18 mar 2007

Especial de Agua en Córdoba

La Voz del Interior (18/03/2007)
Especial de Agua en Córdoba


Advierten que el San Roque no dará abasto

En 1891, cuando se inauguró el primer dique San Roque, la ciudad de Córdoba tenía unos 50 mil habitantes y contaba con lo que entonces era la presa más grande del mundo como reserva de agua. En 1944, cuando comenzó a operar el actual dique, la población de Córdoba era de unas 380 mil personas. Hoy, la misma fuente de agua –contaminada y limitada en su cuenca por el avance de las urbanizaciones– abastece a cerca de 1,6 millón de personas de la Capital y otras localidades del Gran Córdoba. Muchos consideran que llegó al límite de su capacidad.
Para ecologistas y técnicos, es una certeza que a la ciudad de Córdoba le faltará el agua en menos de una década. Pero el Estado, lejos de concretar obras para ampliar la capacidad del dique o sumar fuentes alternativas, permite que cada vez más usuarios demanden agua del San Roque.
Un relevamiento de la entidad ecologista Asociación de Amigos del Río San Antonio (Adarsa) advierte sobre el total desmanejo de la demanda de agua potable al San Roque y a sus afluentes. El listado de nuevos consumidores que toman agua del caudal que aportan los cuatro afluentes al San Roque –los ríos Cosquín y San Antonio y los arroyos Los Chorrillos y Las Mojarras– asusta:

Crecimiento de la población
En la última década, la ciudad de Córdoba pasó de 1,1 millón de habitantes a 1,4 millón. Villa Carlos Paz –que extrae el agua del río San Antonio– saltó de 42 mil a casi 70 mil habitantes, las comunas del sur de Punilla que se abastecen de los afluentes al dique pasaron de 2.700 a siete mil habitantes. También crecieron más de 50 por ciento las poblaciones de La Calera, Saldán y Villa Allende, que dependen del San Roque.
Barrios de Córdoba que dejaron de tomar agua subterránea. Luego del escándalo por la contaminación de las aguas subterráneas con nitratos, cerca de 50 mil habitantes de la Capital pasaron a depender de Aguas Cordobesas y, por lo tanto, a tomar agua del dique San Roque.

Acueducto a Sierras Chicas
Se trata de una obra que está siendo ejecutada y permitirá que 45 por ciento de los habitantes de las Sierras Chicas que hoy padecen la dependencia del dique La Quebrada pasen a tomar agua del San Roque. Esto incluye a todos los habitantes de Unquillo y Mendiolaza, a numerosos barrios cerrados del sector y a parte de la superficie de Saldán y Villa Allende. La capacidad del acueducto que se construye permite que 100 mil nuevos usuarios potenciales tomen agua del dique San Roque.

Acueducto de ruta 20 para nuevos “countries”
Se trata de una obra que fue autorizada por la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas) a fin de que los numerosos countries y barrios cerrados que se levantan a la vera de la autopista Córdoba-Carlos Paz y del camino a Falda de Carmen extraigan agua del dique San Roque. Se trata de mega proyectos inmobiliarios que comenzaron a ser vendidos sin tener factibilidad de agua potable y se transformarán en grandes demandantes. La Provincia recalca que el acueducto será solventado por el sector privado y que permitirá llevar agua del San Roque también a sectores de Villa Carlos Paz, Malagueño y Yocsina.

Lotes baldíos con derecho a reclamar agua potable
Según el relevamiento de Adarsa, en la ciudad de Córdoba existe una demanda potencial de 45 mil nuevas conexiones de agua potable de parte de los propietarios de terrenos baldíos.

10 metros
Desde Adarsa recalcan que, más allá de lo que el Estado pueda hacer en materia de obras para reservar agua, el gran problema de la Capital y la creciente población que depende del San Roque y sus afluentes es la escasez del recurso: “Los cuatro afluentes aportan en conjunto 10 metros cúbicos de agua por segundo al dique. No hay más que eso y no se pueden seguir sumando usuarios a ese caudal”, indicó Juan Carlos Paesani, ingeniero químico especializado en población y medio ambiente e integrante de la ONG.
La entidad rechaza de plano toda restricción sobre la cota del dique San Roque y cuestiona también las obras previstas sobre las costas del lago en Villa Carlos Paz, por entender que limitan de manera directa la capacidad de almacenamiento de la presa.
Desde Adarsa también reclaman políticas de Estado para la protección de los recursos hídricos subterráneos, que en Córdoba están subutilizados. “Es cierto que muchas reservas subterráneas están contaminadas. Pero son recursos que si son tratados en forma adecuada pueden ayudar a resolver el problema del agua”, indicó Juan Carlos Ferrero, geólogo y miembro de la entidad ecologista.

