13 sept 2006

Azudes afectan al río Cuarto

La Voz del Interior (13/09/2006)
Los azudes afectan al río Cuarto, según investigadores

El presidente de la Comisión Honoraria de Defensa de las Costas del Río Cuarto, Horacio De Yong, alertó acerca de la acumulación de limo y arcilla en el lecho del río Cuarto, a lo largo de unos 250 metros aguas arriba de los azudes (macroembalses) construidos por la Provincia.
Investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) apuntaron que aun antes de lo previsto, la calidad del agua del río se ha deteriorado, proliferan las algas, han desaparecido los peces y se corre riesgo de inundación, por la elevación del nivel del cauce.
“Por la disminución de la velocidad de la corriente, se produce un sedimento de limo y arcilla, que se deposita aguas arriba de los dos azudes. Es un precipitado que habrá que ver si se va a poder sacar y cómo”, reveló De Yong.
El especialista advirtió que materiales tales como latas y vidrios, en vez de correr por la arena, como sucedía antes, “se clavan en el barro, en la zona de sedimentos, lo que es de riesgo para los bañistas”.
Esta situación había sido pronosticada por los geólogos de la UNRC, antes de que la Provincia invirtiera más de 40 millones en la obra.
El ex intendente Alberto Cantero, impulsor de los azudes, sostuvo ayer que la calidad del agua del río “no ha cambiado en lo más mínimo” y dijo que el sedimento se produce, “igual que en los arroyos serranos, por una situación estacional”.
“Hay que esperar el período de lluvias para que se dé el proceso de higiene ambiental, la primera lluvia limpia el limo. La arena queda y sirve para proteger las bases de los puentes, para eso hicimos los azudes”, remarcó. Cantero advirtió que, más que preocuparse por los sedimentos, que dependen del régimen de inflado y desinflado de los azudes, deberían tomarse medidas con respecto a rellenos sanitarios realizados en las márgenes años atrás, que, por la erosión, se transforman en un foco de contaminación. “Son una bomba ecológica, hay un relleno de 10 hectáreas en el parque Bicentenario, que nosotros pensábamos limpiar, y otro cerca del puente Malvinas, en el que, creo, trabajó De Yong”, dijo.
La polémica está instalada. Mientras que los defensores de la obra confían en que una creciente eliminará el problema de los barros, otros temen inundaciones por la elevación del lecho del cauce (la arena está a la misma altura que el terreno de la costa). Los geólogos consideran que, además de eutroficación, puede haber desbordes que afecten con mayor frecuencia a las terrazas más bajas, de uso recreativo (Playa Bonita).
Ana Luján, doctora en Ciencias Naturales, que hace 20 años estudia el río, sostuvo ayer que “más rápido de lo previsto, se cumple todo lo que dijeron los geólogos y la única solución sería eliminar el azud para recuperar el río”.
“Estoy estudiando el agua y puedo asegurar que la calidad es bajísima. Además, como el sedimento no está consolidado, es fango, se transforma en una trampa mortal, yo no me bañaría ahí”, concluyó.

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