3 dic 2006

Basurales clandestinos

El Puntal de Río Cuarto (03/12/2006)
Tratan de frenar el crecimiento de los basurales clandestinos

Inspectores municipales utilizan fotografías como pruebas. Hay preocupación por los focos de infección en el verano, cuando crece la cantidad de residuos. Los fletes con desechos de la construcción, en la mira
Desde la subsecretaría de Mantenimiento y Servicios decidieron aumentar los operativos de control y seguimiento contra la tira ilegal de basura en la costa del río y en baldíos. Este año, pese a las inspecciones y los fondos destinados a la limpieza de micro basurales, la actividad del cirujeo y la tira ilegal de desechos de la construcción no disminuyeron.
El subsecretario del área, Roque Amatti, precisó que los principales focos de infección se encuentran en los 5 basurales sobre el río, ubicados en calles Levalle terminación, Cochancharava, Humahuaca, San Luis y en la villa Cola de Pato. Además, hay numerosos focos de infección en diferentes barrios y en la periferia de Río Cuarto, que fueron creados por fleteros que trabajan de manera irregular.
“En todos los sectores donde hay asentamiento de villas, existe gente que vive del cirujeo y que por lo tanto crea un basural para eliminar los desperdicios. Este es el principal problema, que los cirujas utilizan una mínima parte de lo que recojen, por lo que la basura se traslada de las calles a las villas”, indicó.
Según precisó Amatti, la clave está en la falta de selección de los cartoneros sobre lo que efectivamente necesitan. El objetivo son los metales, vidrios y cartones, pero también retiran residuos orgánicos para dar de comer a los animales. “El problema es lo que no utilizan, que es la mayor parte. Como nuestra sociedad no hace separación de residuos, los cirujas se llevan todo y hay varios casos de animales muertos por atragantarse con bolsas. Lo ideal es que la gente discrimine la basura que tira a la calle, pero todavía estamos lejos de eso”, admitió.
En Río Cuarto hay 370 familias que viven del cirujeo, una actividad que genera ingresos por 100 mil pesos mensuales. Muchos de quienes participan son niños o adolescentes en edad escolar.
El otro gran problema es el generado por los fleteros ilegales que se vieron favorecidos por el boom de la construcción, no sólo a través de las principales constructoras sino, también, por las pequeñas obras domiciliarias.
“Hay una irresponsabilidad absoluta de pequeños fleteros. Es la famosa changuita que atenta contra el medio ambiente. Quien recoge los escombros los tira en el primer lugar que encuentra y por eso decidimos incrementar el control a través de los inspectores”, manifestó Amatti.
Uno de los de mayores basurales creados ilegalmente en la ciudad es el de la calle Tucumán, en barrio Alberdi, con casi 20 mil metros cúbicos de desechos no orgánicos. El municipio utilizó los escombros para tapar una cava originada sobre la ribera sur, pero aún muchos cirujas y transportistas utilizan el sector periférico de manera irregular.
La demolición de viejas estructuras para la construcción, fundamentalmente, de edificios de mediana altura o la mejora y ampliación de viviendas, provocó el mayor basural de la ciudad que afecta no sólo a la ribera del río, sino, también, a sectores poblados del barrio Alberdi.
Amatti destacó que tras el programa de erradicación de 25 microbasurales, de los que se extrajeron 36.000 toneladas de basura, se preveía que sería necesario mantener durante varios años los trabajos debido a “la falta de conciencia ambiental de muchos riocuartenses”.
Los agentes municipales a cargo del control utilizan fotografías como elementos de pruebas y a veces deben aguardar “agazapados” en sectores próximos a los basurales ante denuncias de que en estos lugares se producirá la tira de desechos.
“Hicimos un fuerte operativo en una zona intermedia entre la Villa Golf y el country San Esteban donde teníamos conocimiento de que se había generado un basural de escombros por obras que se hacían en el sector y pudimos denunciar ante el Tribunal de Faltas a dos fleteros. También tuvimos que actuar con un camión que derramaba vísceras de animales en el río. La falta de conciencia ambiental no tiene límites”, aseguró el funcionario.
Amatti consideró que es necesario crear “en forma urgente” una conciencia ambiental colectiva para disminuir los focos infecciosos y los costos de limpieza. “Si no hay un aporte de cada vecino en no tirar residuos en forma ilegal o en realizar la denuncia cuando alguien lo hace, el control será muy difícil”, puntualizó.

2 mil toneladas
En la ciudad, se generan 5 mil toneladas de desechos mensuales que son trasladadas por Gamsur al enterramiento sanitario “con un tratamiento de última generación”. Otras 2 mil toneladas mensuales, un 40 por ciento del total de los residuos de la ciudad, se tratan de manera irregular.

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