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Una década sin proyectos

Hace exactamente 10 años, el ex gobernador Ramón Mestre desistía del proyecto de construir un dique sobre el río San Antonio a la altura de Cuesta Blanca para reforzar la capacidad de almacenamiento del dique San Roque. Lo hizo por la férrea oposición de grupos ecologistas que sostenían que el daño ambiental de una nueva presa sería muy superior al beneficio en materia hídrica.
El diagnóstico oficial que fundamentaba la necesidad de construir ese nuevo embalse en Cuesta Blanca era preocupante: hablaba de la falta de agua para proveer a las ciudades de Córdoba y Villa Carlos Paz en un horizonte de 10 a 15 años. Ya pasó una década desde entonces, la demanda de agua al San Roque se incrementó en forma desmesurada y, sin embargo, no hubo avance alguno en materia de planificación de nuevas reservas hídricas o fuentes alternativas.
Durante toda la gestión del gobernador José Manuel de la Sota sólo se escuchó un anteproyecto. Fue anunciado en 2005 por el entonces titular de la Dirección Provincial de Agua y Saneamiento (Dipas) y actual secretario de Obras Hídricas de la Nación, Fabián López, y consistía en la construcción de dos diques más pequeños que el proyectado 10 años antes para Cuesta Blanca. Esas presas, se dijo, ampliarían en 30 por ciento la capacidad de almacenamiento del San Roque.

Ni siquiera en estudio
No obstante, ayer desde la Dipas indicaron que ninguno de esos diques está siquiera en estudio y que en materia de provisión de agua potable para la ciudad de Córdoba está en la etapa de proyecto una ampliación de la capacidad del acueducto Los Molinos/Córdoba.
El dique Los Molinos aporta cuatro metros cúbicos por segundo a la Capital y el objetivo es duplicar el caudal, de modo que el crecimiento futuro del consumo de la ciudad de Córdoba sea abastecido por esa fuente.
Según lo indicado, la ciudad de Córdoba no recibirá del San Roque, en el futuro, más agua que la que obtiene hoy a través de la planta potabilizadora que opera Aguas Cordobesas.
En cambio, Dipas informó que existe un anteproyecto de azud de toma de agua en Cuesta Blanca, para un reservorio de agua potable sobre el arroyo Las Jarillas que serviría las poblaciones de ese sector previo al dique.
Cada vez que se plantea el problema de la provisión de agua para el centro de la Provincia de Córdoba a mediano plazo surge una idea salvadora: un acueducto que traiga agua desde el río Paraná.
Pese a que el tema fue planteado formalmente en el marco de los proyectos que evalúan las provincias que integran la Región Centro, muchos especialistas consideran que la alternativa es poco menos que un dislate: supone traer agua desde un río que está a 400 kilómetros de la ciudad de Córdoba, y hacerlo en forma ascendente: la diferencia de altura es de 600 metros, por lo cual el costo energético del traslado sería enorme.

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"Buscan petróleo y no tendremos agua"

Juan Carlos Ferrero, geólogo y miembro de la ONG Adarsa, insiste en la total ausencia de una política de Estado respecto del agua potable. “La Provincia sale a buscar petróleo, cuando el gran problema de los próximos años es que la Capital se va a quedar sin agua”, indicó el especialista.
El reclamo de la ONG apunta principalmente al desmanejo de las nuevas radicaciones –countries y barrios cerrados, sobre todo– que suponen grandes consumos de agua y, en el caso de los que se encuentran aguas arriba del San Roque, una reducción de la cuenca del dique. La entidad también cuestiona con dureza el proyecto inmobiliario Nuevo Puerto San Roque, que supone una merma en la capacidad de almacenamiento de la presa.

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Una obra que parecía faraónica y que ahora queda chica

El primer dique
Fue inaugurado en 1891. La obra de Juan Bialet Massé y Carlos Casaffousth fue la presa más grande del mundo al momento de su puesta en marcha y proveía de agua a una Córdoba de apenas 50 mil habitantes. Su capacidad máxima de almacenamiento era de 260 millones de metros cúbicos de agua.

El segundo dique
Fue inaugurado en 1944. Significó la ampliación de la capacidad máxima de embalse a 350 millones de metros cúbicos. Al momento de su puesta en marcha servía a una población de 380 mil personas y hoy abastece a 1,6 millón de consumidores. En breve también proveerá de agua a 45 por ciento de la población que hoy depende del dique La Quebrada y a un nuevo acueducto destinado a servir a los countries de la ruta 20.

El saneamiento
La obra de cloacas que está realizando la Nación en todos los municipios y comunas de Punilla, que están en la cuenca del dique San Roque, es la mejora más importante que registra la reserva de agua desde su inauguración, puesto que terminará con la contaminación fecal del agua. En cambio, la Provincia no prevé obras para ampliar la capacidad del embalse.

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