27 ago 2006

Se industrializan, pero...

El Puntal de Río Cuarto (27/08/2006)
Los pueblos se industrializan, pero crece la contaminación

La radicación de empresas en la región se multiplicó, así también la actividad de plantas de acopio. Pero en el proceso surgieron problemas de polución y malos olores que afectan la calidad de vida de los habitantes
“Todos los procesos productivos generan contaminación de algún modo, en mayor o menor medida”.
Así lo dicen los especialistas y los pueblos ya comienzan a sufrir las consecuencias de la llegada de la industrialización. Mientras por un lado este proceso implica múltiples beneficios para el crecimiento de la comunidad y su economía, por otro lado también se multiplican los problemas ambientales, de polución, contaminación que de alguna manera redundan en la salud de los pobladores.
En lo que va de los últimos cinco años los habitantes de distintas comunidades elevaron denuncias por problemas de contaminación producidos por cerealeras, plantas de acopios, plantas de asfalto, fundiciones de plomo y hasta depósitos de agroquímicos.
El más reciente de los reclamos surgió en General Cabrera ante el temor que una planta de fundición de plomo estuviera contaminando a un barrio. Intervino Medio Ambiente y hoy más de un centenar de vecinos, particularmente niños, deben someterse a estudios para determinar si tienen elevados niveles de plomo en su sangre.
También en esta población tiempo atrás se generaron reclamos por los quemaderos de cáscara de maní, y la polución propia de las cerealeras.
Problemas similares ocurrieron en Coronel Moldes -aquí un grupo de estudiantes realizó un estudio sobre este problema-, al igual que en Adelia María, Las Higueras, y otras tantas poblaciones que basan su economía en la producción.
El doctor Miguel Celso, del Centro de Estudios Ambientales, en diálogo telefónico con PUNTAL en relación a problemáticas ambientales, opinó “todos los procesos productivos generan contaminación de algún modo, en mayor o menor medida, dependiendo de las empresas e industrias, su tratamiento y purificación, incluso, la actividad de un particular, puede contribuir a generar un factor contaminante”.
“En procesos de orden agropecuario, como procesos de distintos cultivos, donde el polvillo o el referido caso del plomo en General Cabrera, obligan a realizarse estudios profundos, que permitan la toma inmediata de acciones concretas y masivas, no es determinante de un sector en particular, las partículas se extienden vía aérea, por lo que la cuestión ambiental, nos incluye a todos sin excepciones. Incluso la contaminación ambiental de una gran ciudad, puede afectar a poblaciones vecinas” agregó el facultativo.
De acuerdo a datos aportados a este medio desde centros de salud de la región, como Carnerillo, General Cabrera y General Deheza, muchos son los casos anualmente que se tratan por problemas respiratorios, que son originados por distintas causas, entre las cuales no se descarta que puedan originarse en los procesos de producción agropecuaria y el polvillo, humo y emanaciones que surgen de los mismos.
Además de los ya conocidos problemas de polución que generan particularmente los acopios de cereales, la región hoy también se debate con otros problemas de contaminación como lo son los tan difundidos feet lots, plantas asfaltadoras, agroquímicos, etcétera.

Entes de control
Hoy el primer ente de control en esta situación son los municipios que deben hacer frente a una encrucijada, cual es proteger la salud y el medio ambiente y por el otro asegurar una economía sólidad y fuentes laborales para toda esa misma comunidad.
Desde el gobierno provincial, a través de la Agencia Córdoba Ambiente, se intensificaron en los últimos meses, los controles preventivos en distintas localidades, alertados por vecinos o por actuaciones directamente de municipios que se enfrentan a la problemática de controlar sus empresas, temiendo incluso la caída de las fuentes laborales.
En medio de esta problemática, quienes mas padecen son los vecinos, inmersos en cuestiones burocráticas, falencias en la efectividad y cantidad de inspecciones y más aún la actitud de empresas que hacen caso omiso a las normas legales que exigen la existencia de filtros o sistemas para evitar contaminar y que implican pequeñas inversiones en relación al volumen de la producción y ganancias que logran.

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