14 may 2007

Plaguicidas en el agua potable

La Voz del Interior (14/05/2007)
Piden actualizar los controles de plaguicidas en el agua potable

Por considerar que el control de plaguicidas que actualmente se realiza en el agua potable es más formal que efectivo, el Foro Ambiental Córdoba presentó a la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento de Córdoba (Dipas), un informe sobre la necesidad de actualizar la nómina de plaguicidas previstas en las normas provinciales de calidad y control de aguas para bebida.
Por el atraso normativo, de los 11 plaguicidas hoy contemplados en el Código Alimentario Argentino (CAA) y en las normas provinciales, tan sólo dos siguen hoy permitidos por el Servicio Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Los otros nueve fueron prohibidos en forma total entre 1999 y 2000 por el organismo nacional de contralor en la materia, por lo cual, según argumenta el Foro, "sería poco probable encontrarlos en el agua, salvo que hayan sido usados en forma ilegal, o que, por su alta persistencia en el ambiente, se detecte alguna traza de insecticida clorado utilizado hace muchos años".
A su vez, el Senasa ha autorizado el uso en el país de 276 principios activos de plaguicidas (a través de la resolución 256/03), sobre los cuales fija niveles máximos permitidos para productos agropecuarios.
Para el Foro Ambiental, otro indicador del atraso normativo es que sólo uno de los 30 plaguicidas más vendidos en la Argentina -para lo cual el organismo cita como fuente a la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, (Casafe)- está incluido en el Código Alimentario y en las normas provinciales, como lo es el herbicida 2 4 D.
E incluso recalcan que de los 702,7 millones de dólares comercializados en 2005 por los 30 productos más vendidos, menos del cuatro por ciento corresponden a este último agroquímico.
En ese contexto, el Foro Ambiental propone que ampliar el control sobre 33 plaguicidas y dos cianotoxinas (sustancias producidas por algas que prosperan en lagos eutroficados) en agua para consumo humano, y también fija una propuesta de niveles máximos permitidos para esos 35 principios activos.

Actualización bienal
"Lo que sucede es que año tras año se sintetizan nuevos plaguicidas, algunos de los cuales alcanzan un uso masivo y generalizado. Pero la legislación que fija sus niveles máximos permitidos en agua, no va al mismo ritmo que ese mercado", sostuvo el biólogo Federico Kopta desde el Foro Ambiental, y puntualizó que la ley de residuos peligrosos data de 1993, y que aún están más atrasados en su contenido el Código Alimentario y las normas provinciales, que coinciden en los plaguicidas a controlar y en los valores máximos permitidos para agua potable.
Además, la organización señala que a nivel mundial la información se centra en los niveles tolerados de plaguicidas en productos agroquímicos, pero no en agua, adonde llegan en forma indeseada.Y aunque existen algunos parámetros de la OMS y de la ley de residuos peligrosos, no fijan valores para insecticidas generalizados en los años ‘90, como los piretroides, y menos aún para otros más recientes, como los neonicotinoides y fenil pirazoles.
Por eso, el Foro propone que la fiscalización se haga con parámetros acorde a los productos y las tecnologías efectivamente usadas, y que, para lograrlo, las normas se actualicen en forma bienal. Y, además, sugiere incluir en las normas provinciales a los plaguicidas contemplados por la ley de residuos peligrosos, donde se fijan niveles guía de calidad para el agua de embalses, ríos o napas freáticas de donde se extraiga agua para la población.

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