26 nov 2006

¿Caza de palomas sustentable?

La Voz del Interior (26/11/2006)
"La caza de palomas tiene que ser compatible con el ambiente"

María Luisa Pignata es directora del Área Contaminación y Bioindicadores del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (Imbiv), de la Universidad Nacional de Córdoba, e investigadora del Conicet. En los últimos cinco años dirigió equipos técnicos de estudio de evaluación de la contaminación por metales pesados en puntos críticos de la provincia de Córdoba, previamente detectados mediante el empleo de especies vegetales utilizadas como biomonitores. Una de esas áreas está ubicada al norte del departamento Capital, donde anualmente los cazadores de paloma depositan en el suelo unas mil toneladas de municiones de plomo. Habló con La Voz del Interior sobre el impacto ambiental del turismo cinegético, la manera de compatibilizar esta actividad económica importante en la región cordobesa socialmente más postergada con el cuidado de la salud humana, y la necesidad de tomar decisiones hoy para no lamentar consecuencias irremediables en el futuro.

–¿En que magnitud la acumulación de municiones de plomo utilizadas en la caza de palomas está contaminando el suelo en los lugares donde se practica el turismo cinegético?
–Desde 1998, en la UNC estamos realizando mediciones de metales pesados, entre ellos el plomo, en un tercio del territorio cordobés. A través de los tres bioindicadores que utilizamos (entre ellos el clavel del aire) hemos detectado niveles alto de plomo en al norte del departamento Capital donde se practica turismo cinegético. Pero no podemos decir a ciencia cierta que la caza de palomas sea la causa principal del problema, porque el plomo también es un componente del suelo. Pero las probabilidades de que sea el depósito de municiones el origen de la contaminación son muy altas.

–¿Se sabe aproximadamente cuál es la descarga de municiones de plomo al ambiente por la caza?
–Alrededor de unas mil toneladas por año. El dato surge del registro oficial de cazadores que ingresan a la provincia, de la cantidad de disparos promedio que realizan diariamente y de los gramos de plomo que contiene cada cartucho. El aporte es muy alto.

–Entonces es incompatible la caza de palomas con la preservación del ambiente.
–Las que son incompatibles con el cuidado del ambiente y la salud humana son las municiones de plomo.

Primero, lo primero. –¿De qué manera entonces se puede compatibilizar el turismo cinegético con el ambiente?
–Como primera medida, el gobierno de Córdoba, en su condición de fiscalizador y promotor de las actividades económicas, debería determinar la relación costo ambiental-beneficios para provincia en torno de la actividad cinegética. A partir de allí, definir las acciones a seguir. A lo mejor considera que una alternativa para seguir con la actividad sin afectar al ambiente podría ser reemplazar las municiones de plomo por otras de aleaciones no tóxicas.

–Eso serviría para prevenir la contaminación a futuro ¿pero se puede remediar el daño ambiental supuestamente causado por la acumulación de municiones de plomo desde hace tiempo?
–Es muy poco lo que se puede hacer para remediar. Lo que sí debería hacerse es evitar que el plomo depositado llegue a las napas de agua subterráneas o a las fuentes superficiales a través de las escorrentías. También, que se consuman alimentos producidos en esos suelos contaminados.

–La Legislatura cordobesa está debatiendo un proyecto de ley que prohíbe las municiones de plomo para la caza ¿Alcanza con legislar?
–Actualmente está vigente una ley nacional para residuos peligrosos (a la que Córdoba adhirió) que incluye al plomo por su alta toxicidad. La norma dice que debe tratarse como un residuo peligroso en todos sus usos. Es decir, no sólo como residuo industrial, sino también como residuo de otras actividades. Sería importante que la provincia cumpla con las disposiciones de esa ley. En relación con la prohibición de las municiones de plomo, sería conveniente hacer extensiva la medida a otras regiones del país. Para eso sería necesario sancionar una ley nacional.

La discusión de fondo
María Luisa Pignata reconoce que el turismo cinegético es un motor importante para el movimiento económico en varios departamentos provinciales en los que las inversiones industriales brillan por su ausencia.
Por eso entiende la preocupación de quienes viven directa o indirectamente de la caza de palomas y asume una posición equidistante de los fundamentalistas de la ecología que promueven la prohibición absoluta de la actividad y de los empresarios del sector que sostienen que sin estudios científicos específicos no se puede asegurar que la acumulación de municiones de plomo esté contaminando el aire, el suelo o el agua.
“La discusión debe ir más allá de que si los suelos están o no contaminados y centrarse en cuál es el impacto ambiental de la acumulación de miles de toneladas de municiones de plomo durante los últimos 12 años”, plantea la doctora en química.
“El plomo es considerado por todas las agencias internacionales (Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud, Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos) como un elemento altamente tóxico y por lo tanto su vertido o disposición final deben ser controlados, lo que no ocurre en este caso”, asegura.
Para contribuir al debate, con un equipo de profesionales de la UNC está trabajando en un proyecto de investigación que permitirá determinar si los suelos, el agua y el aire en las áreas donde se han detectado niveles elevados de concentración de metales pesados están realmente contaminados o no. La investigación está financiada por la Agencia de Ciencia y Técnica de la Nación. Los resultados estarían listos a fines del año próximo.

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