19 abr 2007

Ctalamochita beneficiado

El Puntal de Villa María (19/04/2007)
Más controles y las exigencias para exportar benefician al Ctalamochita

Empresas manifiestan interés en evitar volcar sus efluentes al río sin tratamiento. Bergero, de la UTN, confirmó que en esto también influye la existencia de mayor conciencia
A partir de una multiplicidad de factores va creciendo en las empresas locales y de la región que vuelcan efluentes al río Ctalamochita la decisión de realizar un tratamiento previo, para evitar generar daños en el cauce de agua. Crece la conciencia social, al igual que los controles por parte de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas). Por otra parte, las firmas que exportan deben tratar sus efluentes porque esa es una de las exigencias de la Comunidad Económica Europea.
Roberto Bergero, vicedecano de la facultad regional Villa María de la Universidad Tecnológica Nacional, en diálogo con este matutino confirmó que a la casa de altos estudios llegan pedidos de empresas locales y de la región para que analicen cómo tratar los efluentes.
En ese sentido recibieron requerimientos desde localidades vecinas para tratar efluentes lácteos. Y también desde Oncativo por efluentes porcinos.
El docente explicó que la UTN adquirió un biodigestor para hacer ensayos de tratabilidad de efluentes lácteos, mientras que la semana pasada pusieron en marcha otro biodigestor para efluentes porcinos y para generar gas a partir de los mismos.
Consultado sobre cuáles son, a su criterio, los motivos de este mayor interés por el tratamiento de efluentes, consideró que obedece a que hay más control de la Dipas y a que forma parte de las exigencias a la hora de exportar, además de una mayor conciencia.
“Empresas que exportan deben cumplir con las normas de la Comunidad Económica, donde una de las exigencias es tratar los efluentes sino se considera competencia desleal. Porque si en Europa se posee una empresa que por ejemplo produce quesos, se exige el tratamiento de los efluentes y eso encarece el producto. Si la empresa está en Argentina y no lo exigen, el costo de producir ese queso no es el mismo”, puntualizó. El tratamiento se controla in situ.
Por el lado de la responsabilidad social que también le compete a los sectores productivos, en esto mucho tiene que ver la creciente conciencia sobre el cuidado del agua dulce, para evitar escasez en el futuro.
Toman agua del Ctalamochita para consumo humano plantas potabilizadoras que después proveen a poblaciones ubicadas en Córdoba y Santa Fe. Ya en Morrison “el agua de nuestro río se usa para bebida”.

El panorama del agua dulce
Morrison, Bell Ville y San Marcos Sud toman agua del río (tienen plantas potabilizadoras). Incluso las dos segundas ciudades sumadas le propocionan ese vital elemento a todo el sudeste cordobés desde la ruta 2, Noetinger, Saira, Leones, Marcos Juárez, Departamento General Roca, sumando a localidades de Santa Fe como Tortugas y Artega, entre otras.
“El agua dulce subterránea, considerando dulce igual a potable, lo es, si cortamos la provincia verticalmente de norte a sur, hasta Ballesteros. Desde la Cordillera de los Andes hasta Ballesteros se encuentra agua potable haciendo un pozo. En Ballesteros ya se complica y en Morrison no sirve más (por aparición de sales como sulfatos y arsénico). En toda la provincia de Santa Fe y parte de Buenos Aires tienen problemas”, explicó Bergero.
Con este panorama, volcar cualquier tipo de efluentes al río sin tratamiento previo es un acto de irresponsabilidad. Es transferir costos cauce abajo, porque potabilizar requerirá mayores procesos.
Esta situación también explica la importancia que adquiere, con este contexto regional, la obra de lagunas depuradoras y red cloacal que Villa María construye a partir de fondos remitidos por el gobierno nacional por un total cercano a los 19 millones de pesos.
Esta ciudad desde hace décadas vuelca sus efluentes cloacales crudos al río Ctalamochita.

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