obligatorio la colocación de árboles en las veredas. El dato no es esencial: hay muchísimas otras cuadras en la ciudad donde el arbolado urbano es obligatorio para los frentistas pero no se hace cumplir.
Sin embargo, en calle Libertad algo de verde aportaría, además de factores ambientales y de regulación de temperatura, a un embellecimiento que está pendiente desde hace muchos años. Y nadie habla obviamente de introducir grandes ejemplares de árboles.
En la última década muchos negocios se renovaron en sus fachadas y vidrieras, pero la calle en su conjunto no acompañó ese proceso.
Esa falencia no sólo pasa por la falta de creatividad y de decisión de los sucesivos gobiernos municipales para encarar esa mejora, sino también a la ausencia de ideas, impulso y de apertura en este sentido de los propios comerciantes de esa arteria.
En realidad, como concepto urbano, las calles del centro aún más que las otras no son sólo de los frentistas sino de la comunidad toda, por su uso social.
En las dos últimas décadas hubo algunos intentos municipales de remodelación de calle Libertad, que en todos los casos (y como es obvio si se revisan otras ciudades) contemplaba el agregado de vegetación, con plantas de tamaño menor.
Sin embargo, los proyectos se caían a medida que iban apareciendo. Hubo sobre todo dos razones para que nada se haga: el costo que los gobiernos municipales fueron argumentado para dilatar esa mejora (aunque no necesariamente debe ser de alto presupuesto) y la falta de aval de los frentistas para aportar parte del valor final de esa obra.
Pero a eso siempre se sumó otro argumento: aún en caso de que el municipio absorbiera el costo total de la mejora, los comerciantes en su mayoría se resistían a agregar verde, para que las plantas no tapen sus carteles y vidrieras. Ese argumento podría sonar a esta altura casi increíble para cualquiera que caiga en la discusión de un día para el otro. Y sobre todo si ese otro ha visto otras ciudades donde ese motivo sería hoy inimaginable de plantear.
Ideas sin aplicación
En el municipio, actualmente, admiten que un aporte de verde a la calle Libertad sería oportuno. Pero esquivan hacer algo sin lograr antes el consenso con los comerciantes. Y allí siguen dando vueltas las ideas sin que pasen de esa instancia, como desde hace décadas.
Mientras no se hacen trabajos de remodelación integral, podría avanzarse de todos modos en la suma de vegetación. La única condición debería ser elegir ejemplares acordes, en tamaño y forma, y hacerlo de manera integral y planificada, para que esa calle sea una unidad paisajística, es decir un verdadero paseo comercial.
Hasta ahora, el municipio controló y ordenó poco y nada en pleno centro. Cada comercio fue haciendo casi lo que quiso, agregando estructuras sobre las veredas, o creando plazuelas sobre las calles que no aportan nada de embellecimiento y que incluso están fuera de ordenanza (porque por ejemplo se le debería exigir vegetación) aunque nunca se les reclamó su cumplimiento y representan sólo un sitio de aprovechamiento para el comercio frentista y no para el uso social permanente como corresponde a un espacio público.
¿Y el estacionamiento?
Para agregar algo de verde a calle Libertad podrían evaluarse dos variantes. Una, ir haciéndolo pero de manera ordenada y planificada, preservando ese aporte para que sea parte de una futura remodelación más integral de esa calle. La otra, es esperar que se hagan esas obras, de las que se habla hace 20 años y nada se hizo, para agregar en ese marco algo de vegetación que adorne y refresque esa arteria.
Pero un dilema paralelo suma calle Libertad: cualquier proyecto de remodelación o embellecimiento integral contemplará (como lo hicieron todas las ciudades que avanzaron en este sentido) un mayor espacio para el peatón y el uso social de las veredas como paseos, con una menor preponderancia del tráfico vehicular. Es probable que cualquier idea innovadora racional plantee que en lugar de tantos espacios para estacionar o circular, aunque sin quitarlos, debería darse más lugar a veredas con maceteros, sillones o estructuras similares de uso común, con plantas.
El dilema es que el centro, con el crecimiento del parque automotor de los últimos años, adolece de espacios para estacionar. O sea, que deberían buscarse alternativas en forma paralela. En ese marco, los proyectos de creación de más playas de estacionamiento sobre el predio ferroviario, en su sector céntrico, también siguen pendientes y demorados.
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