8 ene 2007

Cómo es el negocio de la riña de gallos

La Mañana de Córdoba (08/01/2006)
Cómo es el negocio de la riña de gallos

Pese a su prohibición, las peleas de los animales en Córdoba, generalmente, se organizan en zonas rurales donde son consideradas una tradición. Las apuestas suponen sumas importantes que se pagarán esa misma noche y en efectivo. Los premios van desde los 500 hasta los mil pesos.
Nadie se anima a dar cifras, pero algunos especulan que las peleas de gallos mueven miles de pesos cada fin de semana en la provincia de Córdoba. El juego de apuestas que se vale de las aves de campo para divertir a los espectadores y embolsar grandes cifras prolifera principalmente en las zonas rurales, donde el influjo de los casinos y los tragamonedas no atrae a los hombres de campo.
Claudio (se omite el apellido para preservar su identidad) vive en Villa Dolores y se reconoce un verdadero un apasionado por las riñas de gallo. Lejos de considerarlo un ataque a la especie, afirma que “se habrían extinguido sino fuera por los cuidados que les procuran los galleros”.
“La gente de la ciudad no lo entiende así porque tampoco entiende lo tradicional, las costumbres del hombre criollo”, aseguró a LA MAÑANA.
Para el hombre, que creció participando de esas contiendas, “los gallos son de carne dura, que por otra parte no es apta para el consumo; y nadie se encargaría de reproducirlos ya que no tienen ningún valor comercial”.
Generalmente, las peleas se organizan en las zonas rurales, en algún campo o salón privado a donde los invitados llegaron tras enterarse de “boca en boca”. Nadie quiere ser sorprendido vivando a un gallo y, menos aún, cuando las apuestas suponen sumas importantes que se pagarán esa misma noche y en efectivo. De hecho, en la ciudad de Córdoba son pocos los antecedentes de contiendas de este tipo a donde ha tomado intervención la policía haciendo uso de los considerando de la Ley Sarmiento. Y cuando así fue, se dio en barrios enclavados en la periferia o en el Gran Córdoba.

Hagan sus apuestas
En las riñas de gallo no existen las apuestas mediante banca, como en los caballos. Los eventos -que se concentran mayoritariamente en los pueblos, donde se forman verdaderas quermeses en torno a las peleas- llegan a convocar a más de cinco mil personas en cada encuentro. Más allá de las apuestas en sí, los participantes deberán pagar una entrada de 10 pesos por cabeza para engrosar el premio que se llevará el ganador y constituir la ganancia del organizador. Una pelea común llega a tener un primer premio que girará en torno a los mil pesos, en tanto que el segundo será de 800 y el tercero de 500.
Pero no todo se mueve en torno al vil dinero, ya que muchos de esos encuentros persiguen un fin social para la pequeña comunidad, destinándose una partida específica para los comedores o las escuelas rurales, propias de la localidad donde se celebra el encuentro. “Y es que, el de las riñas es un mundo apasionante, de encuentros familiares y de gente de todas las edades dispuestas a rescatar tradiciones que sino se habrían perdido”, aseguró el hombre.

Una práctica ancestral
Para los miembros de Jugadores Anónimos, “la apuesta en las riñas de gallos siempre es fuerte; hablamos de gente de campo que tiene mucha plata en este momento y pocas ocasiones para gastarla. No les atraen los shoppings ni los casinos, no salen de su pueblo; allí se queda lo que sacan del campo”, sostienen.
Tal vez porque se trata de una práctica que se sostiene desde hace cientos de años y, para muchos, se transforma en algo ligado a la tradición y la costumbre popular.
De hecho, es una práctica ancestral que se desarrolla de manera legal en las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y San Luis.
“Por ejemplo, en Tucumán lo recaudado se deriva a comedores, y entidades de bien social”, reconoció Claudio, quien se reconoce un asiduo entrenador de gallos y que esa actividad le ha permitido conocer gran parte del país.
Es él quien dirá que “siempre los encuentros son en el interior de las provincias, en los campos donde se conservan las tradiciones”. “Es una práctica criolla, de nuestros gauchos, que se mantiene a lo largo de los años, como el sapo, la taba o las cuadrillas (carreras de caballo de corta distancia). El gallero busca mantener estas prácticas tradicionales que forman parte de nuestra cultura, de nuestras raíces”, aseguró.


El valor de la palabra
Generalmente, quienes participan de las contiendas con el solo objetivo de ganar dinero, se conocen desde hace años. Por eso no es extraño que las apuestas sean “mano a mano”, entre dos personas y de palabra. Porque, como son costumbres antiguas, se preserva el acuerdo de palabra.
Las riñas también están muy desarrolladas en Brasil y en los países centroamericanos, de donde llegan a surgir los gallos campeones que recorren largas distancias hasta que -por fin- pierden el invicto y la vida.

Naturalmente peleador
Para los “galleros”, desde que nace “el gallo es separado del resto ya que, naturalmente, tiende a pelearse con el grupo. El gallo no puede estar con otro bicho en el gallinero por que lo lastima todo”.
“Es un mito eso de que se lo entrena para pelear, es natural del animal”, dijo Claudio.
Asimismo, reconoció que para que el animal resista, “durante dos años hay que brindarle cuidado especial y entrenarlo 60 días antes de la pelea, para que llegue en buenas condiciones físicas”.

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