15 may 2007

Controles sobre baterías

La Voz del Interior (15/05/2007)
Acentúan ahora los controles sobre el armado de baterías en Río Tercero

El dato brindado por la Cooperativa de Obras y Servicios de Río Tercero respecto a que se habían deteriorado varios metros de cañería de cloacas por la corrosión provocada por el vertido de una empresa que armaba baterías, que ya no funciona, abrió la discusión respecto a si en Río Tercero se fabrican o no baterías y si se controlan los efectos eventualmente contaminantes de su producción o armado.
A partir de esta inquietud, y de un pedido de informes planteado por el concejal opositor Rodolfo Arribas, desde el municipio local se encaró un relevamiento al respecto. ¿Qué datos tuvieron en cuenta para conocer quiénes se dedican a este rubro? Sólo los que se desprenden desde el área de Comercio del municipio, es decir, los establecimientos registrados para esta actividad.
En base a esos datos, la directora de Gestión Ambiental municipal, Marita Mattio de Zaragoza, aseguró a este diario que en Río Tercero no existen fábricas de baterías. Eso mismo respondió por escrito al Concejo Deliberante. El hecho de que nadie fabrique baterías -según la funcionaria- significa que nadie fundiría plomo, que sería lo más perjudicial en términos ambientales en este rubro.
En Hernando, por ejemplo, desde hace meses está en discusión un proyecto de radicación de una fábrica de baterías, donde el punto central de discusión es si fundirá o no plomo.
El dato oficial municipal es que no existe ninguna firma que fabrica baterías en Río Tercero, que hay una sola que arma y repare y otra que sólo vende baterías ya hechas.
Más allá de ese dato oficial, quienes se dedican a tareas vinculadas a la mecánica se atreven a preguntarse si no debería indagarse más para comprobar si hay quienes reparan o arman baterías, manipulando elementos de riesgo tóxico (por ejemplo ácido sulfúrico) pero no están registrados en el municipio. Entre las dudas, está la de si no arrojarían ácidos residuales a los desagües cloacales, sin que estén controlados y ni siquiera registrados.
Zaragoza manifestó a este diario que desconoce de la existencia de lugares clandestinos.
De las dos firmas que aparecen registradas para la venta o armado de baterías, una de ellas deberá modificar sus instalaciones para seguir habilitada.
Hace unos días, el municipio aplicó una clausura preventiva (cuyo plazo se cumple esta semana) a un local ubicado en calle San Pedro, de barrio Norte, que sería el único registrado para reparar baterías. En este caso, Zaragoza informó que este local estaba eliminando a las cañerías de cloacas restos de ácido sulfúrico. El plazo otorgado es para que construya una pileta más a la actual, para lavar los recipientes. En la nueva pileta deberá neutralizar con cal el resto de ácido para que cuando sea eliminado a la cañería no sea corrosivo.
Zaragoza explicó que en ese local “se hace reparación y armado: se adquieren las partes por separado y se ensamblan hasta que queda la batería”.
De ese modo, ratificó que ningún local funde plomo, sino que lo compra ya listo para ensamblar, lo que reduce el principal riesgo ambiental de esta actividad.
“El 25 de abril hicimos esa acta en ese local; allí se reparan baterías deterioradas, se desarman de 15 a 20 unidades en desuso por mes con el objeto de reutilizar la caja exterior. En esta operación se recogen aproximadamente 3,5 litro de ácido sulfúrico por cada una. Posteriormente se realiza una operación en las cajas vacías para eliminar los vestigios de sulfúrico adherido a sus paredes. El efluente que genera ese lavado y enjuague era arrojado en ese caso a la red cloacal, y eso es una falta de tratamiento de efluentes. Por eso se le notificó que cese de inmediato la actividad de lavado hasta dar cumplimiento al decreto provincial sobre vertido”, relató la funcionaria municipal, a la vez que manifestó que en el acta de inspección consta que el ácido se almacena en dos tambores de plástico de 300 litros cada uno y que baterías almacenadas son recogidas por una firma dedicada a esa tarea.
Indicó que el otro comercio registrado, de calle Magnasco, sólo se dedica a la compra–venta de baterías y que no repara ni arma. Puntualizó que las unidades en desuso se almacenan y se llevan a un lugar de reciclado en Los Cóndores.
Zaragoza apuntó que el municipio tiene intenciones de ser más riguroso con los controles, pero consideró que es “impensable” que se arroje una importante cantidad de ácido sulfúrico a las cloacas por su alto valor económico.

La primera vez
El gerente de la Cooperativa de Obras, Roberto Aliciardi, subrayó que en la calle Vélez Sársfield, a la altura de donde funcionaba hasta hace unos años (se estima que cerca de 50 años estuvo en ese lugar) una firma dedicada al rubro de baterías, un vecino informó que había un hundimiento de vereda. A partir de allí se constató que había un problema en la cañería de desagües cloacales y posteriormente se comprobó que se deterioraron unos 100 metros de cañería, que acaban de ser reemplazados.
Aliciardi señaló que no se comprobó hasta el momento que en otra parte de la ciudad se hayan dañado cañerías cloacales por corrosión, por ese tipo de actividad u otra, y que se trataba del primero y sorpresivo caso, que detectaron recién por la destrucción total del conducto. Aliciardi evaluó que es la primera vez desde que se presta este servicio en la ciudad, que se presenta un problema de esta magnitud.

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